epilogo

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Todo Hogwarts se había enterado de la extraña muerte de Diana Rowling y Albus Potter. Nadie sabía como habían muerto. 

En la oficina de McGonagall, la madre de Diana, Harry y Ginny Potter hablaban con la directora. McGonagall les contaba lo sucedido y lo último que hizo, fue leerles las cartas que había encontrado en las ropas de Albus y Diana. 

―Primero la de Diana ―dijo y leyó en voz alta lo que decía en una hoja de papel a medio doblar. 

Mamá: 
Mi vida no es perfecta, lo sé. Siempre seré conocida por ser la única cobarde de Slytherin. Lo siento por el daño que te haré. Espero que Albus sepa lo que siento. Siempre seré la chica que murió sola. La que murió por amor. Por eso mismo, quería pedir disculpas; a los señores Potter. Si Albus no fue; díganle que lo siento mucho. 
Alice me lastimó, y mucho. Al igual que Roxanne. Nadie hizo nada para detener ese Bullying, ni siquiera sus hermanos mayores. 
Me duele aceptar la realidad. 
Los quiere.

Diana 

―Hija ―sollozó la señora Rowling. 

―Ahora ―dijo con dificultad McGonagall―. Leamos la de Albus. 

Mamá, papá: 
Amo con todo mi ser a Diana y soy capaz de morir por o con ella. Si están leyendo esto es porque pasó, estoy muerto. Morí con quien más amaba. ¿Acaso hay mejor manera de morir? Lo siento si los lastimé, pero Diana es lo mejor que me ha pasado en mi vida en esta y en la siguiente. 
Los ama; 

Albus. 

―Murieron de la mejor forma ―dijo Harry, aguantando las ganas de llorar―. Murieron juntos. Como dos almas gemelas. 

Ginny sollozó. Harry abrazó a su esposa con fuerza y ésta sollozó en su hombro. 

Pero era verdad, Albus y Diana siempre han sido tal para cual. Como dos almas gemelas. Era verdad lo que Harry había dicho, habían muerto de la mejor manera posible. Habían muerto amándose. 

𝐠𝐫𝐞𝐞𝐧𝐥𝐢𝐠𝐡𝐭 ↬ 𝐚𝐥𝐛𝐮𝐬 𝐩𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora