Capítulo 1 > La Cabaña

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Hoy es viernes 13 de Julio, mi cumpleaños,  18 años sin salir a la civilización, pero no me quejó, vivir en el bosque es entretenido. 
Mi madre siempre me dice que si las personas comunes me vieran me quemarian en una hoguera como a las brujas, no es que yo sea una.

Me levante de mi cama y me cambie a unos shorts y una blusa de tiras lila, con mis típicas botas Timberland. 

Salí de la cabaña, pero no sin antes llevar mi mochila y una sudadera amarrada a mi cintura.  

El bosque no es tan inocente como algunos piensan, es más aterrador de lo que creen, y yo aún habiendo vivido 18 años de mi vida aquí, necesito estar protegida. 

Camine por el sendero que lleva al río, justo donde el sol brillaba con más intensidad, el momento perfecto para absorber energía. 

Me saco las botas y agarro una pequeña daga de mi mochila, mujer precavida vale por mil,  o eso suele decir mi madre. 

Entro al río y empiezo con el ritual de cada viernes,  agarro mi largo cabello oscuro en una coleta, y miro directamente al sol, puedo sentir como la energía fluye dentro de mi y como la sangre me empieza a hervir.  

Todo iba perfecto, había empezado bien mi día, pero no esperaba que nada sucediera, estamos hablando del bosque de Prince Town, todo puede suceder. 

Escuche como algo se acercaba ágilmente y se lanza encima mío, un demonio, esos monstruos son los más básicos, gracias a Dios y mi madre me ha enseñado como defenderme. 

Lo esquivo antes de que sus garras puedan tocarme y le a travieso la daga en uno de sus ojos, donde la sangre surge, pero no son tan estúpidos y me lanza lejos del agua lo cual provoca que me de un buen golpe en la frente, siento como la sangre se desliza por la misma, me levanto enseguida antes de que el demonio llegue a mi y le vuelvo atravesar la daga pero esta vez en el pecho haciendo que suelte un grito desgarrador, se desintegre y convierta en polvo. 

—¡Cristal! —esa era la voz de mi mamá acercándose— ¿Cuantas veces te he dicho que no salgas sola de casa? 
—Un millón trescientas mil, mamá, perdón pero estaba aprovechando el sol de hoy. 
—¿Qué te sucedió? —llegó hasta a mi y puso su mano en mi frente—¿Por qué estas sangrando? 
—Tranquila mamá, solo es un rasguño, uno de esos asquerosos demonios se me apareció y entre en acción.
—Bueno regresemos a casa y ¡Feliz cumpleaños bebé!
—¡Que ya no soy una bebé! 

Regresamos a la cabaña con mi madre y lo primero que hice fue ducharme, me dolía un poco la cabeza pero era del golpe.

Lista baje hasta la cocina y mi madre estaba ahí con un pastel y Darco subido en una de las sillas. 

—Feliz cumpleaños a ti, felíz cumpleaños a ti—mi madre cantaba animadamente mientras Darco sacaba su lengua feliz—Feliz cumpleaños Cristal, feliz cumpleaños a ti. 
—Gracias mamá— agarre una cuchara y tome un poco del pastel. Umm Vainilla, mi favorito.
—¿Adivina que?
—¿Qué? 
—Saldremos esta noche al pueblo —la mire asombrada, no crei que esto sucediera algún día— ¿Qué? 
—¿Estás hablando en serio? Digo jamás me dejaste ir al pueblo.
—Tienes 18 años Cristal, ya tienes que empezar a vivir por tu cuenta, sabes bien que no viviré para siempre.
—Esto es sorprendente pero...  ¿Qué vamos a hacer en el pueblo? 
—Unas compras en el Super y comer en algún lugar, nos vamos a las 5 así que alistate.

No espere a que terminara de hablar fui a mi habitación enseguida y me empece a arreglar.  En mi mochila guarde una sudadera y mi daga por si tenía algún problema. 

Cuando dieron las 5 de la tarde, salimos con mi madre no sin antes dejar bien cerrada la cabaña.  Y no me refiero solamente a ponerle llave, va mucho más allá. 

Cerca de la cabaña hay un pequeño pozo con un tipo de puerta secreta, mi madre tiene varios instrumentos ahí, solo para protección.

Mi madre abre la pequeña puerta y saca cuatro piedras cuadradas, todas ellas tienen un poder lo que permite que nadie entre a la casa, pone una en cada esquina.

—Cristal, sabes que siempre absorbes la energía del Sol —dijo mi madre y la mira un poco confundida—pero hay algo más.
—¿Algo más? 
—Si, cuando eras pequeña, tu padre y yo decidimos que sabrías un poco más de ti cuando fueras mayor, queríamos que disfrutarás de tu niñez y no estés tan conectada con este mundo oscuro.
—No entiendo—la cara de mi madre se veía un poco preocupada y yo no estaba entendiendo nada.
—Escucha, cuando absorbes la energía del Sol obtienes un poder impresionante, es una de las razones por las que se te hace fácil luchar contra los demonios, pero hay criaturas más aterradoras en este bosque y por eso tenemos tanta seguridad en casa y no te dejó salir sola, la energía que tu posees la puedes sacar de tu interior. 
—¿Como si fuera un superhéroe o algo así?
—Si, ahora concéntrate, de tus manos saldrá una energía de color azul, tienes que tener mucho cuidado, debes controlarla y no dejar que el poder te controle a ti.  Ahora extiende tus manos—hice lo que me pidio— y repite esto:  «que el poder de la luz derrote la oscuridad» y apunta a ese árbol que ves por ahí—me enseño un gran árbol que se encontraba a unos pasos de la cabaña.
—Que el poder de la luz derrote a la oscuridad—repetí tal como me dijo y señale el árbol, lo que sucedió después no me lo creí, sentí como una energía impresionante recorría todo mi cuerpo y llegaba en forma de luz hasta mis manos, la luz salió disparada hacia el árbol, provocando que la fuerza del mismo me tumbara al piso.
Alze la mirada y pude ver que habían dos pequeños demonios de colas largas y ojos rojos se quejaban por la intensidad de la luz. 
—Ahora apunta a uno de los demonios Cristal—obedecí la orden de mi madre y apenas una de mis manos se puso en su dirección, volvió a salir ese destello de luz, y el demonio empezó a gritar de una forma desgarradora y poco a poco su cuerpo se iba convirtiendo en cenizas e inmediatamente el otro demonio salió huyendo.
—¡Wow!  Eso fue impresionante—estaba asombrada y algo cansada.
—Ahora que ya sabes sobre esto tienes que evitar usarlo, las personas no pueden saber que tienes este poder Cristal.
—¿Entonces para que me lo enseñas? 
—En algún momento lo ibas a descubrir, y prefiero enseñarte lo antes de que suceda algo malo, hija esto es serio, hay mucho peligro rondando por ahí, no confíes en nadie. 
—¿Asi fue como murió papá? 
—Tu padre era un gran hombre, el murió defendiendo nos de la oscuridad. Solo procura usar tu poder cuando sea necesario. 
—Esta bien mam....  —No pude terminar la frase porque un ruido enorme se escuchó.
—¡Entra a la casa ahora! 
—Pero mamá...
—¡Ahora Cristal!

Todo sucedió tan rápido, mi madre empujando me hacia la entrada a la cabaña, y una bestia enorme de ojos amarillentos, y dientes grandes se la llevaba sin dejar rastro alguno.

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