la parte 1 de la mejor historia del mundo

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La alarma sonaba.

La tome y arroje por la ventana, irritada por el ruido, hasta que recordé que era el unico despertador que tenía. Me levante de un salto de la cama y me puse la ropa que usaría durante el día, agarre la mochila del colegio y salí de la casa, al ir a donde debería haber caído mi despertador vi a una persona inconsciente "¿Le habré golpeado yo?", pensé. Mi despertador estaba a un lado, así que solo lo tomé y seguí mi camino.

Sabía que iba temprano para el colegio, y como no había desayunado camine por el parque que estaba frente a mi casa hasta llegar del otro lado, donde había un Starbuck nuevo, al entrar me salude con el gerente, no sabía mucho de él más que el nombre: Harry; ya que lo decía en su remera del lugar.

-Hola, quiero un café, plox- El chico dio una vuelta de 360 grados pero cuando volvió a verme ya tenía mi café- Gracias!- Dije y di media vuelta.

-De nada- Escuché que susurró.

-Disculpa, pero, ¿Cuál es tu apellido?- Pregunte curiosa, respondió en un susurro tan bajo que no había logrado escuchar nada.- Perdón, ¿Cómo?

-Holland- Susurro, no conocía ese apellido, pero era un inicio.

-Bueno, Harry Holland, hasta la próxima- Dije saludando con la mano, lo último que vi fue como asintió antes de salir del lugar. Camine por el parque, haciendo tiempo, faltaba una hora para el comienzo de clases. Cuando termine mi cafecito emprendí camino hacia mi casa, al llegar tire el vaso descartable y fui a lavarme los dientes y luego maquillarme levemente. No me gustaba el tema de pintarme la cara pero había que tapar un par de cosas asquerosas, PARA MI, que no deberían estar en la cara, golpes, pocitos, granos, mugre, esto último se quita limpiándome la cara, pero me había costado plancharme el pelo la noche anterior como para ir a mojarme la frente.

Al terminar con el maquillaje me miré en el espejo y mi cara era una mezcla extraña, como un zombi pero hermoso, o una chica que cayó en las drogas hace varios años, pero era modelo. No lo podía evitar, caminar por el parque hasta tarde era algo que se me había vuelto adicta y me importaba muy poco mi apariencia como para andar preocupándome, era un milagro que me ponga base y rímel.

Al terminar tomé la mochila nuevamente y salí hacia el colegio, era el primer día luego del receso de invierno así que nadie tendría mucha prisa por llegar.

Un amor en varios sentidos | PAUSADA uwuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora