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Desperté ya qué las cortinas dejaban entrar los rayos del sol. Giré para el otro lado de la cama para que no me dieran en la cara y mire qué Soo no estaba en la cama. De seguro se fue a su casa por más ropa limpia y otras cosas.

"Jimin, levántate." Me dije a mi mismo.

Me levanté de la cama y metí al baño. Tomé una ducha para poder despertar y qué me ayudara a no sentirme cansado. Salí minutos después. Me puse una pantalón negro y una camisa blanca. Mientras buscaba calcetines mire el frasco negro qué Soo me había enseñado anoche. ¿Será buena idea tomar una? No creó qué solo con una me haga adicto a ellas.

"No," susurré y después las aguarde.

Me arreglé para ir a dejar a Mina a la escuela y después irme a trabajar.

Bajé a la cocina para preparar el desayuno mientras Mina se arreglaba. Estaba picando un poco de fruta cuando escuché algo. No sé si solo era en mi cabeza.

"Eres un cobarde," escuché una voz femenina.

Giré para todos lados pero era el único en la cocina y Mina aún no bajaba. Traté de calmarme y ignorar la voz para seguir preparando el desayuno.

"Siempre serás el mismo cobarde de siempre," la misma voz.

Me quedé paralizada por un momento y después giré mi cabeza hacia la puerta de la cocina muy despacio. Una mejor vestida de negro apareció en la entrada de la puerta. Cerré mis ojos de inmediato deseando que solo fuese una alucinación pero cuando los abrí ella aún estaba ahí parada. Su rostro era muy pálido.

"¿Que quieres?" Pregunté.

Mi respiración era agitada. Sentía qué en cualquier momento caería al suelo.

"Que vengas conmigo," respondió ella.

"¿A-a donde?"

De la nada la mujer desapareció y Jessie apareció en su lugar con una sonrisa.

"Creó que es momento de que vengas conmigo, Jimin." Jessie dijo.

Ella se acercó a mi y acarició mi mejilla suavemente con la parte posterior de su dedo.

"Podremos estar juntos para siempre," añadió.

Después su rostro se acercó al mío. Sentí sus labios suaves sobre los mío. La mire a la cara pero ya no era Jessie si no la misma mujer de hace rato. Su rostro estaba horrible. Unas partes se estaba cayendo y su piel estaba quemada. Me alejé de ella asuntado pero ella me tomó del brazo y sentí como se metió en mi cuerpo.

Desperté asustado y todo sudado. Todo había sido un sueño. Mire al reloj de mi teléfono y eran las 3 de la mañana. Me levanté para ir al baño y cambiarme ya qué toda mi ropa estaba mojada. Cuando abrí mi cajón mire las pastillas que Soo me había dado. Las tomé y me metí al baño de inmediato. No quería volver a tener esa pesadilla de nuevo así qué me tomé una pastilla.

Cuando salí del baño me fui a la cama de inmediato para volver a dormir. Las pastillas funcionaron porque después de 10 minutos me quedé dormido.

Seré Un Buen Padre, Lo Prometo  2 Temporada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora