034/ Born To Die

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Narra Beatrix:

Esta mañana me levanté muy temprano, aliste mis cosas de nueva cuenta en mi maleta, la colgué sobre mis hombros y en mi chaqueta porte todo el dinero que he ahorrado durante tanto tiempo.

Escribí una pequeña nota para los Oleff, ofreciendo mis disculpas por no agradecerles personalmente lo amables que fueron al tenerme en su cálida casa, además de que junto a la nota deje unos 40 dólares por todo lo que gastaron en mi.

Salí lo más rápido que pude para no toparme con Wyatt, el me ha apoyado demasiado todo este tiempo, le agradezco por hacerlo, pero sabía que si el conocía mis intenciones no me dejaría salir de la casa.

Camine tan sólo al final de la manzana y tomé un taxi hasta la supuesta dirección de mi madre. Sólo había una persona que podía ser mi soporte en estos momentos, la única persona que le permitiría que me acompañará, pero Finn no contestó ninguna de mis llamadas, no lo voy a presionar, supongo que haré esto sola, tal vez me conteste tan siquiera el mensaje que le he mandado.

Apesar de que salí temprano de la casa de Wyatt, fueron algunas horas de viaje, pues la dirección se encontraba en una zona exclusiva de los Ángeles, la cual me era totalmente asombrante.

El auto se detuvo frente a una gran casa, era asombrosa, pague el conductor y baje del auto.

No puede ser... De nueva cuenta la misma sensación de náuseas y debilidad, no lo puedo creer, esto me está matando, me siento tan indefensa aquí.

Sujete fuertemente mi maleta a los hombros, suspiré tan hondo como pude, alze la mirada y me sugestióne a la idea de ser valiente.

El jardín era muy grande, así que cada vez que mis suelas sentían el duro concreto, me sentía como una alma moribunda en un campo de guerra.

Al llegar justo enfrente de la enorme puerta, mi tan débil mano dió tres toques, juro que eso fue igual de estremecedor que escuchar a cualquier tropa de guerra dar un sonido de inicio.

Escuche como alguien giraba la perilla, cosa que hacía que mis músculos se tensaran aún más. De aquella puerta salió una señora con un uniforme de limpieza.

-¿Si?-Dijo ella con un tono desconectado. -¿Puedo ayudarla en algo, señorita?

-Estoy buscando a la señora Volkova,¿Se encuentra en casa?-Podía sentir como mi garganta a cada palabra que daba creaba un nudo enorme en mi, algo que me hacía querer llorar.

-¿De parte de quien?

-De Beatrix, Beatrix Castells.

-Espera aquí, no tardó.

La señora al ver mi aspecto prefirió dejarme afuera y minutos después volvió a salir, para dejarme entrar. Caminamos hasta lo que parecía un estudió.

Cuando entre ví a una mujer sobre un escritorio mirando un montón de papeles y cuando me vio, dejo todo atrás y camino enfrente de se escritorio recargandose levemente.

-Es todo, gracias Lucie, puedes continuar con tus actividades.

La señora salió y ella seguía con una mirada que penetraba mi ser.

-¿Quien eres? Y,¿Como es que sabes ese nombre?-Dijo con los brazos cruzados.

-De verdad,¿No me reconoces?.

-Tu no puedes ser mi hija, ella murió cuando se me fue arrebatada,¿Que es lo que buscas?

-Es increíble, ¿En verdad no puedes ver quien soy?- dije sacado de mi chaqueta una foto de ella embarazada poniéndola sobre la mesa.

𝕯𝖆𝖉𝖉𝖞 𝕴𝖘𝖘𝖚𝖊𝖘-𝓕𝓲𝓷𝓷 𝓦𝓸𝓵𝓯𝓱𝓪𝓻𝓭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora