Parte 1

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Podía sentir el orgasmo cada vez más cerca. Cabalgaba con fuerza en el miembro erecto de su última víctima, sintiendo como éste entraba y salía de su apretada entrada con cada impulso que tomaba de sus muslos, con cada giro de sus caderas.

Las manos del hombre recorrían su cuerpo como adorándolo, sin embargo, él no podía sentir nada más que mucho asco... Aunque bien que podía vislumbrar un poco de euforia y mucho alivio entre toda la marabunta de emociones que arremetían en su interior.

Falta poco, vamos. ¡Termina ya!, pensaba frenéticamente. Eres la última pieza, y todo acabará por fin contigo.

La verdad es que podía sentir cómo a pesar de mostrarse enérgico mientras tenía sexo, su fuerza vital era cada vez menor que antes. A lo largo de esos tres mil años de vida —si es que se le podía llamar así a esa existencia caótica y vacía que llevaba desde hace tanto tiempo—, su vitalidad iba mermando poco a poco de su ser con cada víctima de sus encantos, fuese esta hombre o mujer, que lo tomara o la que él tomara a su vez. La razón, bueno… Sin querer, las palabras destellaron en su mente con la fuerza de un vendaval.

Aún podía recordar como si fuera ayer, como si hace solo unos minutos las hubiese pronunciado. En su momento, él pensó que era el mayor acto de fidelidad, de lealtad, de amor que un ser como él podía hacer. Pero el muy idiota por el que lo hizo ni siquiera se enteró. Y pensar que el sortilegio entró en vigencia con ese simple beso del que creía su mejor amigo, del asesino de su...

Era mejor no pensar en eso.

Se concentró mejor en el otro idiota debajo suyo que gemía sin descanso, disfrutando el poseer su cuerpo hermoso y escultural. Contrajo un poco su entrada para cumplir con su objetivo: la eyaculación de su amante.

Con un grito ronco, el tonto incauto se dejó ir dentro de él y Lucifer fingió tener su propio orgasmo en el suspiro de puro alivio que soltó.

¡Por fin estaba hecho! ¡Al fin lo había logrado! Ya pronto podría estar junto a él.

Una sonrisa llena de alegría, alivio y anhelo surcó su hermoso rostro, cautivando aún más a su acompañante.

Se dejó caer a un lado del pobre diablo que había contribuido a su propósito y trató de regularizar su respiración, calmando su cuerpo de la misma manera en que su mente estaba calma. Ahora, solo tenía que echar al idiota y podría descansar. Poco a poco su cuerpo se tranquilizó y, cuando lo hizo; reunió la poca fuerza que le quedaba y dijo con la voz más fría que pudo:

—Ya puedes irte. Cierra cuando salgas —siseó, mientras se acomodaba mejor en la gran cama, acurrucandose, mientras le daba la espalda.

—Oye, no tienes que ser tan borde —dijo el chico, del cual ni siquiera recordaba el nombre, un tinte de indignación tiñendo su voz. —Podemos continuar la fiesta una vez que nos recuperemos. 

Intentó sonar seductor, pero la verdad era que, para un ser como Lucifer, que vivía y respiraba seducción, los intentos de seducción de los hombres no le hacían ni cosquillas. ¡Él era la seducción encarnada!

—Solo vete —dijo, sonando hastiado.

El otro hombre en la habitación chasqueó la lengua y se levantó, para comenzar a buscar su ropa desperdigada por toda la habitación.

—¿Estás seguro de qué no...? —Comenzó de nuevo, intentando convencer al guapo rubio que era toda una delicia de una segunda ronda, o una tercera. Y hasta una cuarta y una quinta. No sabía que tenía el rubio, pero apenas lo había probado se había sentido extasiado, podría jurar que se había hecho adicto a su sabor con solo una probada.

—No —respondió tajante. —Vete ahora —siseó.

Pero por muy exquisito que fuera, él no iba a rogarle. ¡No, señor! Él tenía dignidad. Terminó de vestirse y salió del pequeño departamento en silencio, ni siquiera merecía la gracia de un portazo. Mira que rechazarlo así.

El chasquido de la cerradura encajando en su lugar resonó por toda la estancia.

Lucifer suspiró, una mezcla de alivio y tristeza. Al fin solo, como en los últimos tres mil años, pensó.

Hizo acopio de todas sus fuerzas y se levantó dispuesto a darse un baño, aun podía sentir como el semen de su acompañante escurría desde su entrada en un espectáculo asqueroso. Sus piernas debilitadas casi no pudieron sostenerlo, por lo que hizo todo el camino desde su cama hasta el baño agarrándose de las paredes.

Sabía que Lilith vendría pronto y no quería que lo encontrara en semejante estado tan degradante y debilitado. Por favor, que era el Rey de las Tinieblas; no debería estar dando semejante ejemplo. Una sonrisa débil cruzó sus facciones

Sin embargo, ya no podía seguir así. Lo sentía por Lilith, su única compañía constante en estos tres mil años de soledad, pero no tenía ni las fuerzas ni la voluntad para seguir con esta existencia.

Además, había algo hermoso que lo estaba esperando para yacer juntos en los confines del universo, para traer luz al mundo. Algo que lo ha estado esperando por esos tres mil años. Algo con lo que el mismo Lucifer ha anhelado vivir desde entonces.

Muy pronto, mi lucero. Muy pronto, fue su pensamiento mientras sentía como el agua de la ducha caía por su cuerpo y lo limpiaba de los fluidos corporales que su aventura le había dejado, pero también de la sensación de asco y repulsión que todo le había causado.

Dejó el agua correr por unos minutos y luego cerró la llave, saliendo del baño directo a su cama. Sin secarse ni molestarse en vestirse, se acostó en el colchón, jalando las sábanas hasta estar totalmente enrollado en ellas.

Se sentía tan débil...

Suspiró, cerrando los ojos y dejándose llevar por la inconsciencia.






**Fragmento bíblico: "Fuiste creado" (Ezequiel 28:13, 15). "Tú, querubín grande, protector" (Ezequiel 28:14). "Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura... toda piedra preciosa era tu vestidura... los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación... Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste
creado, hasta que se halló en ti maldad" (Ezequiel 28:12-15).

**Fragmento bíblico: "Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor" (Ezequiel 28:17). "Tú que decías en tu corazón... junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono... y seré semejante al Altísimo" (Isaías 14:13-14).

**Azazel: según la serie Supernatural, es el nombre del hijo de Lucifer.

2380 palabras, estoy que no me lo creo.

2019:

Hola hola, pepsi colas! Me alegra estar de vuelta, en verdad. No sabía lo mucho que esto me hacía falta hasta que no tuve mi cabeza llena de ideas tras ideas y no poder culminar alguna. Así que, decidí darle oportunidad a alguna de esas tantas y aquí está la primera parte de esta entrega. Tengo planeado que sean diez partes, asi que bueno, tengan paciencia.

Si ven algún horror ortográfico, diganme please. De ustedes y sus opiniones depende mucho de mis trabajos.

Ahora bien, diganme si les gustó y cuales son sus teorías. Ya saben, voten y comenten.

P. D.: IVelez1, cariño, gracias por la paciencia. Esta es tu recompensa.

2023:
Hello, everybody!

Cuéntenme, ¿cómo han estado?

Les traigo la actualización muy atrasada de la versión editada de esta historia del alma mía. Publicaré por está plataforma algunas partes editadas y el resto les dejaré para que vayan a Amazon y le echen un vistazo. Encontrarán el link directo en un apartado en mi perfil.

EpiphaneiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora