Capítulo 7

3.6K 427 59
                                    

Me remuevo incomoda en mi lugar al sentir la nada suave mirada de Newton sobre mí, es tan incómodo que por un momento me imagino a mí misma lanzándole uno de mis lindos botines, la idea se descarta por el simple hecho de no querer arruinarlos. La cafetería es el lugar más frenético del instituto, el número de susurros que se escucha es casi insufrible.

–Podrías parar– el comentario de Edward me toma por sorpresa, el tono molesto de su voz me sorprende y siento como se instala una mueca en mi rostro.

–¿Disculpa? – respondo con indignación.

–Tu pie– responde el chico Cullen con obviedad– no has dejado de moverlo desde que te sentaste.

–Y tú no has quitado esa cara de perro desde hace dos días– suelto sin pensar– y no veo a nadie quejándose.

Edward gruñe por lo bajo y por un momento a mi mente se viene un animal salvaje, es un simple pensamiento que llega tan rápido que me deja helada. Mi cabeza se llena de repente con toda la información que leí en el ordenador de Isabella y la completa la que encontré por mi cuenta. Entrecierro los ojos al ver la cara mirada de asombro que me regala el perro, digo, Edward. Una mirada que es remplazada por molestia de nuevo.

–Yo me quejo– responde con simpleza Rose– y más por la culpable– ruedo los ojos al saber perfectamente a quien se refiere.

–Díganle a Em que nos vemos en la tarde– digo mientras me pongo de pie y recojo mis cosas. Rose me regala una pequeña sonrisa antes de asentir.





[...]






Coloco con molestia el último libro en mi casillero, el sentimiento de que algo me hace falta ha estado en mi todo el día, y no soy tonta, se a que se debe. La ausencia de cierto gigantón me pone de malas, pero me regaño a mí misma, Emmett está enfermo y yo soy una egoísta al pensar que lo quiero conmigo. El molesto ruido de unos zapatos rechinando me hacen girar en busca de la persona dueña de tan molesto ruido. Cuando conecto mi mirada con el me limito a gruñir antes de cerrar con violencia mi casillero.

–¿Qué quieres Edward?

–¿Qué has hablado con Bella? – me vuelve a dirigir esa mirada de enojo que parece ser su favorita, mientras toma mi brazo para arrastrarme por el pasillo.

–Sobre lo sexy que es Newton– respondo con ironía mientras trato de zafarme de su agarre– también sobre lo molesto que eres.

–Aspen, no estoy bromeando.

–¿Y qué te hace pensar que yo sí?– respondo con molestia al verme incapaz de zafarme de su agarre.

Edward parece estar fuera de sí mientras me continúa arrastrando por el pasillo, me obligo a mí misma a tener cuidado porque el idiota parece no importarle el que traigo botines con tacón. Cuando atravesamos la salida y el no parece tener intensiones de detenerse el enojo se apodera de mí.

–Edward si no me sueltas en este mismo instante, juro por lo más sagrado que voy a patear tu trasero aguado.

–Cállate Aspen– gruñe en respuesta y cuando me veo siendo arrastrada bosque adentro es el momento en el que me veo a mi misma siendo asesinada por el idiota que tengo aun lado.

Cierro los ojos y a mi mente solo llega la imagen de un sonriente Emmett.
Pero al abrirlos solo me encuentro con un Edward fuera de sí.
Parece un animal, una bestia salvaje.
Un vampiro, grita mi mente.
Y después de ese pensamiento solo siento un fuerte dolor llegar a mí, Edward está tomando mi muñeca con fuerza, haciéndome soltar unos quejidos de dolor.

–Me haces daño– mi voz parece más un pequeño lamento.

Un fuerte gruñido se deja oír desde los grandes árboles, el miedo me invade al recordar los ataques animales que han ocurrido. El ruido se intensifica y yo solo me veo maldiciendo al verme atrapada en medio del bosque con un loco.

–Tú no sabes nada– tengo que pestañear para darme cuenta de que Edward me está hablando a mí– ustedes no lo entienden– la mirada de Edward se obscurece y eso solo me hace querer retroceder.

Todo pasa con tanta rapidez que por un momento siento como si fuera mentira, me veo a mi misma siendo aventada hacia atrás con fuerza y como un gigantesco cuerpo salta con violencia sobre Edward, estoy por gritar, por pedir ayuda cuando mi vista se enfoca en el gran cuerpo.
No es un animal salvaje, aunque en este mismo instante si lo parece.
Los gruñidos se intensifican mientras veo otro cuerpo tomar a Emmett con dificultad, Jasper parece no poder calmar a Emmett que parece querer saltar sobre un más tranquilo Edward.
Verlos así solo hace que las dudas en mi cabeza se dispersen, se lo que son.

–Dilo– Edward me reta con un nada suave grito, y siento mi ceño fruncirse, es casi imposible que él sepa lo que estoy pensando– di lo que somos, dilo en voz alta Aspen, eso lo hace real.

–Vampiros– respondo casi automáticamente– son vampiros.

Y eso hace que los gruñidos de Emmett paren, su cuerpo parece estar congelado. Jasper lo suelta antes de avanzar hasta Edward, una suave brisa me golpea el rostro, y cuando mi cabello por fin me deja ver con claridad veo a una cabizbaja Alice tomar la mano de Jasper.

–Emmett– mi llamado es ignorado mientras lo veo negar con la cabeza, parece lamentarse en silencio y eso me hace reaccionar. Avanzo con cuidado los metros que nos separan, soy consciente de la mirada de sus hermanos sobre nosotros, pero me limito a ignorarlos.

–Gros ours– susurro antes de tomar su brazo con cuidado.

–Aléjate Aspen– sus palabras me dejan un mal sabor de boca, pero lo ignoro, niego levemente con la cabeza y me regaño mentalmente al saber que él no me está viendo.

Ignoro por completo lo que Emmett me pide, en su lugar coloco mis manos sobre su rostro, el frio contacto me hace sonreír. Con sumo cuidado levanto el rostro de Em, sus ojos están cerrados y eso me hace rodar los ojos.

–Aspen, debes alejarte de mí. Soy un….

–No te atrevas Emmett– lo interrumpo con brusquedad– no te atrevas a llamarte a ti mismo monstruo– mis palabras hacen que por fin abra los ojos, el dolor que me transmiten me deja helada.

–Es lo que soy.

–Y un demonio Emmett– respondo con enojo– no hay nada en ti Emmett que me haga pensarlo, eres el ser más puro que he conocido. Eres divertido, educado, tienes esa hermosa sonrisa que parece iluminar todo, joder Em, eres la luz al final de un túnel oscuro. Me vale un cacahuate si eres un jodido vampiro, por mi podrías ser un elfo o un unicornio– digo con diversión– nada de eso dejara de hacer que te amé. Porque si no te has dado cuenta Emmett Cullen, estoy total e irremediablemente enamorada de ti.

–As– niego con diversión al verlo incapaz de decir nada.

–Ya cállate Emmett– respondo antes de tomar su rostro de nuevo entre mis manos para poder conectar nuestros labios.

Los labios de Emmett son tan fríos como me los imaginaba, pero eso no me incomoda para nada, porque a mí me encanta el jodido frio. Siento como Emmett sonríe todavía sobre mis labios y eso solo me hace sonreír a mí también.

–Así que estas enamoradas de mi– la diversión vuelve a Emmett y eso me alegra el alma.

–Profundamente– respondo haciéndolo sonreír.

–Voy a matar a Edward– responde mientras toma mi muñeca entre sus manos.

–Y yo te voy a ayudar– respondo haciéndolo sonreír, antes de verlo inclinarse para conectar nuestros labios de nuevo.

Correspondo el beso con gusto, mientras me acerco más al gran y sensual cuerpo de Emmett.

Mi Emmett, el vampiro con el alma de niño pequeño y sonrisa traviesa.




RED ➳ EMMETT CULLENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora