Me sonaba, creía recordar ese rostro de alguna manera posible. Ella me conocía de algo, pero yo no la encontraba en mis recuerdos.
-¿Quien eres?. -pregunté de forma para que me facilitase el proceso de recordar esa viva aparencia.
Miro para un lado, con los ojos gachos y apenados.
-Tu madre. - dijo con un tono mucho más amargo.
El corazón se me paralizó, el aire se me entrecortó y el mecanismo de mi cuerpo no daba señales de vida.
¿Como diablos podía ser ella?, aunque sabía que no mentía, era la misma mujer que había visto en retratos en la casa de Tom, mi abuelo.
-Mi madre está muerta.
-Arya sabes que soy yo, porque no dejas de hacer preguntas, simplemente me gustaría saber que tal te ha ido todo... - dijo a la misma vez que recargaba su peso encima de un piano de cola que se encontraba junto a ella.
¿Estaba hablando en serio?, no podía creer que después de 17 años creyendo tener una madre muerta me iba a ir de rositas con ella. No creía que fuera tan inútil.
Tal vez la gente pensaría que estoy loca por no lanzarme a llorar encima de mi madre diciendole todo lo que le habia hechado de menos. Pero no podía sentirme afligida por algo de lo que yo no había experimentado, una madre. Estaba viva y no me había criado, no sabía las razones eso estaba claro, pero lo único que sabía era que no era normal, que después de casi 18 años no hubiera envejecido ni una pizca. No era normal que estuviera dando brincos de alegría y con el tono paternal de madre que se creía con derecho a utilizar y practicar. Yo no tenía madre, ni padre, estaba yo sola en este mundo y con el vivo recuerdo del espíritu de mis abuelos.
-¿Me han secuestrado y llevado a rastras por venir a verte?, me quiero ir con mis amigos. - finalizé, y me giré a la puerta, con la intención de irme.
Pero lastimosamente dos hombres me entaponaron la salida.
-Soy tu madre, llevo sin verte desde que tenías un año cielo, ¿y así quieres recordar nuestro reencuentro?.
-Yo no he tenido madre, y no me importa lo que has hecho todo este tiempo, lo único que sé es que estás aquí "viva" y no te has molestado en absoluto a criarme.-dijé.
La rabia me rasguñaba por dentro, mis abuelos me habían criado, era un estorbo para ellos de alguna manera por el hecho de que ellos ya eran mayores y habían criado ya su hija. No me hubiera imaginado así esto, aunque directamente ni me lo imaginé.
Los ojos de ella cambiaron a un color rojo caoba, una sombra se formó bajo sus ojos y unos finos colmillos le asomaron por la mandíbula. Mi cuerpo se extremeció. Se colocó en una postura antinatural como un animal apunto de atacar a su presa.No entendia lo que estaba pasando pero su tez cambió a un pálido casi sobre natural. Su cara se absorbió como si de una bolsa al vacío se tratase y un pequeño gruñido salió eminentemente de su boca.
Sin pensarlo, y al ver como su metanomia cambiaba a esa rapidez un chillido se escapó de entre mis labios, y tras este una mujer si ya se me podía llamar así corriendo hacia a mí. Corrí hacia la puerta, con todas mis fuerzas pero la que se hace llamar mi madre me agarró fuertemente con las uñas la clavícula haciendo que de ésta se formará una herida. Derrepente la puerta se abrió y Damon corrió con un aspecto enfurecido hacia a mí, me lanzó hacia la pared haciendo que mi espalda chocará fuertemente. Arqueé mi espalda a causa del dolor agudo que sentía en mi columna vertebral, apoyé mis codos en el suelo intentando levantarme tras el impacto. Damon se lanzó hacia la mujer con un aspecto enfurecido, ojos rojos latentes y una fuerza sobre natural.
No entendia que estaba pasando, ¿tal vez se trataba una broma pesada?.
Me levanté del suelo, y corrí, corrí como una antes lo había hecho, salí de la habitación y giré hacia la derecha por instinto. Los pasillos eran extechos, de una piedra antigua y pintada de un color grisáceo,antorchas iluminaban el espacio a cada metro. No había ventanas, ni una sola. Bajé unas escaleras en forma de caracol que se encontraban al final del pasillo, los escalones eran antiguos, al igual que toda esta especie de castillo medieval.
No presté demasiada atención a lo que me rodeaba, lo único que me importaba en este previo momento era salir de este sitio de locos. Encontré una puerta, una salida suponía, corrí hacia está intentando abrirla pero me era imposible, tenía un candado.
-Maldición. - dije para mi misma.
Giré sobre mis pasos y choqué con un objeto que no había visto antes.
-John... - dije frustrada.
-Tranquila, te sacaré de aquí. - dijo como si de un robot de tratase.
Era un chico un tanto extraño, pero me alegré al saber sus intenciones.
Comenzó a caminar rápidamente y Le seguí como si me dependiese la vida en ello.
Ya llevábamos 5 minutos medio corriendo entre los viejos pasillos, hasta que encontramos una puerta, la puerta si no recordaba mal de la que había entrado antes. John la abrió y me agarró de la espalda colocando otra de sus manos en mi nuca.
-¿Que diablos... - comenzé a decir sin entender su cambio de humor.
-Calla.-dijo autroritario.
Y tiró de mi hacia delante.
-¿No le gusto el regalo a la jefa?. - dijo el mayor de los guardias de antes con ironía.
-El cero positivo es de los que más detesta. - correspondió John.
El cuerpo se me extremeció,¿ todo el mundo de aquí está loco?.
Asintió y nos dejó paso, fuimos hacia uno de los coches aparcados en la entrada, me senté en uno de los asientos traseros y John comenzó a conducir al segundo y medio de arrancar.
-¿Porque me has ayudado?. -pregunté al ver que el no iba a declarar ni un ¿que tal?.
-Las órdenes de Damon son obedecidas, aparte estaba harto de esa vieja testaruda.-dijo en un suspiro.
-¿Ella, se...se, cambió... y, luego... - dije tartamudeando sin creer lo que había visto.
-Bienvenida al nuevo mundo Arya.-dijo entre medias risas.
¿Que nuevo mundo? ¿Qué decía?.
Un extruendo me alertó,algo se encontraba sobre el pequeño coche, me iba a disponer a avisar a John pero una silueta se me adelantó cuando entró por la puerta del coche.
-¿Todo bien?. - dijo John a lo que parecía una persona agotada.
Damon.
-No la encontrarán hasta dentro de un par de horas, tenemos que alejarnos lo antes posible.
-¿Alejarnos?, yo no pienso irme con un par de desconocidos. - dije impotente.
-No estas segura aquí. - dijo Damon.
-Aquí están las personas a las que quiero, y no pienso irme. - finalizé.
-Tendremos que pasar al menos la noche en algún motel. Es tarde. - sentenció.
Asentí con desdén, no me hacía gracia pasar la noche fuera con unas personas que solo conocía de un par de horas, pero me habían ayudado a escapar, Damon me había salvado.DOS HORAS DESPUÉS...
-Necesito alimentarme, me es imposible no oler la sangre que brota de su clavícula. - dijo John tenso.
Se le veía débil, enfermo... ¿Que acababa de decir?, creo que tengo alucinaciones.
-Está bien, pararemos para descansar.-dijo Damon.
Paramos en un parking de un motel de carretera. Salimos del coche y nos dirigimos al recibidor.
-Buenas noches, ¿tendríais una habitación para tres?. - dijo Damon.
El señor del mostrador recoloco sus gafas y se peino hacia atrás los rizos pelirrojos que le tapaban la vista.
-¿Una cama de matrimonio y un niño?. - preguntó mirando a John de lejos,el cual estaba observando un pequeño acuario de rincón.
Damon asintió satisfecho y salimos tras de él con las llaves en mano.
-¿Un niño, en serio?,siempre me toman por lo mismo y soy el más mayor de aquí . - dijo John frustrado.
-Si, claro. - contesté irónica.
John me miró terrorificamente, creo que he hablado demasiado alto...
Damon río y abrió la puerta de nuestra habitación, la 52.
Estaba agotada, toda mi cabeza daba vueltas, no entendía nada de lo que había visto o oído en este largo día.
Me senté en la cama individual frente a la ventana, me dispuse a quitarme las zapatillas y mis pies se desincharón por un momento, nunca antes había sentido tanto placer por quitarme un calzado,ni incluso cuando iba de fiesta en fiesta con Mady y los tacones de aguja.
-Disculpa, pero vosotros sois el matrimonio. -dijo dirigiéndose a mi y a Damon.
-Disculpado, pero evita ser tan borde la próxima vez. -le contesté ya cansada de su actitud.
Nunca había conocido a alguien tan desagradable y repelente.
Damon río ronca y levemente desde el fondo de la habitación.
-No me hace gracia niñata, ya te vas marchando de mi cama.-dijo bruscamente.
Eso no me hizo ni una pizca de gracia.
-Ni se te ocurra... -Damon me interrumpió.
-Tranquilos niños, tranquilos.Arya te importaría dormir en esta cama- intentó calmar la situación.
O dios,¿que diablos decía?.Mi cara debía de ser un cuadro ya que John empezó a descojonarse en mi cara.
-Yo dormiré en el sofá.-aclaró.
Asentí .
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Fresh 2
FantasyArya era una chica normal y corriente, hasta que dos nuevos chicos de último año se transfieren al instituto. Algo en ellos le llama la atención. Pero sobre todo uno, su mirada, su forma fría de ser le llega a querer conocerlo más. Esta historia tra...