capitulo 18

21 3 2
                                    

Al amanecer, Alexia se encontraba cenando junto a sus tíos. Ellos platicaban de asuntos sobre el trabajo de marco mientras sus pensamientos solo se remontaban a esa nota, los nervios la consumían por completo y eso le quito por completo el apetito.

Al notar eso Mei le pregunto:

-querida no has comido casi nada, ¿te desagrada la comida o sucede algo? ¿Te sientes enferma?- Alexia seguía perdida en sus pensamientos y los adultos se miraron confundidos sin comprender que pasaba. La chica creía que sucedería lo mismo de siempre, la típica frase de “al mal tiempo buena cara” pero esta vez su tío le tomo la mano y mirándola firmemente, le recordó tanto a su madre.

-Alexia, ¿estás bien? ¿Estas tomando tu medicina? Si alguien te agrede me encargaré de hacer que pague sus acciones-

Hasta entonces Alexia presto atención a lo que estaba pasando, sonrió levemente y tomando su libreta escribió:

-“está bien no hay problema solo se me ha ido el apetito, Kaori me dio muchos dulces hoy”- pensaba si mintiéndoles se iría su preocupación lo cual aparentemente había dado resultado. Se levantó e indico que se retiraba y su tía dándole un beso en la frente le dio las buenas noches. Los nervios la consumían por completo.

¿Estaba bien verse a escondidas con el azabache? Para disipar sus pensamientos decidió darse una ducha y arreglarse un poco el cabello ya que siempre se esponjaba y se negaba a obedecer.

Ahora era diferente, habían pasado semanas desde el incidente con Marina, su cabello ahora estaba antes de llegar a sus hombros y ligeramente ondulado; Renata le había ayudado a arreglarlo pero aún le era difícil acostumbrarse.

Sin hacer ruido abrió lentamente la puerta de su habitación y verifico que sus tíos estuviesen dormidos. Comprobándolo regreso caminando lo más ligero que podía a su habitación; juraba que el piso de madera gritaba su evidencia. Llegando a su habitación abrió la ventana que daba a su balcón; nuevamente había luna llena cuando sus recuerdos la llevaron a girar su cabeza a el árbol donde anteriormente había visto al azabache salto un poco al comprobar que hay se encontraba de nuevo, silencioso como siempre. Sirac para evitar que gritara señalo con su dedo índice colocándolo sobre sus labios y ella entendió; así mismo le hizo una seña para que lo siguiera y ella miro hacia abajo pensando en una posible caída, Sirac susurrando le dijo:

-no te caerás, yo te detendré, no tengas miedo- ella seguía dudando. El azabache se dio cuenta de aquello y susurro a su oído con aquella voz que hacía que su piel se erizara:

-¿confías en mí?-  entonces la rubia extendió su mano para bajar con él.

Confiaba en él. Volvía a ser ella, volvía a hablar, volvía a vivir, volvía a sentirse alegre aun en aquella situación; cualquier otra chica le hubiese pensado para escaparse de su casa por la noche con el chico más temido de la escuela y el más deseado también. Él le indico que se subiera a su espalda y se sostuviera fuerte, rápidamente bajaron sin hacer ningún ruido cuando la rubia bajo de su espalda susurro un apenas audible:

-¿A dónde vamos?- Sirac camino ella lo siguió. El corazón de la chica latía tan fuertemente que sentía que iba a estallar en cualquier momento, deteniéndose un momento Sirac saco las llaves de su motocicleta color negro y le ofreció el único casco que tenía a la rubia. Alexia temblando lo tomo y el rio levemente. El corazón de la chica estallaría en cualquier momento.

-oye tranquila no te secuestrare ni nada por el estilo tu dijiste que confiabas en mí, confía en mi-

La chica colocándose torpemente el casco contesto en un manojo de nervios:

-lo que sucede es que nunca me he subido a una motocicleta-

“rayos, ni siquiera puedo abrochar bien este casco” pensó para sí alexia, y Sirac adivinando el pensamiento de la chica decidió ayudarle.

-tranquila regresaremos temprano, iremos a un lugar que seguro te gustara-

Ella asintió. La motocicleta era muy alta así que el azabache tuvo que ayudarla a subir, el tomo de la cintura dejando sus manos en ella más del tiempo necesario.

En el trayecto ella temblaba Sirac le había indicado que se sujetara de la cintura de él. Parecía más un abrazo pero no le asustaba porque iba con él; aunque él era el que daba miedo.

Salieron de la ciudad y llegaron a la playa que estaba a las afueras de Portland, el inclino un poco el vehículo para que ella pudiera bajar y después se quitó el casco. Alexia comenzó a observar la playa; no era como las playas que había ido anteriormente en el lugar donde vivía antes; era una playa tranquila y extrañamente el agua brillaba dándole un toque fosforescente y donde estaban ellos había pasto, no era una playa tropical era diferente.

El azabache al ver que observaba detalladamente el lugar sonrió, nunca había estado en esa playa con alguien siempre iba solo y el hecho de que ella estuviera ahí lo hacía especial.

-¿sorprendida?- pregunto Sirac mientras se acercaba a ella.

-nunca había visto algo parecido es muy hermoso- fue lo que finalmente pudo decir la chica.

Las estrellas brillaban y la rubia pudo percatarse de la gran cantidad de estas que podía ver ya que en la ciudad no se percibían tal número, se opacaban con la luz artificial de la ciudad. Sirac tomo asiento para después recostarse viendo al cielo y ella solo que se quedó sentada.

-el firmamento del cielo es hermoso- la voz de Alexia interrumpió el silencio.

-Alexia ¿te has sentido muerta alguna vez?- dijo el azabache volviendo a sentarse

-muchas veces- fue lo que pudo decir ella, no sabía si decirle sobre su pasado posiblemente se iría como todos, o tal vez no.

-mi madre está muriendo, vengo de cuidar de ella en el hospital ya que no conozco a alguna persona que quiera relevarme, no resistirá mucho tiempo a pesar de que ella es fuerte- Sirac dijo aquello con tal frialdad ante esa situación.

-es jodido ver a alguien que amas morir lentamente mientras este consiente no olvides hacerla sentir amada- respondió Alexia con tranquilidad y algunas escenas pasaron en su mente como una película; volvió a agregar:

-cuando tu única familia te traiciona, te olvida, te da la espalda te vuelves fuerte pero muy débil, tú tienes amigos yo en mi momento no los tuve- eso capto la atención de Sirac ¿Qué habría sucedido en la vida de la rubia anteriormente?

-ellos no lo saben y no quiero su estúpida lastima de mierda- dijo secamente el azabache y la rubia volteo a verlo reservándose de aquel hermoso paisaje por un momento.

-permíteles saberlo-

-lo divulgaría la escuela-

-ellos sabrán guardar el secreto como tú lo hiciste conmigo-

-eres la única que lo sabe Alexia-

-cuando mis amigos supieron ellos se fueron-

Y al instante de decirlo se maldijo a si misma cosa que no pasó desapercibida por él.

Pero confiaba en él.

No la heriría.

Con aquella mirada con la que firmemente lo observo aquel día posando esa delicada mirada en aquellos ojos color miel de él, abrió esa puerta, esa oscura parte de su vida que no se lo había permitido a nadie.

-Sirac yo fui violada por mi propio padre-

Y Alexia sintió como nuevamente se quebraba..

Porque estaba marcada



Te he encontrado,  mi pequeño girasolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora