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La puerta sigue sonando y con cada golpe, su cabeza le dolía más y más. Rogaba que parase.
Se levanta mareado y camina hacia la puerta apoyándose en la pared. La abre.
-Hola. ¿Eres Benno? -Una mujer preguntaba.
-Soy yo. -Se echa una mano a la cabeza ya que el dolor iba aumentando. -¿Quienes sois?
-Bien. -La mujer mira hacia los lados confundida. Solo estaba ella pero Benno ya miraba doble. -Venía a ofrecerte un trabajo temporal en el local de abajo. Tu casera me ha dicho que necesitas dinero y, si estás interesado, pásate mañana por allí y hablamos.
Afirma. Lo ha pillado a medias pero decide cerrar la puerta y volverse a tumbar. No puede mantenerse de pie, se tambalea demasiado. Cierra los ojos y segundos después, nota a una chica a su lado besándole la mejilla. Todo esto le recordaba a uno de los muchos sueños que tenía algunas noches tras escuchar baladas. Mientras la chica seguía besándole él deseaba poder levantarse y bailar junto a ella para poder acabar el sueño con un grandioso beso, como en las fotos de su padre.
Se gira y le sigue los besos a la vez que va acariciando su cintura con la mano esperando el momento perfecto para levantarse y pedirle bailar. Ella se coloca encima suya sin darle un respiro. Si esto era un sueño, las acciones empezaban a sentirse demasiado real pero, ¿cómo alguien podría haber entrado en su habitación a esas horas?
Abre los ojos y la ve. Ve a Khala quitándose la camiseta a punto de volver a besarle como si para ella estar allí a su lado fuese lo más normal del mundo.
-¿Khala? -Dice con un tono de voz suave al no poder distinguir si era un sueño o era real.
Ella se asusta y abre los ojos como platos separándose de él al darse cuenta de que no era Pierce con el que estaba jugando.
-¿Benno? -Se tapa el pecho con las manos a pesar del sujetador y busca una manta para cubrirse. -¿Qué cojones has hecho?
En un abrir y cerrar de ojos Khala desaparece como si de un fantasma se tratase. La manta que ella acababa de usar cae suavemente sobre su cama de nuevo y Benno se encontraba más perdido que nunca. ¿Por qué Khala podía hacer lo mismo que él? ¿Acaso era ella uno de los suyos? ¿Qué pasa si acababa de conocer a su hermana perdida? ¿Por qué nunca nadie le advirtió de esto? ¿Y todo este lío repentino? Se queda dormido.
Los rayos de sol empezaban a filtrarse por las persianas y Benno gruñe echándose las manos a los ojos huyendo de la claridad. Le duele la cabeza y las ganas de levantarse para discutir los requisitos del trabajo vacilan entre el cero y el menos treinta. Da vueltas en su cama hasta que ecuentra una posción perfecta donde absolutamente nada le molesta. Hasta que alguien toca tímidamente a la puerta. ¿Por qué ahora?
-P-perdón por molestar. -Una voz suave se deja escuchar desde el otro lado.
Benno se levanta y abre. Una chica asiática de largo pelo negro está parada en frente suya.
-¿Quién eres?
-Soy Shanon, la hija de la mujer del local de abajo. -Se queda callada muerta de vergüenza hasta que decide continuar con la voz temblorosa. -Mi madre me ha dicho que como no viniste esta mañana, que si querías te podía decir yo los requisitos.
-Mierda. -Ni si quiera se había dado cuenta de que ya era por la tarde. -Claro, pasa y hablamos.
La chica se sienta en una de las sillas del pequeño comedor y empieza a hablar.
-Me dijo que vinieras todas las mañanas exceptuando fines de semana. Un trabajo de 8h al día en el que se te pagará bien. -Hace una pausa. -Eso según ella, claro.
-¿Y qué se supone que tengo que hacer? Soy nuevo en esto. -Ambos se miran y ella se levanta hacia la puerta.
-Lo mejor sería que bajases para que ella te explique todo.
Asiente y bajan juntos al local.
-¿Entonces empiezas mañana ya? -La jefa le pregunta entusiasmada.
-Sería un placer. -Ella le mira de arriba a abajo parándose unos segundos en el tatuaje sin decir ni una sola palabra más. Sonríe y se va. -Vaya...
-Es bastante cortante a veces. -Comenta Shanon a la vez que le mira preocupada.
-He tenido que aguantar a gente peor, no te preocupes.
-¿Vives solo? -Saca conversación para evitar que se suba a casa y poder hacer un nuevo amigo.
-Sí, me mudé aquí hace unos cuantos días y aún estoy muy perdido con las modernidades. ¿Y tú?
-Vivo con mi madre en el apartamento de al lado. -Un silencio empieza a rodearlos y Shanon siente la necesidad de darse a conocer. -Mi padre nos abandonó hace unos años y nos movimos cuando empezó con su estúpido novio.
-¿No te cae bien?
-No, en absoluto. He aceptado a trabajar con mi madre solo para pasar el menos tiempo posible en mi casa.
-No parece para nada una buena persona si no quieres pasar rato con él.
-Supongo que no... ¿Qué hay sobre tus padres?
-Pues... -No va a contarle la verdad. -Mis padres viven bastante lejos. Nunca tuve problemas con ellos, simplemente quise independizarme un poco.
-¿Tienes hermanos?
-¿Hermanos? -Toda su vida se ha criado solo. ¿Es posible que tenga alguno? -Creo que no.
-¿Crees? Suena como si hubiera alguna posibilidad que que tuvieras algún hermano perdido y no supieras de su existencia. -'¿Acaso eso tiene algún sentido?' piensa Benno tras escucharla.  -Yo tengo una hermana mayor un tanto pesada y depresiva. Ella también trabaja las veces que yo no puedo.
-¿Eso no sigue siendo abuso infantil?
-No. Ambas somos mayores de edad y en cierto modo, siempre podemos negarnos si queremos. -Ben la mira exrañado. No parece que tenga dieciocho. -Vale, miento, tengo dieciseis pero, ¡me quedan dos meses para estar más cerca de ser mayor de edad!
-Ya me parecía a mí raro... -Comenta sonriendo.
Ella responde sonriendo también y se quedan mirando el uno al otro durante unos cuantos largos segundos. El silencio que ahora les rodeaba no era para nada incómodo y ninguno tenía la necesidad de romperlo. Pero ella lo hace.
-Oye, ya que eres nuevo por aquí. ¿T-te apetece que te enseñe un poco de Berlín? -Pregunta a la vez que su corazón late más fuerte con nerviosismo a cada segundo que pasa.
-Claro, ¿por qué no?

Number 9.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora