capítulo 5: consecuencias

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No quería que estuviera incomoda, pero en ese momento mi ego interior salió como una erupción que no pude controlar.

 -te doy miedo, es eso?- pregunte histérico, no quería entender su reacción, ella no dijo nada en ningún momento, solo miraba el suelo como si nada que le pudiera decir pudiera hacerle efecto.- ya te puedes ir si nos vas a contestar -

 -lo siento- es lo único que podía decir, ¿enserio?

-no digas lo siento sin ni siquiera intentarlo. Vete, por favor,- ella cogió sus cosas y se dispuso a irse pero antes de cruzar la puerta se giro por ultima vez y volvió a repetir esas dos palabras que me quemaban por dentro "LO SIENTO".

 Cuando cerro la puerta, mi cuerpo no respondía, no sabia que me pasaba, mi mente no sabia que pensar y mi enfado crecía por momentos, el teléfono sonó inesperadamente y solo con saber que era mi padre lo lance con tanta ira que salió por el balcón de mi habitación, dirigido al mar donde todo se lo tragaba, pero eso no me aliviaba el sentimiento que crecía en mi.

 

Narra Abie:

Cuando salí de su habitación no habían pasado ni dos horas desde su confesión, no quería aguantar ninguna charla de mi madre por no avisarla de no ir a casa y pude notar como las  lágrimas salían de mis ojos y no cesaban, salí corriendo de ese lugar donde en ese momento me faltaba el aire, no podía respirar. Seguí corriendo, cuando llegué a un lugar donde nunca antes había estado, pero me hacia sentir en paz y no sentía esa sensación en mi pecho que no me dejaba respirar, era como si una presión no me dejara vivir y quisiera que mi patética vida se acabara ahí, pero me negué como en todo, siempre tenia la esperanza del cambio, de que todo podía ser deferente y de que algún día podría ser feliz. Me senté en un banco que había en ese lugar, era un lugar asfaltado pero con algún que otro árbol, las vistas no tenían precio, se podía ver parte de la ciudad que resaltaban sus edificios y podías observar como la gente seguía su vida, sin pararse a pensar en los pequeños detalles de la vida. (Vivimos en un mundo donde no importan los momentos, sino en avanzar sin mirar en que o quien dejamos atrás).

 Estaba ahí sentada dejando pasar el tiempo, pensando en si lo que iba a hacer estaría bien o mal y necesitaba que alguien me guiara, no quería volver a sentirme débil, ni insignificante.

Enviando un mensaje: -podéis venir, por favor-

Tara -a donde?-

 Caittlin -pero que dices?-

 -Os mando la dirección, pero venir, tengo que contaros algo.-

 Caittlin - me estas asustando, vale enseguida vamos-

 Tara - si, tranquila, pasa la dirección- les mande la dirección y en media hora ya estaban ahí.

 - wow, como as encontrado este sitio- dijeron las dos al unísono.

 - Corriendo- las dos soltaron una risita que me hizo sonreír.-os tengo que contar una cosa que me esta torturando y quiero vuestra opinión, pero no quiero que juzguéis. Sabéis el chico del club...- me pare a respirar profundamente.

 -Que a pasado??-Dijo tara frunciendo en ceño, -te a echo algo ese chico??- concluyo Caittlin mientras yo las miraba a punto de soltar todo lo que me estaba conteniendo en mi alma.

 -Ese chico se llama Franco y no, no me a echo nada, solo me a dicho que su vida es complicada…- me faltaba las palabras para poder hablar.

 -Pero tu vida también es complicada y la nuestra. No pasa nada por eso.- dijo Tara quitándole importancia. Pero yo sabia que para mi eso no era todo.

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⏰ Última actualización: Sep 30, 2014 ⏰

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amor indecente (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora