Algo que recuerdes para siempre; Gemeliers.

Capítulo 8

¿Qué pasaría después de eso? ¿Lo perderías? ¿Se acabará lo vuestro?

Sonó el despertador y te levantaste de la cama.

Julia seguía dormida, y decidiste dejarla dormir por todo lo ocurrido ayer con Dani.

Te asomaste a la ventana y viste salir de su casa a Dani pero... No iba sólo. Iba con Sara y Angela.

Jesús no iba con ellos, y a esto que te sonó un Whatsapp de Jesús. En el te dijo que en 5 minutos bajarán al jardín para hablar.

—¡Mierda! —pensaste— Se lo solté todo ayer, pufffff...

No te dio tiempo a vestirte, Jesús ya estaba en el jardín.

Le dijiste que pasará y os sentasteis en el sofá. Frente a frente.

Los nervios te recorrian todo el cuerpo...

—Bueno y ¿qué tenemos que hablar? —dijiste timida.

—No te hagas la tonta _____, es por lo de anoche.

—Aver... Dime.

—Necesito tiempo —dijo él— Ayer tus palabras me dejaron pensando. Necesito un tiempo para saber si quiero que seamos algo más que amigos.

Esas palabras te partieron el corazón en dos. Tenías ganas de pegarle y llorar...

—Eh... Vale... Te-te entiendo... —dijiste casi llorando.

—¿Amigos? —añadió Jesús con una sonrisa.

—Sí... Amigos —dijiste aguantando las lágrimas.

—Luego hablamos —dijo el dandote un abrazo y saliendo de tú casa.

—Adiós —dijiste sin seguirle e abrazo y cerrando la puerta.

Empezaste a llorar y Julia te escucho. Bajo corriendo las escaleras.

—¿Que te ha pasado chiqui? —dijo ella dándote un abrazo.

Fue el peor día de el verano. Todo se estropeó en unos minutos... TODO.

Ya de noche vistes a los gemelos volver a casa con Sara y Angela... Rápidamente te apartaste.

—¿Son ellos verdad? —dijo Julia.

—Sí... —respondiste sentandote a su lado.

—Mira, mañana salimos y hacemos más amigos. Esto son sólo rolletes de verano... Van y vienen —dijo Julia.

—Ojalá pudiera ser tú —añadiste.

—¿Como yo? ¿Por qué? —pregunto dudosa Julia.

—Sí, como tú. Llorar un día y hacer como si nada al siguiente... Ser fuerte —respondiste.

—Ami también me duele, mucho... Yo también le quiero —dijo dándote un abrazo.

—La culpa fue nuestra. Nos ilusionamos demasiado pronto... —dijiste.

Pasó una semana, una semana sin hablar con ellos, sin verlos, sin abrazarlos...

Íbais a la playa y os cruzasteis con los gemelos, no iban con Angela ni Sara.

Julia siguió hacia delante pero tú te quedaste paralizada.

Se te vino todo a la cabeza... Desde ese primer día que caiste hacía atrás por culpa de la maleta, hasta las últimas palabras que te dijo Jesús en el jardín...

—¿Vamos? —dijo Julia girandose hacía a ti y pegandote un chillido.

Volviste a reaccionar y seguiste andando hacia la playa con ella.

Os tumbasteis en las toallas bajo la sombrilla y a esto que te llego un Whatsapp de Jesús.

'Me tienes abandonado fea' decía en el Whatsapp...

Cuando leíste eso te pusiste super feliz, pero a la vez pensaste que era un idiota. No sabías que responderle... Estabas en blanco. ¿Y si ya lo había pensado y quería estar contigo?