Un rumor de pueblo

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Hasta aquí llega este spin-off. Lo dije, sería cortito. Espero les guste el final! Gracias por esperarlo a quienes lo hicieron. Se los/las quiere. 


Un rumor de pueblo.

"Por favor, mamá, va...". Si Leonor se cansaba de insistir a mamá, recurría a la única persona que podría hacerle cambiar de opinión. "Laura, por favor, dile algo". Le pidió a la otra mujer. Llevaba al menos tres minutos pidiéndole que la dejará permanecer en casa de los Möller, pero a Augusta le parecía un abuso, sobre todo teniendo en cuenta que los dueños de casa tenían visitas. Sus ojos brillaron cuando la perorata de su hija se dirigió a la mujer con la que vivían.

"Ah, no, no". Laura levantó las manos. "Te he dicho una y mil veces que no me metas entre tu madre y tú, sabes que no la voy a desautorizar porque luego me castiga a mí", Lo comentó sin demasiados tapujos, "y créeme, tu madre enfadada conmigo puede ser mi perdición."

"Pero si tú enseguida la convences, Lau...". Si Leonor recurría al viejo truco de "Lau" era porque sabía que a la cantante le encantaba que le dijeran así.

"Mira que eres mala", la sentenció Laura, "sabes que no me resisto a tu cariño, como al de tu mamá". Observó a Augusta y supo que se metería en problemas por decir lo siguiente: "Podríamos dejarla quedarse un rato más, si a Elsa y Horacio no les molesta, luego vendré a buscarla".

Augusta meneó la cabeza negativamente. "Eres una blanda, venga Leonor, saluda a tus primos, nos marchamos".

Elsa la interrumpió. "No quiero desautorizarte ni nada, Augusta, pero la chiquilla puede quedarse aquí esta noche", señalo a Mercedes, "puede aprovechar para pasar más rato con las tías y sé que Eva no se quejará para nada".

"Ves, mamá". Leonor volvió a recuperar su brillo.

Augusta meneó la cabeza, pero bajo los brazos. "Bien, pero por está única vez". No alcanzó despedirse de su única hija cuando esta ya había desaparecido dentro de la casa. "Mantenla controlada sin prejuicios, como si fuera tu hija", le pidió a Elsa, "se te puede subir a la cabeza".

"No te preocupes", aseguró Elsa sin darle importancia, "siempre es un encanto".

Las mujeres se habían despedido y, luego, habían entrado en un completo silencio durante unos dos minutos, mientras se alejaban de la casa. Laura sumida en sus pensamientos, Augusta recordando la interacción de su hija y su "buena amiga" con ligera satisfacción. Crecer con Laura había sido un desahogo para las dos, madre e hija. Las ayudó a comunicarse y las mimó por igual. No sería como tener a su padre, pero Leonor se sentía desde siempre tan a gusto con Laura que a Augusta su presencia le había parecido un atenuante para su disfuncional hogar.

-¿Estás enojada porque me metí entre tú y Leonor? – la pregunta de Laura rompió finalmente el silencio que inundaba el trayecto.

-Eh – Augusta pareció despertar, de repente, mostrando confusión - ¿qué? ¿En la casa de Elsa y Horacio? – la cantante asintió – ah, no, no, que va.

-¿Segura? – insistió la otra mujer – sé que odias que te desautorice y me meta en los asuntos de Leonor – repensó sus palabras – bueno, sé que no te gusta que nadie lo haga y no me gustaría que te molestará que fuera tan débil a sus encantos de niña traviesa – aunque Laura mantenía la serenidad y cierto jolgorio en sus palabras, Augusta podía ver un golpe de preocupación en sus ojos.

-Te aseguro que no me ha molestado – la tranquilizó Augusta – lo cierto es que si tuviera que estar molesta, lo estaría con Leonor, por utilizarte con tanto atrevimiento contra mí – Augusta aparcó el coche en la acera frente a la casa que compartían -, pero que puedo decir cuando ciertas cosas las aprendió de mí.

Entre Otras Cosas - #LAUGUSTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora