Hey, pelirrojo!

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V.O.P. Kai.

Estaba esperando a que mi tío Tristán llegase para recogerme de la casa de Eric. Él era el que había interrumpido mi momento "zen" mandándome varios mensajes, preguntándome donde estaba, y luego más tarde, llamándome de forma desesperada.

Cada vez que mi madre sufría una recaída, él se hacía cargo de mí, en la medida de lo posible. Esta vez se había retrasado varios días en aparecer alrededor mío.

Tristán era un tipo agradable, intenta hacer contacto conmigo y que tengamos temas de conversación, aunque sea demasiado cerrado para ello. Él lo intenta. También me intenta ayudar con mis estudios, aunque sea un caso imposible, por lo visto es un hombre demasiado persistente.

Mientras estaba con la cabeza en las nubes, apareció un coche de gama media/alta, aparcando delante de mí para que yo me subiera. Dentro, me esperaba mi tío que me examinaba de pies a cabeza. Cuando estuve en el asiento, con el cinturón puesto, arrancó dirigiéndose a casa.

- Estaba preocupado, he intentado contactar contigo durante toda la tarde. –dijo mientras miraba al frente.

- Perdóname.

Tristán suspiro cansado, se lo difícil que es mantener una conversación conmigo, lo compadezco.

Unos minutos después note que el móvil me temblaba, era Eric. Me había enviado un mensaje y aunque pareciese una tontería, ese simple hecho me sacó una sonrisa.

- ¿Todo bien? –soltó mi tío de repente, parecía interesado en aquello que me había hecho sonreír cual tonto.

Yo asentí y volví a dirigir mi atención al móvil.

Eric: ¿Va todo bien? Te fuiste repentinamente y me dejaste preocupado.

"Bua que mono" pensé inmediatamente.

Kai: Si tranquilo, solo tenía prisa. Mañana nos vemos

Eric: Si, nos vemos mañana, descansa.

Me sentí como un tonto, pero por primera vez en mucho tiempo, no me sentía tan mal.