UNO

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— Jae... terminamos — dijo el rubio con lágrimas acumulándose en sus ojos - lo-lo siento —.

Jaebum no daba crédito a lo que sus oídos estaban escuchando, su novio, su lindo y bello novio lo estaba terminando sin una explicación. Llevaba días actuando extraño meses para ser exacto y a pesar de que le preguntó muchas veces que sucedía el chico evadía el tema o directamente le decía que no quería hablar de eso, no importa como fuera al final nunca le dijo lo que realmente pasaba.

— ¿Lo sientes? ¡¿Lo sientes?! Yo lo siento ¡¿Que clase de mierda ese esta?! — Espetó el azabache elevando un poco la voz pero aún mantenía la discreción, estaba molesto y con justa razón.

— Jaebum yo te amo pero.... no puedo seguir contigo —.

— ¿Por qué? — Demandó saber.

— ¡Por tu maldito gato! — Grito al borde de dejar salir las lágrimas acumuladas, llamando la atencion de las pocas personas en el establecimiento.

Era ridículo que el rubio estuviera celoso de un gato... o talvez no.

— ¿Otra vez con eso? No entiendo por qué no se pueden llevar bien —.

— Él me hace la vida imposible, sabes que a pesar de mi alergia intenté llevarme bien con él porque se cuanto amas a los gatos y no te pediría que te deshagas de tu mascota, pero simplemente me trata mal y me agrede —.

— Pero si no has ido a mi casa estos últimos meses, no culpes a BamBam, es ridículo —.

— ¡Y además lo defiendes! — El rubio sentía celos y coraje. Se había contenido de hacer reclamos por un largo tiempo, sin embargo ya había llegado a su límite.

— No, no lo estoy defendiendo, pero lo que dices no tiene lógica, es un gato y te repito que hace meses que no vamos a mi casa — y era verdad después de un mes completo de peleas entre él rubio y el minino Jaebum no volvió a llevar a su novio.

— ¡Él va a la mía! — Volvió a gritar el chico acusatóriamente — se mete en mi habitación y me ataca, lo hace siempre que tenemos una cita — a ese punto las lágrimas ya resbalan por las gorditas mejillas del chico.

— ¿BamBam hace eso? —

— ¿Crees que te estoy mientiendo? —

— No, eso no es lo que dije —.

— ¡Me amenazó, Jaebum! Prometió hacerme la vida imposible si no te dejaba y lo está logrando... me he callado pero ya no puedo más Jaebum, ya no —.

Younjae se levantó de la silla y salió corriendo del establecimiento dejando un chocolate sin tomar y a un confundido azabache. El pelinegro dejo un billete sobre la mesa y salió corriendo tras el rubio, no tardó en alcanzarlo y tomarlo del brazo justo cuando estaba detenido un taxi.

— ¡Suéltame, no quiero saber más de tí, no me busques! — Un fuerte empujón y el rubio se libero abordando el vehículo.

Tres años de una hermosa relación tirados a la basura por algo que no tenía logíca, Jaebum dijo un par de maldiciones y decidió regresar a casa.

Sabía que Bam Bam tenía una extraña posesividad sobre él y que a veces podía ponerse caprichoso hasta el punto de ser o parecer un malcriado y también que Youngjae no le agradaba ni un poco. El desagrado del uno por el otro era reciproco y muy notorio, pero no imaginó que llegarían a tanto.

Recordó como encontró al mínimo, fue una noche que regresaba a casa luego de una cita con su hermoso rubio, durante su caminar divisó a un gato que con dificultades se dirigía a un callejón pero su intento quedó en solo eso, pues no pudo sostenerse en pie y se dejó caer hacia el asfalto. Jaebum no lo dudó y corrió en su dirección descubriendo que el felino estaba lastimado y sangrando de una pata, al principio el felino se mostró receloso pero al no poder huir Jaebum fácilmente pudo tomarlo en brazos. El azabache acostumbrado a rescatar gatos callejeros y amante de los hogareños felinos no dudo en llevarlo a casa y curarlo, al día siguiente lo llevó al veterinario para que sus heridas resiviera un mejor cuidado y de nuevo lo llevó a casa.

Malcriado Felino💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora