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Empezaremos este documental, conociendo a la especie que hoy trataremos, estamos hablando de dos especies muy raras y en extinción, sus nombres son extraños y poco conocidos para todos, el gran niño-que-quiere-ser-niña y su inigualable contraría la-patata-obesa-que-quiere-verse-sexy-en-lencería, son de las especies más indispensables, sin locos como ellos el mundo no sería lo que es hoy.

¡Parecen estar cerca!, observé los con cuidado, podremos verlos convivir en su día a día, una dicha de muy pocos.

Observen bien:

— ¡Idiota devuélveme mí vestido!

— ¡Es MI vestido! — la chica corría a toda velocidad mientras cargaba un vestido rojo largo.

— ¡Falso!, ¡A mí se me ve mejor!, ¡Es mío!

— ¡Búscate un vestido propio y no molestes! — la persecución continuaba.

Se encontraban en medio de una calle bastante céntrica en la ciudad de Seúl y las personas les miraban bastante confundidos e incómodos por la situación.

— ¡Perra inmunda, devuélveme mí vestido! — y ahí estaba un chico lleno de maquillaje exuberante corriendo básicamente en ropa interior por la calle mientras seguía a una chica que corría con lo que él hacía llamar "su vestido".

— la única perra cochina ¡eres tú! — tomó con más fuerza el vestido y trató de aumentar la velocidad, pero sus piernas no aguantaban más, llevaban unos veinte minutos corriendo por toda la ciudad.

— Detente ahí, alma en desgracia —. El chico aumento la velocidad tratando de alcanzarla.

— ¡Jamás me atraparás! — gritaba mientras trataba de obligar a sus piernas mantenerse en pie. Demasíado infantiles.

— ¡Dame mí vestido! — gritaba él mientras veía a la chica cuyas piernas se veían tambalear como spaghetti.

— ¡Es mío perra in-

¿Adivinen quién tenía la cara estrellada contra el asfalto?, Sí, nuestra bella protagonista.

— Esto me pertenece — tomó el vestido de las manos de la chica que se encontraba tirada en el suelo, mientras sudaba hasta por la raja de las nalgas.

— maldita perra — habló entre susurros la chica que seguía sin levantarse del suelo.

— Perra no, perrisima — tomó el vestido y comenzó a caminar por el lugar como toda la diva que era. ( Ignorando las miradas de toda las personas que vieron el pequeño show)

Pero vamos, seguro están bastante confundidos por la situación, así que se los voy a aclarar un poco.

La chica loca que corría con el vestido en sus manos se llama Lee _____, su cabello es castaño a la altura de sus hombros, piel de un tono blanquecino y ojos color chocolate que podrían hipnotizar a ... espera, ¿A quien engaño?, Esa parece la descripción de cualquier novela romántica, Aquí no estamos para eso, vamo' a hablar como son las cosas, ¿Sí o no compa?

Bueno, decía, _____ tiene el pelo café como el café que tomas cada mañana, así sencillo y típico, hasta quemado podría decir, la piel la tiene así bien estilo dulce tri-color, por qué arriba está café, en medio rosada y abajo blanca, el sol quema ¿Saben?, Y de sus ojos, que decir, tienen una perfecta tonalidad caca, así bien feos y sin ese brillo del que todos hablan, osea, ¿De cuando acá los ojos son lámparas para que puedan brillar?

Ah y su cuerpo es casi perfecto, es básicamente: 80,75,95

Y sí esperás que el 95 sea por qué tiene buen culo, pues lamentablemente debo decirte que es debido a toda la gordura y celulitis de sus piernas, pero a quién engañamos, todas estamos igual, ¿No?

Luego tenemos a Kim Seok Jin, cabello castaño un poco largo de un color rubio que brillaba como el sol, piel blanca como la porcelana misma y sus ojos totalmente... Digo, la descripción no iba así.

¡Aquí está!, Kim Seok Jin, cabello perfecto, piel perfecta, ojos perfectos, sonrisa perfecta... ¡Esta tampoco es!

Vale, creo que es esta. Seok Jin, cabello hermosísimo, ojos bellísimos, piel de infarto, sonrisa de orgasmo... ¡Joder esa tampoco es!

¿Saben qué?, Dejémoslo en que es un chino guapo y ya estuvo.

Prosiguiendo con la historia, Kim seok Jin es el mejor amigo de ______, la forma en la que se conocieron podría haber hecho parecer que todo en ellos era normal. Gran error. Ambos tenían un pequeño secretito...

¡Les gustaba el sadomasoquismo!

¡Las agarré pecadoras!, Así las quería ver, pecando ante las leyes divinas, se irán al infierno... y desgraciadamente, yo las acompañaré.

Ya, de forma sería, sigamos.

Su pequeño secreto era bastante normal, osea, me refiero a qué cualquier chico adolescente puede tener el deseo de usar ropa de chica y maquillarse para luego modelar en toda su casa mientras el mismo se dice lo bello que es, ¿O me van a decir que ustedes no lo hacen?

Y ella como chica no hacía nada raro tampoco, sólo tenía el pequeño ritual que  consistía en que después de llegar del trabajo comenzaba a vestir lencerías exóticas y exclamar en voz alta lo caliente que se ve, osea, esas cosas pasan todos los días en la vida cotidiana.

Seguro la curiosidad les está picando y quieren saber cómo se conocieron.

¿No?, ¡Pues que les comience a picar!

Ellos se conocieron en un "pequeño" restaurante en el centro de Seúl, y digo "pequeño", por qué en el desgraciado restaurante bien podría alcanzar big mamá y unos quinientos big mamitos, ¿Explico la magnitud del lugar?

La amena plática que tuvieron surgió casual, y se llevaron de lo mejor, pasó algo así:

Seok Jin había hecho una reserva en el restaurante, pero,  a causa de un retraso de cinco minutos, su mesa fué entregada a una familia de dos esposos obesos y un Chihuahua vestido de bebé recién nacido.

— ¡¿Cómo que le dieron mi mesa a un Chihuahua con Parkinson?! — gritó exasperado el rubio.

—Señor cálmense, está ofendiendo al bebé de la feliz pareja y eso no lo vamos a permitir — habló el hombre que se encontraban en recepción.

— ¿Bebé?,¡¿Bebé?!, ¡Es un perro con epilepsia! — dijo dándose un face palm mientras observaba a los dos hombres dar de comer con un tenedor al perro en la boca.

— ¡Sólo me retrasé cinco minutos y ya me cambian por un perro mal oliente!

— podemos darle otra mesa — hablaba el hombre de recepción mientras revisaba ciertos papeles. —, una pareja hizo una reserva, pero ya tienen dos minutos y quince segundos de retraso, ¿Le parece bien tomar su lugar? — en ese momento el mundo se iluminó para seokjin y fué feliz al saber que podría engordar como cerdo.

— sí, la quiero — lo ojos de seok Jin brillaban, mientras seguía al hombre hasta dónde debía estar su mesa.

Pero como la suerte estaba de su lado siempre, le tocó un lugar bellísimo, casi el lugar de los dioses.

— ¿Por qué a mí? — exclamó Seok Jin al sentir el décimo quinto portazo de la noche justo en su hombro.

No había podido comer en paz en todo el plazo que llevaba de estar en el restaurante, pues le habían asignado una mesa justo a la entrada de la cocina y cada vez que habrían la puerta su hombro era el receptor del golpe.

— ¡Me quejaré con el dueño! — Seok Jin estampó sus manos contra la mesa y se impulsó sobre estás para levantarse, justo en ese momento la puerta de la cocina fué abierta, sólo que está vez con un impulso mayor, logrando que este terminará en el suelo.

— ¿Ahora qué? — gritó Seok Jin en el suelo mientras sobaba su trasero adolorido por el golpe de la bestia que había empujado la puerta.

— Discupalme — le observó una chica de piel tostada, sí, ella era la bestia que le había propinado tremendo empuje.

Tremenda fuerza para ser sólo una chica, en definitiva, una bestia.

Vestidos Y Lencería ((🌷)) ;; Kim Seok Jin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora