Capítulo 4

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Narra Megan

- No debes de hablarle así a Alex - Dice mi madre.

- ¿Por qué no? Él no hizo nada mamá, casi me matan y él no estaba - Dije.

Ella no dice nada, solo se levanta y se va mientras yo me quedo aquí. Despejo la cama de los vidrios rotos para después acostarme y descansar un poco... estaba muy alterada con todo lo que sucedió... necesitaba dormir...

***

***

Me levanté con pereza y por un momento olvidé dónde estaba y me asusté bastante, pero luego recordé todo y pude calmarme.

Voy al baño y hago mis necesidades, lavo mi boca y luego me cambio.

Pero en el momento que me estaba cambiando, por un conjunto de ropa que encontré sobre la cama, pensé en cómo había tratado a Alex.

Fui... muy mala con él... desde que nos vimos por primera vez... nunca me dispuse a conocerlo siquiera, eso... estuvo muy mal de mi parte... No debí hablarle así, ni siquiera es su obligación estar para salvarme...

Bajé y vi a mi madre y a Alex desayunando.

- Hola... - Dije apenada y tímidamente.

- Hola Megan - Dice mi madre.

Alex me dedica aún así una sonrisa, pero noté como la forzaba y eso... me hizo sentir peor...

- Alex... ¿Podemos... hablar? - Pregunté agarrándome un brazo y mirando mis pies un momento.

Él me mira un segundo pero asiente, se levanta y ambos nos vamos a otra parte.

- ¿Qué sucede? - Pregunta cruzándose de brazos.

- Bueno... y..yo... Es que... - Resoplé frustrada - Quería pedirte disculpas... - Solté cerrando los ojos con fuerza.

- ¿Por qué? - Pregunta haciéndome mirarlo.

- Por hablarte así ayer - Dije - Estuvo mal... y me arrepiento... -

- Pero tenías razón, casi te matan... y yo no estaba - Dijo suspirando.

- Aún así no te merecías eso. Ni siquiera es tu obligación salvarme... por eso quiero pedirte disculpas... - Dije.

Me mira atentamente a los ojos.

- ¿Quieres... empezar de nuevo? - Pregunté avergonzada, se quedó en silencio un momento pero luego sonríe.

- Claro... - Dijo.

Sonreí nuevamente y él me dedica una sonrisa sincera... que... sinceramente... me encanta...

Ambos volvemos con mi mamá quien estaba sonriendo, nos sentamos y una mujer nos sirve el desayuno. Los tres comemos tranquilamente, pero es ahora que recuerdo de que nunca pregunté... el porqué estábamos aquí.

- Mamá ¿Por qué estámos aquí? Digo... ¿Cómo llegamos aquí? - Pregunté.

- Cuando tu padre te golpeaba... al dejarte inconsciente te llevé al hospital, pero nos encontramos con Alex quien se ofreció para ayudarnos. Al contarle lo que había pasado, él dijo que podíamos quedarnos aquí ya que no quería que volvieramos donde tu padre - Explicó.

Yo miré a Alex y le sonreí nuevamente apenada pero sinceramente agradecida.

- Gracias... - Murmuré, el asiento y nosotros seguimos desayunando.

Al acabar, se escucha la puerta abrirse y cerrarse y una chica entra a la casa.

- ¡Alex, regresé! - Gritó emocionada.

Alex se levanta y fue corriendo junto a ella para abrazarla.

En ese momento que vi aquello, sin darme cuenta, estaba intentando no ir allí y separarlos...

¿Huh? ¿Por qué?

No. No puedo estar celosa, no.

- ¿Cómo estás princesa? - Preguntó Alex.

Sin entender nada, me había dolido aquello...

¡Es que... le dijo princesa~... !

¡Megan, por favor!

- Bien ¿Y tú príncipe? - Preguntó la chica.

Yo mire a mi mamá haciendo pucheros y algo desilusionada, ella me mira sonriendo y pareciera divertirse. Cruncí el ceño pero volví la mirada a Alex y la chica a la cual, él le da un beso en la mejilla y yo miré al suelo para dejar de verlos.

- Señora, Megan... ella es Lidia, mi hermana menor - Dijo.

Levanté la mirada rápidamente y sorprendida. Ahora estaba avergonzada por haber sentido celos de su hermana...

- Hol... - Ella me corta al empezar a gritar.

- ¡¿Tú eres Megan?! Eres más linda de lo que mi hermano describió cuando hablamos por teléfono - Dijo y miré a Alex quien había apartado la mirada, apoyaba su mano tras su cabeza y tenía un leve sonrojo en las mejillas.

Yo sonreí enternecida por verlo sonrojado aunque sea muy poco.

- Si, soy Megan, es un gusto - Dije, ella me sonríe como el gato sonriente de Alicia en el país de las maravillas.

- El gusto es mío - Dijo.

Mi mamá se levanta y se va de la habitación.

-Alex ¿Puedo llevar a Megan de compras? De seguro no tiene ropa aquí - Dijo su hermana.

- No tienes que hacerlo... yo... - Dije apenada pero Alex me interrumpe sonriendo.

- Esta bien, pero tengan cuidado -Dice apoyándose contra la mesa de brazos cruzados.

Lidia grita y me jala del brazo para comenzar a correr. Nosotras nos vamos hasta el garaje y allí veo un... ¡¿Lamborghini... ?!

- Wau... ¿Es... Es tuyo? - Pregunté sorprendida.

-Sip, vamos - Dice.

Nosotras nos subimos en el auto y nos vamos al centro comercial, pero en el camino veo casas muy lindas y modernas, también niños, jóvenes, adultos, hasta mayores de edad siendo muy felices.

Eso me conmovió bastante, me enterneció...

Cuando llegamos al centro comercial bajamos del auto y entramos. Pero me sorprendí por el lugar... era enorme.

- Bueno, primero lo primero, ropa interior - Dijo. Yo me sonrojé un poco sin poder evitarlo pero ella me arrastra hasta una tienda y me hizo comprar casi todo.

¿Cómo no le duele la billetera? Yo ya estoy sufriendo por ella, pero no me deja pagar ni una moneda.

- Segundo, ropa normal - Dijo y me arrastra a otra tienda y compramos muchos conjuntos muy lindos a decir verdad.

Y así seguimos hasta con los vestidos y zapatos, y a mi me duele todo. Hasta compramos maquillaje y una caja para estos.

Aunque me duela todo y estuviera cansada, me gusta pasar el día con Lidia, es muy amigable y buena.

Paramos a comer una hamburguesa y descansar antes de seguir con el recorrido.

MY POSSESSIVE ALPHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora