Pasaron algunas semanas desde que Steven volvió de aquel viaje a Johto, y en las cuales el joven campeón se puso a entrenar arduamente con Beldum con el fin de ponerlo en forma. Eso sí, él sabía que no se deben descuidar el resto de sus responsabilidades como un entrenador que se digne de respetar a un ser vivo, y para tal labor tenía el lugar perfecto.
Steven tiene su casa en Ciudad Mossdeep, una residencia con una increíble vista al mar, y con un sitio privilegiado para ver todos los despegues que ocurrían de vez en cuando en el Centro Espacial. Este sitio lo adquirió poco después de haberse proclamado campeón de Hoenn, y aparte de la facilidad que le da para viajar a Ciudad Ever Grande cada que surge algún nuevo retador al título, es su refugio perfecto para cuando necesita meditar, su Fortaleza de la Soledad.
La rutina del ojiazul en su hogar consistía en recoger temprano las bayas del huerto y preparar el alimento para sus Pokémon, los cuales siempre andaban libres en el enorme jardín que tenía. Posteriormente, se ponía al tanto del acontecer en el mundo mientras desayunaba. Ya pasado el mediodía, comenzaba su rutina de entrenamiento, en la cual ensayaba movimientos y situaciones de combate diversas. Cuando su amigo Wallace lo llegaba a visitar, terminaba siendo otro integrante de sus prácticas, las cuales solían convertirse en una exhibición de alto nivel para los vecinos del lugar, ya que no siempre se contaba con la presencia de dos entrenadores de élite por ahí. Por la tarde, preparaba la comida y si tenía tiempo, salía a pasear en la noche por las calles de la ciudad. Finalmente, cada domingo, el heredero de la familia Stone solía pulir a sus Pokémon, algo que los hacía muy felices, además que los dejaba increíblemente relucientes.
Volviendo con Beldum, el joven descubrió algunos detalles curiosos del Pokémon, tales como su forma de comunicarse por medio de magnetismo, o el modo en el que suele anclarse de una mesa al momento de dormir con una de sus garras traseras. Sin duda alguna, era una especie bastante fascinante para él. En general, al nuevo integrante no le costó hacerse amigo del resto, haciendo especial amistad con Claydol y Skarmory, los cuales gustan de deambular volando por el jardín.
Así transcurrieron los días, hasta que una mañana, Steven recibió una llamada en el Pokénav. Era su padre, Joseph Stone.
-Steven, hijo! Cómo has estado? Espero que te encuentres bien. El motivo de mi llamada es porque necesito que vengas a Devon lo más pronto que puedas. Hay un favor especial que necesito pedirte, y que en este momento sólo te puedo confiar a ti.- Dijo la voz de su progenitor con algo de preocupación.
-¿Sucede algo? Te noto algo agitado, papá.
-Para serte sincero, hubo un incidente con unos componentes en los que hemos estado trabajando en colaboración con el Capitán Stern. Alguien trató de robarlos cuando eran trasladados hacia nuestras instalaciones para revisión, aunque falló en el intento. Por tal motivo, quería pedirte que tú fueras la escolta personal de dichos componentes de vuelta a Slateport. Me sentiría más seguro si tú ejecutaras esta labor.
-Ya veo. Si ese es el caso, en este mismo momento parto hacia allá. Nos vemos pronto, papá.
Steven de inmediato agarró sus cosas, mientras llamaba a Skarmory y regresaba al resto de su equipo a sus respectivas Pokeball. No era común que su padre le llamara preocupado, y menos si se trató de un intento de robo. -¡A Rustboro, amigo!- y en un abrir y cerrar de ojos, se encontró ya lejos del suelo, volando a toda velocidad en su fiable ave de acero.
Horas después, el joven campeón llegó a la ciudad donde tiene sede Devon Corporation. No era un lugar que le agradara mucho. Como el siguiente heredero de la dinastía Stone, todo el mundo esperaba que, llegado el momento, él tomara las riendas de la compañía. Desde pequeño, el peliazul fue a las mejores escuelas con el fin de aprender lo necesario para sobrevivir en el mundo de los negocios. Pero llegada la adolescencia, Steven se interesó en otras cosas y tuvo un impulso por explorar el mundo, y su padre, aunque un poco preocupado por el futuro del muchacho, se lo permitió, aunque con una condición. "Si quieres convertirte en entrenador Pokémon y viajar por el mundo, entonces tendrás que ser el mejor de todos. Pase lo que pase, recuerda que siempre te estaré apoyando". Al día de hoy, esas palabras las lleva grabadas a fuego, y siempre le ha estado agradecido a su progenitor por permitirle forjar su propio camino.
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Caminos cruzados: una historia no contada de Steven Stone
FanfictionTodos conocemos a Steven Stone. Flamante campeón de la región Hoenn, y de los entrenadores más fuertes de todo el mundo Pokémon, es sin duda uno de los personajes que más se involucra en la crisis que atravesó su tierra natal a causa del despertar d...