Capítulo 8

1.6K 78 0
                                    

Capítulo 8

Tome mi celular y suspire al ver que era Dinah.

- ¿Hola? - Conteste.

- ¡Hasta que te dignas a contestar mujer! - Reí.

-Lo lamento, en serio.

-No, no lo lamentes. Sé por qué no lo hacías, picarona.

- ¡Dinah! - Reí algo nerviosa.

-Ay Camila ¡Por dios! ¡Tuviste sexo con _________ Dallas! ¿Quién lo dijera?

-Lo sé, lo sé- suspire. -No lo recuerdes.

- ¿Qué? ¡No me digas que te arrepientes!

- ¡No! - negué inmediatamente. -Solo que, me cuesta asimilarlo.

- ¡Ay por dios, nena!

- ¡Dinah Jane Milika Ilaisaane Hansen Amasio! Podrías ser menos abierta.

-Ya me conoces, y así me amas.

-Cierto- reímos.

- ¿Recuerdas que día es hoy?

-No.- Me puse a recordar, no era su cumpleaños, ni el de alguien importante.

-sábado, hoy tenemos la cita para las perforaciones. ¿Lo recuerdas?

- ¡Oh!, sí, sí, sí. Ya lo recuerdo, precisamente me puse una blusa que deja ver mi vientre.

-Bien nena, ¿Paso por ti, pasas por mí, o nos encontramos?

-Yo paso, ayer por la tarde me entregaron el auto, y de paso hacemos algunas compras ¿no?

-¡Si! ¡Tarde de chicas! - Dinah grito como niña y yo reí.

-Bien, en 5 minutos te veo.

-De acuerdo, cariño. Nos vemos, te quiero.

-Te quiero igual- Colgué y lance un suspiro, me pare frente al espejo y divise mi ombligo.

-Serás perforado en unas horas, bebe- Me dije a mi misma. Reí y tomé mi bolso, cerré mi habitación y después salí de casa en camino a casa de mi amiga.

**

-No lo creo Dinah- Dije bajando de mi BMW negro, cerré la puerta y activé la alarma.

- ¡Por qué no! -Dijo mientras me miraba. Comenzábamos a caminar.

-Porque si ese pobre vagabundo, hubiese tenido una vida, no se hubiese llamado 'vagabundo'- Hice comillas en la ultima palabra. Dinah se cruzó de brazos.

-Si hubiese tenido una vida, igual seria vagabundo. Por qué ese es su destino- Dijo y reí, por sus palabras. - Bien, dejando al pobre vagabundo atrás. ¿Qué haremos primero?

-No sé, ¿qué es lo que quieres hacer tu?

-Qué tal si nos perforamos primero, después vemos tiendas y luego comemos.

-Me parece perfecto Milika.

- ¡No me llames así! Soy Dinah, sabes que no me gusta ese nombre.

-Bien, bien- reí, pase mi brazo por su cuello y ella paso el suyo por mi cintura. Comenzamos a caminar, directo a la tienda que se encontraba a unas cuadras.

-Hola Matt- Saludo Dinah a nuestro viejo amigo. Él nos perforaría, nos conocimos en un bar y él nos habló de su vida. Ya era viejo, pero parecía demasiado joven. Al igual que su cuerpo.

-Hola, Dinah, hola Camila- Saludo.

-Creí que no vendrían.

-No, claro que sí. Solo que la señorita Dinah no encontraba su labial rojo- Matt y yo reíamos, mientras mi amiga bufaba.

-Ese labial es demasiado importante para mí- Hizo un puchero y Matt negó con la cabeza.

- ¿Quién será primero?

- ¡Camila! –Grito Dinah más rápido que un correcaminos. La mire sonriendo.

-Miedosa- Reí. Matt se sentó, y comenzó a darme instrucciones sobre no moverme, que iba a doler, pero sería poco y cosas así. Solo asentí con la cabeza. Dinah me tomo de la mano.

Matt tomo un bolígrafo negro y marco la parte que perforaría. Luego me pidió que me sentara en la silla de piel negra, tomo unas pinzas que tenían un circulito en medio, y después tomo una especie de inyección en jeringa, sin soltar las pinzas, adentro la inyección sobre el circulito traspasando mi piel. Gemí un poco y apreté la mano de Dinah, quien veía el proceso con cara de miedo.

Luego me dio a elegir entre los aretes que tenía, elegí uno que se adentraba por la piel, y tenía dos bolitas en los costados, uno por arriba y otro por abajo. Tomo una bolita de algodón con alcohol y froto con cuidado alrededor de mi ombligo.

-Listo- Dijo sonriendo. -Que valiente Camila-

-Gracias- Sonreí y miré a Dinah. - ¿Lo quieres hacer?

- ¡Claro! - Sonreí y ahora cambiamos de lugar, le di mi mano y Matt tomo otras pinzas iguales, y una inyección distinta. Comenzó a hacer los mismos pasos que hizo conmigo.

Después de que terminara la perforación de Dinah, pagamos a Matt quien nos agradeció y despidió con un 'cuando quieran', después salimos de el local. Dinah iba con su dramatismo a todo lo que daba mientras yo reía a carcajadas.

Comenzamos a recorrer las más grandes tiendas de Los Angeles, mientras buscábamos ropa, zapatos, y cosas que comprar. Entramos a unas 15 tiendas, donde salíamos con máximo 4 bolsas de mercancía. Agotadas regresamos al auto y dejamos las bolsas.

-Ahora sí, ¡a comer! -Hablo Dinah y asentí. Conduje hacia un restaurante de comida china. No tardamos ni 15 minutos en llegar. Dejamos las bolsas en el auto, y bajamos riendo, por una tontería de mi mejor amiga.

Entramos al restaurante y nos sentamos en una mesa. Pedimos la comida, y después Dinah se quedo paralizada. Lo cual logro asustarme.

- ¿Qué tienes? - Pregunte alarmada.

-Na... Nada.

-No ¡algo tienes! ¿Por qué esa cara? - Dinah señalo la puerta y me gire para ver, pues estaba de espaldas. Sentí que mi estómago se retorcía. Ella estaba ahí. Se encontraba en el restaurante. 'Dios ¿Ahora qué hago?'.

-Dinah ¡Vámonos! - Fue lo primero que vino a mi mente.

- ¿Qué? ¡No, tú estás loca! Nosotras nos quedamos.

-Por favor.

- ¿Qué? Camila se tenían que ver las caras algún día.

-Sí, pero no ahora. Bueno al menos aun no me ve.

- ¿De qué demonios hablas?, ¡_________ viene para acá!

- ¡Mierda!

sex secret ➳ Camila Cabello y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora