IX

1.6K 211 343
                                    

Comenzó a abrir sus dormilones ojitos al momento en que comenzó a sentir caricias sobre su rostro. Eso lo obligó a abrirlos por completo, además del peso de un cuerpo posicionándose por sobre del suyo. Había extrañado eso.

"Déjame dormir otro poco." Murmuró apartando el rostro que cada vez se acercaba más al suyo.

"Despierta, dormilón..."

John comenzó a dejar besos sobre el rostro de Paul, haciendo que este rápidamente tomara un color rojizo.

"No... Déjame dormir otro poquito." Paul pasó sus manos por debajo de los brazos de John hasta dejar estas descansado sobre su espalda. "No quiero despertar de este sueño."

John se tumbó al lado del cuerpo de Paul, rendido, pero tal vez no tanto. Abrazó el cuerpo del pelinegro y dejó su cabeza muy cerca del cuello del menor. Segundos después de haberse acomodado mejor comenzó a hacer cosquillas por sobre el cuello Paul con su nariz.

"Ya, Johnny..." Dijo entre leves risas mientras ladeaba su cabeza hacia John para evitar que le siguiera haciendo más cosquillas.

"Dijiste que podíamos desayunar juntos hoy." Reclamó Lennon como si de un pequeño niño se tratara. "Además... Hice hot cakes felices."

Paul levantó su cabeza de la almohada al oír eso y con una dulce sonrisa giró sobre su lugar en la cama para así poder observar mejor el rostro de John. Recargó su cabeza por sobre sus ante brazos y así suspiró.

"¿Hot cakes felices?" John asintió. "¿Y cómo es eso?"

"Son felices porque los hice para ti y te harán feliz, porque, no es por presumir, pero quedaron fantásticos."

Paul rió al oír aquello y sin más se incorporó en la cama para después sentarse sobres la cadera de John y apoyar sus manos en su pectoral.

"¿Son felices por qué son para mi y porque me harán feliz?" Lennon volvió a asentir, pero esta vez llevó sus manos hasta la cintura del pelinegro para poder hacerle suaves cosquillas. "Entonces tú eres un John feliz."

"¿Por qué dices que soy un John feliz?" El castaño movió sus manos hasta las mejillas de Paul y así las apretó para que sus labios quedaran más gorditos.

"Porque tú eres para mí y me haces feliz." Dijo como pudo el menor para luego reír mientras se inclinaba hacia John para dejar un besito sobre sus labios.

Comenzaron a besarse mientras repartían pequeñas caricias entre su rostro y su cuello, disfrutando de todo aquello. Paul quería disfrutarlo más que nunca, sabía que faltaban escasos días para la boda del amor de su vida y a decir verdad tenía miedo, tenía miedo de perderlo de nuevo o que John simplemente lo dejara de visitar luego de que su boda se llevara a cabo. No quería eso, quiera seguir viéndolo por las tardes, besarlo, decirle cuánto lo amaba y quería, no quería que le volviera a romper el corazón nuevamente.

Gracias a todos esos pensamientos que lograron abordar su cabeza le fue casi imposible no resistir soltar un par de lágrimas, cosa que John notó de inmediato, pues estas mismas chocaron con su mejilla.

"¿Paulie?" John preguntó a la par que se separaba de los labios del pelinegro. "¿Qué sucede, cariño?

El castaño pasó sus manos por las grandes mejillas de Paul, limpiando las lágrimas que por estas estaban corriendo. Era increíble cuan frágil era su piel, acaba de votar un par de lágrimas y esta ya estaba ligeramente roja.

Paul se incorporó por sobre el cuerpo de John y pasó el dorso de su mano por uno de sus ojos, avergonzado de que John lo estuviera viendo llorar.

Lennon quería saber qué le pasaba a su Paulie, aunque a decir verdad, temía preguntarle y progresivamente escuchar su respuesta.

"¿Paulie?" Volvió a decir, Paul bajó su cabeza y sorbió su nariz. "¿Por qué lloras, cielo?"

El pelinegro apretó un poco con sus puños la camiseta que John llevaba puesta. Tenía miedo, no quería que John lo dejara en el abismo una vez más, quería que estuviera con él para siempre, hasta que uno de los dos muera. También tenía miedo por la respuesta que Lennon le daría si llegaba a hacer esa pregunta.

"¿Cuándo... Cuándo cruces la puerta de es iglesia me borrarás de tu vida de nuevo?"

John de inmediato negó al oír aquello, seguro de su respuesta. Se sentó en la cama para que así Paul quedara sentado por sobre sus muslos y así tomó ese gordito rostro entre sus manos de nuevo. Juntó sus frentes haciendo así que sus narices quedaran rozandoce.

"No voy te podría borrar de mi vida aunque quisiera." Susurró Lennon, pues no era necesario hablar más fuerte que aquello. "Eres mi pequeño salvador, el que siempre llega a mi cabeza a cualquier hora del día o noche, el que hace que una sonrisa aparezca en mis labios y el mundo tome colores tan brillosos como el color de tus ojos."

El llanto de Paul incrementó, pero esta vez no era un llanto de miedo o tristeza, era más de nostalgia.

"Eres mi cielo, mi cielo." Musitó el menor de ambos con la voz entre cortada. "No quiero que te vayas..."

[...]

Eran al rededor de las cinco de la tarde cuando ambos se encontraban con sus pies metidos en el agua de la piscina, Paul se encontraba sentado entre las piernas de John con su cabeza recargada sobre el pecho de este mismo.

Por la cabeza de John no dejaba de rondar lo que Paul había dicho, aquel 'No quiero que te vayas' del pelinegro no abandonó su cabeza desde la mañana.

Luego de haber estado meditando mucho lo que diría, apretó un poco el cuerpo de Paul contra el suyo y llenó sus pulmones del dulce aroma de su cuerpo.

"Escapa conmigo." Dijo en su oído, cosa que a Paul lo paralizó por completo.

McCartney se alejó del cuerpo de John para observarlo y observo a su amado con un poco de miedo reflejado en su rostro.

"¿Q-qué?"

"Escapa conmigo." Volvió a decir, ahora con un poco de miedo al ver la reacción de Paul.

"¿Cuándo, a dónde?" Una sonrisa tonta apareció en el rostro de Paul.

Sustuvo el rostro de John entre sus manos y acarició sus mejillas, esperando a que nada de lo que salía de los labios del castaño fuera una mentira.

"E-en cinco días, antes de la boda."

Paul no podía creer lo que John le estaba diciendo, sentía su pecho rebosar de alegría y sentía que sus ojitos pronto se rebosarían de lágrimas.

"¿Sólo tú y yo?" John asintió.

"Sólo tú y yo, mi cielo." Lennon dejó un sonoro beso sobre la mejilla de Paul, haciendo que riera. "En cualquier parte del mundo, en la playa más soleada o la montaña más nevada."

Ambos en aquel momento se dieron cuenta de que no necesitaban otra cosa además de las promesas del otro para ser felices, sentirse plenos y sentirse valientes para buscar un lugar correcto y así poder sacar a la luz aquel nuevo amor que se estaba formando nuevamente y que no tenía que ser escondido.







Need You Now. [McLennon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora