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Un rubio saltarín llego a un local de tatuajes para visitar a su pálido novio. Este trabajaba como tatuador y era reconocido por el barrio por su gran trabajo y los detalles que este ponía en cada uno de su "arte" como él le decía.

- Minnie, hola -le saludó el amable recepcionista que conocía de sobra al chico.

- Hola Namjoon hyung, ¿se encuentra Yoonie?

- Claro que si, sabes dónde encontrarlo.

El rubio asintió rápidamente y se despidió del moreno con un "Gracias hyung" mientras corría a las escaleras de caracol que daban al segundo piso.

- ¡Minnie ¿cuántas veces te lo he dicho?! ¡No corras en esas escaleras! -le regañó por milésima vez el moreno.

Al llegar arriba el rubio caminó por el estrecho pasillo hasta llegar al penúltimo cuarto. Ni siquiera tuvo que tocar la puerta ya que todas las habitaciones carecían de ellas, en cambio tenían cortinas de diferentes materiales, la del estudio del chico pálido era una cortina café, las otras cortinas eran de conchas, de piedras diversas y de colores neutros. El rubio simplemente entró sin hacer ningún ruido y observó al pelinegro sentado en su escritorio, con muchas hojas sueltas por todo este e incluso en el suelo, parecía que estaba teniendo uno más de sus bloqueos.

- Se que estas aquí Minnie -dijo con calma el mayor sin levantar su vista de el papel, con una mano en su frente frotándose está, posiblemente frustrado.

- ¡Diablos!, ¿cómo le haces para saber que soy yo? -se quejó el menor.

- Porque puedo escuchar desde aquí como Nam te regaña.

- Se supone que no escuchas nada cuando estas concentrado -hizo un puchero pronunciado para hacer notar su enfado, a pesar de que el mayor aún no voltea a verlo.

- Eso no es del todo cierto.

El rubio suspiró dejando de lado su enfado, sabía que no ganaría nada si seguía así. Algún día iba a sorprender a su chico.

Se quedó un momento en silencio aún de pie cerca del marco, observando a su mayor seguir con su trabajo. El cuarto era pequeño y encerrado, solo habían dos ventanas un poco grandes a la izquierda, siempre se mantenían abiertas hasta que se cerrara el local, que eran cubiertas con cortinas cafés naranjas no muy gruesas para permitir que entrace luz. Eran como las cinco de la tarde y el sol empezaba a bajar, con la luz de este filtrandose por las cortinas le daba un ambiente cálido a la habitación y a Jimin le encantaba.

Decidió no molestar a su novio, así que se sentó en un sillón viejo que estaba a la izquierda y se dedico a poner música que sabía no molestaría la concentración de el mayor y empezó a leer uno de los tantos libros que mantenía ahí por momentos empeciales, como ese. Normalmente Jimin siempre estaba con Yoongi, siempre le gustaba acompañarlo en su trabajo cada que podía pero admitía que a veces se aburría, así que se le ocurrió llevar muchos libros y dejarlos ahí, así cuando se aburriese podía leer un poco mientras esperaba la hora de salida de el otro chico.

Después de quizás tres horas sentado tratando de hacer nuevos bocetos para nuevos tatuajes decidió que era suficiente. Dejó el lápiz caer de sus dedos y estiró su adolorida espalda, sintiendo la agradable sensación de sus huesos tronarse y sus músculos tensos al fin estirarse. Soltó un suspiro cansado y por fin volteo atrás suyo donde sabía seguía su novio. En efecto este seguía ahí, acostado de lado esta vez a lo largo del sofá con un libro a medio caer de sus manos y sus ojos cerrados, al parecer dormido por la larga espera.

Se levantó de su asiento y se acerco al adorable chico, tomó el libro y lo dejó en el estante donde se mantenían los otros libros para luego agacharse a la altura de el rostro del menor. Lo observó por un tiempo, admirando la belleza etérea que despedía el muchacho, simplemente increíble e irreal, preguntándose por millonésima vez desde que eran pareja ¿cómo es que ese bello e inocente ser terminó siendo su novio?, no tenía la respuesta, principalmente porque nunca se atrevió a preguntarle el porqué lo escogió a él sabiendo que no era el mejor para crear una bella historia de amor, como la mayoría sueña tener.

Sábanas [Myg & Pjm]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora