Katherine
Por supuesto quedé inconsciente por el impacto. Cuando desperté estaba en el sillón de mi casa. Aún me dolía todo el cuerpo terriblemente. Quise sentarme correctamente pero un dolor completamente inhumano recorrió cada centímetro de mi brazo y espalda.
—¿Qué sucedió? — pregunté en voz baja porque aún persistía el gran dolor de cabeza.
—Necesitas descansar... — escuché la melodiosa voz de mi madre.
Me quedé profundamente dormida y tuve el sueño más raro de todos. Ya había tenido sueños raros, pero este superaba todas mis expectativas.
Me encontraba en un lugar parecido a un bosque, árboles altos y frondosos cubrían mis espaldas. Delante de mí tenía una hermosa vista a un lago que era iluminado por la luz de las estrellas y la luna.
Con ayuda de la luz del cielo caminé entre los árboles, palpando los troncos y esquivando las raíces gruesas que salían de la tierra. Cuando por fin logré salir del bosque un bungalow me cerró el paso. Al rodear el bungalow noté que había muchos otros dispersos por el área, todos distintos entre sí, y en el medio una gran fogata se alzaba hasta el cielo.
Había muchas personas sentadas alrededor de la fogata. La mayoría eran muchachos entre 13 y 20 años calculo. Todos vistiendo diferente, pero con la misma pañoleta roja en sus cuellos. Riendo y cantando parecía un lugar tan pacífico que me recordó a mi hogar, pero a la vez lo sentía diferente, como si ese lugar me estuviese esperando.
Intenté caminar hacia ellos pero de pronto todo se desvaneció.
El reloj marcaba las 6:00am, hora de levantarse para ir a la escuela. Me encontraba nuevamente en mi habitación y el dolor de cabeza y cuerpo ya casi había desaparecido.
Me bañé, vestí y fui a la escuela. En un abrir y cerrar los ojos pasaron los días, semanas y luego los meses, las clases ya no eran tan aburridas como creía que iban a ser al principio del año. Todo era gracias a Dani quien hacia todo más entretenido.
No había hecho muchos amigos, sin embargo me gustaba la escuela ahora.
Fue en ese entonces cuando sucedió, dos semanas antes de terminar el año la vida de Dani y la mía tuvieron un giro de 180º. En una de las muchas clases del día el director de la escuela, el señor Thompson entró sin previo aviso.
—Buenos días alumnos. Solicito que las alumnas Castle y White se presenten en mi despacho al final del día. — dicho esto, se retiró.
Dani y yo estábamos confundidas. ¿Para qué quería el director que lo acompañáramos? ¿Habíamos hecho algo mal? Teníamos un millón de preguntas en nuestras mentes todo el día.
Era la hora de la salida, hora de ir al despacho del director, tomamos nuestras mochilas y salimos. Entramos en el despacho, el director Thompson estaba de espaldas y miraba el patio por la ventana.
—Señoritas, se preguntarán que hacen aquí, tomen asiento.— dicho esto nos sentamos a la par del director.
Sabíamos que algo andaba mal. Pero se hizo mucho más obvio cuando el director se sentó en su silla; su rostro comenzó a cambiar, era un MONSTRUO. Sí, un monstruo, uno real.
Dani y yo gritamos a todo pulmón. Alguien nos tomó del brazo y nos sacó del shock, abrió la puerta y los tres salimos corriendo, cuando alcancé a ver quién era; era el profesor de literatura, pero se veía muy diferente. A nuestro querido profesor le habían crecido unos cuernos cortos en la cabeza y... ¡patas!, sí, patas como pezuñas de ganado. Peludas, muy peludas.
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Daughter of the Darkness
Fantasy¿Alguna vez te has sentido incompleto? ¿Tienes preguntas sin respuesta que nunca pensaste tener? Esta es la historia de Katherine Castle, o Kath como la llaman todos. Kath es una chica normal, común y corriente, de carne y hueso tal y como nosotros...