06; Recuperación

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Alrededor de una hora era lo que Annabelle llevaba adentro de la habitación encerrada con el doctor y la enfermera mientras era atendida adecuadamente.

Justin esperaba sentado afuera de la habitación, con los codos apoyados sobre sus rodillas y la nuca enterrada en sus palmas. Pensando en lo que acababa de suceder y en las condiciones tan preocupantes y desagradables que había encontrado a Annabelle.

No entendía ni una mierda de lo que ocurría, pero de lo que sí estaba jodidamente seguro era que ese hospital estaba repleto de secretos por cualquiera de sus paredes, más de los que alguna vez él llegó a escuchar de aquel hospital.

Tuvo un fuerte presentimiento de que todos los empleados y enfermeros que trabajaban ahí escondían algo verdaderamente atroz. Desde la forma que actuaban y se secreteaban entre ellos mismos, pudo darse cuenta que todo ahí eran cómplices de algo sumamente delicado. Algo que si llegaban a revelarlo les podía costar su empleo. Todos ahí lo miraban de manera extraña y con desconfianza, como si él fuera un completo intruso.

No cabía la menor duda de que aquella institución psiquiátrica guardaba quizás alguna que otra muerte e infinitos gritos ahogados. Y estaba seguro como el infierno que no iba a descansar hasta descubrir que era lo que ocultaban, antes de que todo se convirtiera en un verdadero infierno y no encuentre la forma de escapar.

 
Inmediatamente subió la cabeza de sus manos en cuánto escuchó la puerta de la habitación abrirse. El doctor salió junto con la enfermera, y cuando lo miró a él le susurró algo a la enfermera que no logró escuchar, ésta asintió firmemente y se fue marchándose de ahí. El doctor se dirigió hacia Justin y él se levantó de inmediato de su asiento para preguntarle acerca del estado de Annabelle.

—Dr. Bieber estoy enterado de que usted está a cargo de la situación mental de Annabelle, por eso lo que voy a decirle es sumamente delicado... Ella no sólo está herida físicamente, está demasiado dañada mentalmente — murmura. Su semblante era firme y neutral, mostrándose profesional todo el tiempo—. Encontramos restos de semen y profundas magulladuras en su feminidad. Sólo necesita un par de días de reposo y...

Justin cerró los ojos por un segundo cuando oyó lo último, e interrumpió descortésmente la blasfemia del doctor— La chica fue golpeada y abusada brutalmente, creo que por lo menos merece un mínimo de consideración y darle más días de reposo, ¿no cree, doctor?

El Dr. Charles lo observó pensativo por un momento dudando, luego de unos segundos terminó aceptando con una asentimiento de cabeza.

—Está bien, hablaré con Hill de lo sucedido y en media hora más vendré a checar su estado—articula, mientras guarda su bolígrafo en el bolsillo delantero de su bata —Ah, y por el momento no podrá recibir visitas—concluyó, advirtiéndolo con la mirada y dándole a entender que ni él, ni absolutamente nadie podría pasar a verla.

Dando por terminada la conversación, el doctor se dio vuelta con la intención de marcharse, pero rápidamente la grande y ágil mano de Justin lo detuvo por el brazo impidiendo que siguiera con su trayecto. El señor Charles se le quedó mirando fijamente la mano de Justin, la cual rodeaba su brazo con suma firmeza.

—Necesito verla...—farfulló, viéndolo directamente a los ojos —Por favor— rogó sin retirarle la mirada de encima.

El doctor Charles le mantuvo la mirada vacilante e inseguro por unos segundos. El Sr. Hill le había ordenado específicamente que Annabelle no recibiese ninguna visita de nadie hasta que hayan pasado cuarenta horas, pero el nuevo doctor parecía una persona muy persistente y no lo iba a dejar malditamente en paz si no le autorizaba la visita.

Después de debatirlo consigo mismo unos momentos, terminó por acceder. El doctor Charles le dio un leve asentimiento finalmente aceptando.

—Sólo diez minutos —dictaminó, con semblante serio en el rostro, tal parece que le había costado acceder. Se soltó bruscamente del agarre de Justin y le dio una última mirada severa — No más... Antes de que me arrepienta.

Psychiatrist Bieber « J.B »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora