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Había pasado una semana desde el accidente del examen y de hablarle a Mina y me sentía horrible. Solo le diría la palabra cuando era algo importante pero para otras cosas no. Ya no iba a su habitación a darle las buenas noches. Era el peor castigo pero quería qué entendiera qué yo hago muchos sacrificios para qué ella estudié en la mejor escuela de Corea. Yuri siempre me regañaba y me suplicara qué le levantara el castigo pero sus súplicas y regaños eran inútiles.

Me encontraba en el cuarto de ensayo en mi descanso cuando de la nada Bae entró a buscar algo de su mochila.

"¿Que hace aquí tan solito?" Ella preguntó.

Me levanté del suelo de inmediato.

"No me hables de usted que me haces sentir viejo, solo llámame Jimin." Respondí.

Ella sonrió.

"Esta bien, Ji-min."

Los dos sonreímos pero después todo se puso incómodo.

"¿Te puedo hacer una pregunta?" Le pregunté.

Ella asiento con la cabeza.

"¿Crees qué soy un mal padre?"

Ella me miró confundida.

"A mi hija le estoy aplicando la ley del hielo," dije.

Bae me miro seria.

"La indiferencia es el peor castigo qué un padre le puede poner a un hijo," Bae dijo haciendo sentir el padre más miserable del mundo.

Ella se volteó de inmediato dándome la espalda.

"Yo nunca tuve padres y no se que sea el amor de padres pero lo único que se es que ese amor es el más hermoso y sincero del mundo," dijo con una voz temblorosa.

Me acerqué a ella y puse mi mano sobre su hombro.

"Lo siento mucho," dije.

Ella se volteó sonriendo pero se notaba qué algunas lagrimas corrieron por su rostros.

"Mejor ves a tu casa y dile a tu hija canto la amas," ella dijo.

"Gracias," sonreí.

Sin pensarlo le di un abrazo. Después de varios segundos ella puso sus brazos alrededor de mi. El abrazo duró un minuto ya qué no quería hacerla sentir incómodo.

"Yo haré cuando salga de la escuela porqué ahora tengo qué estar aquí ayudándote para tu debut," dije.

Ella sonrió.

De la nada mi teléfono comenzó a sonar. Era de la escuela de Mina. Estaba un poco confundido ya qué me preguntaba la razón de la llamada. Solo espero qué no sean malas noticias otra vez.

Conteste el teléfono un poco serio.

"Con el padre de Mina."

"Él habla," respondí.

Mire a Bae y ella solo estaba mirándome.

"Quería saber la razón por la cual la alumna Park no se presentó a la escuela," una voz femenina dijo.

Mis ojos se abrieron como plato. Yo había llevado a Mina en la escuela esta mañana. Bae me miro confundida.

"Se sentía un poco enferma. Perdón por no haber avisado antes," mentí.

"Gracias," dijo y después colgó el teléfono.

Baje el teléfono despacio aún en shock.

"¿Que pasa?" Bae preguntó.

"Mina no entró a la escuela."

Ella se sorprendió.

Sentía qué me iba a volver loco. Mina podría estar en peligro. Me moriría si algo malo le pasara ya qué todo esto fue mi culpa. Soy un idiota y un mal padre. Necesito tanto a Jessie porque solo yo no puedo con Mina. No se como diablos Jin puede ser tan fuerte.

Seré Un Buen Padre, Lo Prometo  2 Temporada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora