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Después de que Charlotte se graduara con todo y la tipica toga (incluso el lanzamiento de virretes), Nick decidió  regresar a Nueva York por una semana, y hacer una fiesta sorpresa.

Nick tenía todo preparado, se había quedado unos dos dias en su antigua casa, ninguno de los chicos le mencionó nada a Charlotte.

Ese día, alguien tenía que guiar a Charlotte hacia la casa. Obviamente solo había una persona indicada para ese pequeño trabajo.

Alguien tocó el timbre de la familia Valensi.
Al abrir la puerta la mamá de Charlotte reconoció a su visitante de inmediato.

-¡Julian! Que gusto - lo abrazó, y aunque ella supiera lo que pasaba, le preguntó a que se debía su visita - ¿Por qué estás aquí querido?

-Vine a ver a Charlotte - Julian hizo un ademán para que la señora Valensi recordara que su hija tenía una fiesta hecha por su hermano.

-¡Oh! Claro. Está en su habitación. Se gentil, creo que está algo sensible por alguna razón.

-Con permiso - Julian subió a la habitación de Charlotte no sin antes darle una sonrisa a la señora Valensi.

Tocó la puerta, y al no escuchar respuesta, asomó su cabeza abriendo la puerta sin permiso.

-¿Para que tocas si no vas a respetar mi privacidad? - Charlotte estaba recostada en su cama, mirando al techo, mientras la suave voz de Amy Winehouse salía de su tocadiscos. Con un pants, y un sueter gigante de Nick.

-Lo siento - entró a su habitación cerrando la puerta detrás de él. Se sentó a la orilla de la cama de Charlotte, mirando alrededor intentando encontrar algo para sacar una conversación - ¿Qué haces?

-Pensando.

-¿En qué?

-Cosas.

-Uh, ¿Tienes algo que hacer hoy? - preguntó Julian tímido.

-Solo pensar más - se incorporó sentandose a su lado - ¿Por qué? ¿Alguna idea para hoy?, amigo - esto último lo dijo mientras le pegaba ligeramente con su codo para poder relajarlo un poco, aunque no sabía que era lo que tramaba - vamos, te invito a comer. - se levantó de la orilla de su cama para quitar la música - Mi padre me dió dinero de regalo de graduación, podemos ir a donde quieras.

-Ok... - Dijo sí con la cabeza mientras pensaba si estaba bien aceptar - peeo después vamos a mi casa - Charlotte lo miró dudosa - bueno, tú casa - Julian, con un tono rojizo en su piel rascaba su nuca de nervios. No sabías que era lo que hacía.

-Está bien... si eso quieres. - Charlotte camino hacia en donde estaban sus tenis.

-Espera, ¿Vas a ir así? - Julian señaló su ropa.

-¿Qué esperas?, ¿Maquillaje y un vestido de noche? - Julian se quedó callado. En realidad no le molestaba su vestimenta, si no que no quería que llegara a su fiesta tan "cómoda" - Julian, estoy muy segura que quieres ir a la pizzeria del centro.

-Yo creo que debes, ya sabes... - Charlotte esperó a que Julian terminara la frase - sabes qué, haz lo que quieras, te ves muy linda para mí siempre - Julian dijo esto último, ya que sabía que Charlotte siempre hacía lo contrario a lo que él opinaba.

-Bueno, me cambiaré, solo deja de estar tan raro - Julian solo sonrió y se quedó ahí sentado, contemplando la habitación. Charlotte lo miró con los brazos cruzados hasta que Julian se dió cuenta. - A fuera - señaló la puerta y Julian sedió, mientras movía la cabeza en afirmación.

-Lo siento.

Charlotte terminó en unos pantalones de mezclilla azules y un suéter negro.

-Vamos Jules - Le dijo cuando bajó las escaleras y se lo encontró sentado  en la sala de estar, en frente de su madre, con un vaso medio lleno de jugo de manzana que seguro ella le había dado - Adiós ma.

-Adiós señora Valensi - Julian sonrió en agradecimiento y salió con Charlotte.

Como Charlotte tenía razón antes, Julian quería ir a la pizzeria del centro.

Tardaron poco en llegar en el auto.

Hablaron de muchas cosas, entre ellas, Julian le preguntó a Charlotte qué es lo que haría después de haberse graduado. Y Charlotte lanzó una pregunta más caótica para la gran mente de Julian, después de responder.

-¿Tienes algún sueño que quieras cumplir?

Julian respondió la pregunta entre bromas y suspiros, con olor a pizza y tabaco mezclados. Aunque los dos muy bien sabían que la pregunta era muy seria, y tal vez se necesitaba más que unos segundos para responder, se lo tomaron a la ligera.

Después la conversación terminó, con un mesero pidiendo la cuenta.

-Ahora, vamos a casa - dijo Julian mientras los dos se dirigian al auto, y Charlotte apenas podía caminar de lo satisfecha que se encontraba.

-¿Por qué nunca me dijiste que querías escribir música? - Preguntó Charlotte respecto a la conversación que tuvieron en la pizzeria, después de un largo (pero no incomodo) silencio. Ya a mitad de camino en el auto. Julian dudó, sin saber que decir. - Puedes decirme lo que sea.

Pasaron unos largos segundos más de silencio.

-Conozco a unos chicos, tienen una banda, y me dijeron que quieren escucharme.

-Julian, eso es increíble, ¿Qué harás?

-Hay un problema, necesito tocar un instrumento - la miró mientras el auto estaba estacionado en un semáforo con la luz roja encendida.

-Bueno, no es un problema, puedes tocar la guitarra, o el piano - avanzó el auto, ya más cerca de su destino.

-Exacto, pero necesito la guitarra, y no puedo comprar una en estos momentos.

-¿No tenías una guitarra?

-Está en casa de mi padre, no puedo regresar ahí. De hecho, tengo mis libretas con canciones ahí guardadas.

-Pero...

-Llegamos - Julian se estacionó en frente de la casa.

-Podemos ir a la casa de tú padre.

-Hablemos de eso después - Julian apagó el auto.

-¿Por qué?, tenemos toda la tarde.

-Solo, no quiero hablar de eso ahora ¿Esta bien? - Charlotte asintió - enfoquemonos en lo importante - Julian se quitó el cintúron de seguridad, y así Charlotte.

-¿Qué es lo importante?

-Te diré cuando lleguemos a casa.

-Mejor dime ahora - Charlotte besó a Julian, tardaron poco en separarse del beso.

-Charlie... no, por favor...

-Vamos Julian - Charlie subió a las piernas de Julian, después de haber cambiado el asiento. Su trasero pegó un par de veces en el claxón. Lo cual hizo que Julian se pusiera nervioso, al temor de que alguien los viera, ya que todos estaban en la casa esperandolos. Sin embargo ella seguía besandolo.

-Charlie, no podemos... seguir - Charlotte dejó de besarlo.

-¿Por qué?

-Alguien nos puede ver.

-Vamos, nunca lo he hecho en un auto - estaba a punto de quitarse el suéter negro que tenía puesto, pero Julian la detuvo frenéticamente, y al final la convenció de que entraran a la casa.

Cuando llegaron a la puerta, Charlotte comenzó a besar a Julian de nuevo, poniendolo más histérico.

-Charlie, abre la puerta por favor, olvidé algo en el auto - le dió las llaves de la casa para después alejarse. Charlotte lo miró confusa pero abrió la puerta con entusiasmo.

-¡Sorpresa! - gritaron varias personas a Charlotte apenas entró.

-Wow - Ella miró el alrededor encontrandose con un cartel enorme con las palabras "Felicidades Charlie" escritas. Pocos globos de colores, pero los suficientes para que Charlotte pensára que era un detalle muy lindo - ¡Nick! - Gritó apenas vió a su hermano.

Se abrazaron y la fiesta siguió.

Ahora Charlotte sabía porque Julian estaba tan extraño.













I Want YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora