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Me encontraba tirada boca abajo en la cama de Mandy,no había dicho una palabra desde que llegué a su casa, ella solo se disculpo por lo sucedido. No tenía fuerzas para hablar con ella, aunque eso me doliera, ella siempre me expresó sus pensamientos cuando su padre les abandono por otra mujer. Siempre me contó que pensaba su retorcida mente, pero para mi, en este momento se me hacía imposible.
No quería pensar más en la cosa que me causaba dolor, no me permitiría sufrir por alguien que no esta. Solo pensaría en los buenos momentos, en los momentos que en verdad valieron la pena con mi abuelo. Lo recordaría con una sonrisa.
-Hay una fiesta en la casa de Nora... -le dije a Mandy tras incorporarme en la cama.
-¿Y?. -dijo, me miraba extrañada.
-Iremos, no pienso recordar a mi abuelo de esta manera.-le dije.
Me miro más animada, por lo que me incorporé y abrí las grandes puertas de su armario.
-¿Me prestarias algo?
-¿Acaso me ves cara de una mejor amiga egoísta?.
Reimos y agarró un par de prendas dejándolas en la cama.
Cogí la ropa y fuí a él baño, que se encontraba justamente a la derecha del cuarto de Mandy.
Mi reflejo en el espejo me asustó, tenía los ojos inchados y la cara roja por las lágrimas que había expulsado. Me lavé la cara y me arreglé. Llevaba puesto mis pantalones negros que llevaba del día y unas botas marrones de tacón por la rodilla, tenía una camiseta color negra que transparentaba. Me cepillé el pelo y salí del baño.
Mandy tenía un vestido blanco que maracaba su figura y unos tacones de aguja enormes, se veía mucho más formal que yo, aunque en verdad a mi nunca me había gustado arreglarme para salir de fiesta, y pensándolo mejor... Para nada.
Me agarró de la muñeca y me sentó en la silla de su escritorio, agarró un millón de frascos y productos de maquillaje. Nos maquillados y salimos de su casa.
-Yo... ¿Seguro que esto es buena idea?.-me dijo Mandy.
Su mirada reflejaba preocupación.
-Tranquila, esto me ayudará a despejaeme.
-Pues entonces,¡a emborrarse se ha dicho!. -dijo animada.
Reí ante su forma de decirlo.Doblamos la esquina y me paré en seco derrepente.
-Mandy,la casa de Nora está a 20 minutos en coche.-le dije.
Andando a nuestro paso tardaríamos 1 hora a lo sumo.
-Ya pensé en eso.-dijo.
Me quedé extrañada, pero de igual forma seguí a Mandy.
Mandy silbo a lo lejos, saludando a alguien. Yo solo podía ver la oscura acera. A medida que nos acercábamos puede ver un par de sombras. Ben y Derek. ¿En esto había pensado Mandy?
Les estaba muy agradecida a ambos,por todo lo sucedido.
Cuando llegamos la mirada de Derek se clavó en mis ojos, su mirada recorrió mi cuerpo de arriba a abajo, lo que me hizo estremecer.Derrepente Ben me abrazó, y despegué la mirada de Derek.
-Me alegro que estés mejor.-me dijo al oído.
-Gracias por todo.-le correspondí el abrazo.
Y sin saber porque mi cuerpo se hecho para adelante y abrazé a Derek, agradeciendole también a él todo lo que había hecho. Estaba tenso pero derrepente se relajó y sus brazos me recorrieron la espalda.
Cuando llegamos a la casa de Nora bajamos de las motos, y nos dirijimos a la puerta principal. Mandy tocó el timbre.
A los segundos, Nora apareció con una gran sonrisa tras la puerta.
Nora era la capitana del equipo de boley en el instituto,todo el mundo quería aspirar a ser como ella. Perfecta tanto física como académicamente.
Todos menos yo, no es que me callese mal, pero algo en ella nunca me había agradado, ni nunca lo haría. Pasamos adentro de la casa y la música retumbaba las paredes, olía a alcohol fuertemente y las risas y murmullos de la gente resonaban completamente. Me gustaba el ambiente. Cuando me giré Nora estaba hablando con Derek animadamente, lo cual me molesto un poco. No es que estuviese celosa, o eso creo...
Ben y Mandy estaban bailando en la pista, y yo estaba sola en medio del pasillo. Subí las escaleras y me dedique a mirar a la gente desde arriba, me encontraba apollada en la barandilla viendo como unos chicos borrachos jugaban a algún juego de beber. Oí unos pasos detrás mía,y un chico se puso al lado mía.
-Hola. -dijo.
Era un chico moreno, bastante alto para mí, sus ojos estaban rasgados hacia arriba su nariz era fina y respingona.Era guapo.
-Hola. -le contesté.
No lo conocía del instituto, seguramente sería algún amigo de Nora.
-Mi nombre es Max.-me dijo, dándome una mano en forma de saludo.
-Arya.-le dije, dándole la mano.
Se despidió y se marchó.
¿Que acababa de pasar?, había sido la conversación más rara que había tenido en la vida.
Ya llevaba una hora en el mismo lugar, cansada de observar a la gente a lo lejos pensé en ir en busca de Mandy y los demás. Bajé las escaleras, me tropezé con unas cuantas persons en la pista de baile y salí al jardín interior de la gran casa, no había nadie y el sonido de los grillos mezclado con la música me retumba a los oídos. No encontraba a Mandy ni a los demás, me empiezé a extresar por lo que saque mi móvil del bolsillo de detrás de mi pantalón y marqué a Mandy. No lo cogía, lo más probable por la música. No tenía el número de Derek, y el de Ben, me quedé apoyada en uno de los pilares del jardín observando como el agua de la piscina provocaba ondas por la vibración de la música. Derrepente escuché una voz a mis espaldas, mi giré sobresaltada y me encontré con el chico anterior.Se llamaba Max si recuerdo bien, por su manera de andar se le notaba que estaba bastante borracho.
Empezó a dirigirse hacia a mí,no quería problemas en este momento por lo que le esquivé, o más bien lo intenté,me aferró el brazo bruscamente haciéndome girar.
-¿Que se supone que haces?. -le reproché.
El no contestó, solo río y me sujetó ambos brazos fuertemente, me apoyó a un pilar y su aliento a alcohol me inundó las fosas nasales.
En este momento tenía miedo, ¿se puede saber que hacía?.
Intenté salirme de su agarre, pero era demasiado fuerte.
Se acerco más hacia mí,derrepente se encontraba besando mi hombro y deslizando una de sus manos en mi cuello, mientras otra me sujetaba fuertemente el abdomen. Una lágrima se me escapó de mis ojos resbalando por mi mejilla.
-Ayuda. -dije en un inútil medio de que alguien me escuchara.
No había nadie y tenía la voz entrecortada, sus manos derrepente sujetaban mi cintura, se encontraba levantado mi camisa haste que salió disparado al suelo. Una sombrá se encontraba sobre Max, era Derek. Estaba impactando fuertes puñetazos en el rostro de este,su mandíbula estaba excesivamente marcada y la furia se reflejaba en mis ojos. Max solo jadeaba a causa de los impactos, si no lo dejaba lo mataría.
-Derek... Basta. -le dije.
No me escuchó o no quiso hacer caso a mi petición, ya que seguía golpeando a Max.
Me acerqué y le puse una mano en el hombro.
-Lo matarás. -dije ya preocupada.
Se levantó inmediatamente, con un puño ensagrentado señalando en mi derección, gotas de sudor caían por su frente empapando su claro cabello.
Retrocedí impactada por su reacción, y derrepente bajó el puño seguidamente de habérselo limpiado en su camisa.
Me agarró de la muñeca y me dirigió a a la puerta principal, salimos sin decir palabra y nos quedamos en la acera nada más salir de la casa.
-Losiento, pero el... - empezó a decir.
No terminó la frase, aunque tampoco hacía falta que lo hiciera, ya que sabía el final.
Había estado en una fiesta después del fallecimiento de mi abuelo y un chico que no conocía me había tocado. Si no hubiera sido por Derek sinceramente no se que hubiera pasado, aunque tenía una ligera idea.
-Gracias.-dije.
El se giró bruscamente, me miró extrañado y después apenado. Sus ojos penetraban los míos lo que me ponía aún más nerviosa. Dirigí la mirada al suelo y derrepente una de sus manos tocaron mi rostro. Lo que provocó que mi piel se electrocutará.
-Vosotros.-escuché a lo lejos.
Ben y Mandy salieron de la casa, Mandy me miró preocupada y Ben miró extrañado a Derek.
Su camisa tenía rastros de sangre, al igual que sus nudillos anaranjados.
-¿Que a pasado?.-medio chilló Mandy viendo horrorizada a Derek.
-Hablaremos en casa.-dijo Ben a Derek.
Yo le dediqué una mirada de explicaciones a Mandy, la cual asintió un tanto poco convencida.
Ben y Derek nos dejarón en la casa de Mandy, aún me veía con pocas fuerzas para volver a mi casa, por lo que me quedaría hoy a dormir en la casa de Mandy.
Subimos a su habitación y nos pusimos los pijamas, Mandy me dejó uno de hace un par de años,el cual dejaba para ocasiones de emergencia en su casa por si algún día me quedaba a dormir en ella, como en esta ocasión. La parte del pantalón me estaba un tanto estrecha y corta, pero me apañaria por una noche.
-Ya me vas contanto que ha pasado.-me dijo Mandy en tono de orden.
Nos sentamos en su cama y nos arropados con un par de sabanas, y la colcha. Hacía bastante frío en la habitación.
-Había un chico borracho, me tocó..., y apareció Derek. -dije recordando el momento. Me estremecí ante el recordar de su tacto,me notaba sucia, como si hubiera chupado un inodoro del instituto o algo por el estilo.
Mandy me miró asustada.
-¿Lo ha matado?.
-No.
-Entonces...
-Le pego, unas cuantas veces.
-¿Te encuentras bien?. -me dijo de golpe.
Asentí y ella suspiró,se amarró su cabello gris en una coleta desordenada y se tumbó en la cama.
-Besé a Ben... -dijo Mandy.
No sabía que decir, sabía que le gustaba, pero algo había pasado, de lo contrario lo habría dicho mucho más intusiasmada.
-Y... -le dije para que continuará.
-Tiene pareja. -dijo en un suspiro.-Pero encontraré a alguien mejor, y mucho más atractivo,disponible.-sentenció.
Reí ante su forma de hacer frente a estos tipos de temas, siempre había sido una chica independiente, y no le importaba lo que los demás pensarán.
Nos dedicamos a platicar toda la noche sobre películas, el instituto, y música. Hasta que caímos rendidas, y nos quedamós dormidas.
***
Unos ojos amarillos me observaban, unos ojos gigantes y brillosos, tenían vida...
Estaba en una celda, fría y húmeda. Voces se oyerón a lo lejos, alguién se acercaba. Me escondí detrás de una caja vieja de cartón en la esquina de la pequeña habitación y esperé. Alguién entró en la celda, se oía el ruido de botas chocar contra el suelo mugriento y mojado,la curiosidad me mataba por lo que me asomé sigilosamente, era Derek, tenía un traje negro, con una camisa blanca brillante. Nunca le había visto tan formal. Tras de él un hombre robusto repleto de tatuajes sujetaba a un muchacho de no más de 15 años, lo lanzó a la pared de enfrente, provocando que la pared temblase y que pequeñas piedrecillas calleran en la cabeza del chico. Tenía los ojos morados, y sus brazos al igual que su camisa estaban repletos de sangre, pero no mostraba ninguna herida.
-¿Hablarás ya?. -dijo Derek robusto.
-Nunca hablaré ante vosotros. -dijo el chico escupiendo sangre a los zapatos de Derek.
Se encontraba arrodillado y se levantó lentamente haciendo muecas de dolor.
Derek asintió y sus ojos se llenaron de furia, eran de un color rojo sangre y derrepente de su fila de dientes superior aparecieron unos colmillos blancos.
Derek agarró al chico de su camiseta desgastada y sucia y lo empujó al suelo, le agarró seguidamente la cabeza con ambas manos y le mordió el cuello, después le arrancó la cabeza probocando el final de los gritos de dolor del chico. Sangre empaba el suelo completamente, como si se hubiera vertido un refresco espeso en el suelo. Derek se giró y lamió el resto de sangre que quedaba en la comisura de sus labios.
Sin poder evitarlo un grito salió de mi garganta,Derek dirigió su vista hacia mí.¿Quien erá en realidad?.
***
2 SEMANAS DESPUÉS

Desperté agitada, estaba empapada de sudor, fué un sueño horrible y sangriento, últimamente las pesadillas volvían con más fluidez, se estaba convirtiendo en una contumbre y estaba preocupada.
Siempre estaba la chica de ojos amarillos y finos cabellos color carbón, pero nunca había visto a Derek. ¿Tendría todo esto algún significado?
Dejé mis absurdas ideas de lado y me levanté de mi cama, recogí un poco y me dí una ducha.
Volví a la casa de mi abuelo, al principio se me hizo difícil estar en una casa dónde tantos recuerdos felices volvían en mi cabeza, momentos con mi abuelo, pero podría soportarlo.
Mi padré vendría a visitarme mañana, no lo quería ver, pero sabía que no venía por voluntad propia. Era mi padre, la única persona con mi sangre emparentada que quedaba con vida, y la legislación infantil tenía un requisito de que todo niñ@ menor de edad debía de estar a cargo de un tutor legal.Dentro de 2 meses cumpliría los 18,yo solo anhelaba de que llegará el día y perdería de mi vista a mi padre, si es que se le puede llamar así.
Cuando acabé la ducha me arreglé y me fijé en la hora del reloj de pared que había sobre mi cama. Faltaba media hora para el comienzo de clases.
Bajé las escaleras y me dediqué a desayunar, cuando acabé y recogí salí de casa. Me colgué la mochila en el hombro y me dirijí a clases.
Tocaba matemáticas, la mejor asignatura si no fuera por el profesor que las dá. Entré en la clase, estaba la mayoría de los alumnos en sus asientos, platicando con los de atrás.
Mandy me hizo un gesto a lo lejos, me senté junto a ella.
-¿No solías venir siempre 15 minutos antes?.-me reprochó.
-Me dí una ducha.-me excusé.
-Bueno esta que no te duches.-dijo Mandy irónica.
Le pegué cariñosamente en la pierna y el profesor entró en el aula.
Empezaba lo bueno.
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