En cuanto Anna escuchó su tenebrosa y desagradable voz cerró los ojos fuertemente, como si deseara con toda su alma arrancarse la piel con sus propias uñas.—Annabelle... Mírate, en lo que te haz convertido cariño... —recitó, aquel hombre canoso que vestía elegantemente sentado en una silla frente a ella cruzado de piernas y moviendo su bastón con oro incrustado en su punta — ¿Donde quedó aquella dulce jovencita carismática?
Anna simplemente se dedicó a permanecer en silencio con la cabeza girada hacia otro lado. Evitando a toda costa su contacto visual.
—Ella ya no existe, ya no queda más de ella... Murió junto con mis ilusiones.
Leonardo movió su bastón mientras reposaba sus brazos encima de sus piernas cruzadas.
—No, yo sé que aún vive dentro de ti... —la miró detenidamente, deteniéndose un momento —Esa chica soñadora y libre que alguna vez brilló por cuenta propia... Todavía persiste muy en el fondo de ti.
Una lágrima se deslizó lentamente por la mejilla de Annabelle, sintiendo como cada palabra acribillaba su corazón.
—Olvídate de ella... ya está muerta.
Anna giró su cabeza para mirarlo, y la mirada que le dedicó lo dejó totalmente congelado en su sitio estremeciéndole hasta el más mínimo bello existente en Leonardo.
—Se han encargado de destruirla...—susurró, asegurándose de expresarle todo el rencor en sus ojos, un aborrecimiento puro que sentía desde cada partícula de su cuerpo —Ustedes me destrozaron, me rompieron en mil pedazos para después pisotear lo poco que quedaba de mi... ahora solo estoy muerta en vida.
Él sabía perfectamente lo doloroso que era para ella hablar de su pasado. Porque para Annabelle le era totalmente imposible recordar cuando era una mujer libre. En su mente no existían momentos felices, solo vivía de tragedia y momentos atroces...
Y le calaba en lo más profundo de su alma ser incapaz de recordar tan siquiera cómo fue su vida antes de conocer algo más terrorífico que el infierno... Wésternville.
—Qué lastima... ¿Sabes? Yo nunca fui partícipe de esas atrocidades... —habló, mirándola neutralmente —yo no me rebajaría recurrir a tan mezquinos métodos.
Anna lo miró frívolamente y soltó la risa más sarcástica.
—Hill y tú se pueden coger el uno al otro.
Leonardo se levantó de la silla, y mientras giraba su bastón bañado de oro se acercó a la camilla de Anna. Se paró justo en frente de ella, se inclinó a su altura y con la otra mano la jaloneó del mentón tirando agresivamente para que lo mirara directamente a los ojos.
—Annabelle si yo lo deseo, en este mismo momento puede hacer que desaparezcas y borrar todo rastro de tu maldita existencia —masculló, observándola seriamente. Ella afirmó el mentón intentando devolverle la mirada con la misma intensidad — Por milésima vez yo soy estéril, nunca tuve descendientes... y tú no serás la excepción.
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Psychiatrist Bieber « J.B »
FanfictionJustin Bieber es un psiquiatra experto en tratar con enfermedades y trastornos mentales. En sus años de experiencia ha sido testigo de todo tipo de situaciones con personas desquiciadas. Psicópatas y criminales es su especialidad. Pero no es hasta q...