Desde el siglo XV existían mujeres inteligentes, sabias, ilustradas, que representaron una amenaza para los poderosos de aquellos tiempos, mujeres que iban ganando credibilidad y seguidores, dejando a los miembros del clero a la defensiva y como consecuencia la organización para iniciar una persecución y brutal represión hacia las "adoradoras del diablo"
La iglesia se encargó de convencer a la población para acusar a cualquiera de quien se sospechara de ser bruja, se les convenció de que las brujas eran mujeres ya que, al no poder ser sacerdotes de la iglesia, buscaban otro Dios y así se volvían seguidoras del Diablo, se les decía que hacían conjuros, provocaban enamoramiento, adulterio, aborto, impotencia e infertilidad.
Como se esperaba, la gente ortodoxa no cuestionaba las palabras dichas por el papa, ya que "así lo quiso Dios" "y lo que Dios quiere no se cuestiona".
No hay muchos documentos o actas de proceso acerca de la persecución de las brujas, la mayoría de estos estaban incompletos o habían sido eliminados, existe evidencia de que muchos casos nunca fueron documentados, por eso se desconoce la cantidad de gente que fue expulsada de su casa o pueblo y de la gente que fue linchada por la muchedumbre. Pero, gracias a los textos literarios se rescató el dato de que de la población femenina asesinada en toda Europa fue más del 75% y en algunas zonas de Europa fue más del 90%, sin embargo, cabe recalcar que estos porcentajes son bajos, ya que no se tomó en cuenta la cantidad de mujeres muertas en prisión por hambre o tortura, o de las mujeres que fueron linchadas o asesinadas colectivamente.
Las mujeres acusadas de brujería normalmente tenían un oficio, un oficio que les generaba cantidad de conocimientos, llegaban a ser campesinas, curanderas, consejeras, perfumistas, cocineras y parteras. Las cocineras y curanderas conocían la naturaleza, sabían que planta era necesaria para un fin en específico, aprendían sobre especies, las nombraban, sabían en donde crecían y como lo hacían, que era dañino para la salud y que no. Para la recolección de alimentos se necesitaba saber las estaciones, creaban instrumentos para recolectar y sabían cómo conservar los alimentos.
La mayoría de mujeres acusadas de brujería eran curanderas, ellas eran quienes atendían a la población, quienes tenían conocimientos que adquirían de generaciones anteriores, conocían hierbas y preparaban sus propias medicinas naturales.
Las parteras también fueron víctimas de estas acusaciones, se decía que ellas por estar durante el parto podían decidir si el niño vivía o moría y si lo sacrificaban al Diablo.
Lo que quiero dar a entender es que en ese tiempo las mujeres conocedoras en diferentes campos despertaban el miedo de la gente que sometía a los otros, si ellas lograban ser conscientes e independizarse de la iglesia —como preguntándose si una enfermedad es castigo de Dios o es consecuencia de la mala higiene—, y así convencer a otros de hacer lo mismo, claro que representaban una gran amenaza, amenaza que sirvió de inspiración para comenzar con uno de los genocidios más brutales y masivos de la historia.
El clero inició a finales de la edad media la persecución de brujas, creó una institución que se encargaría de controlar a las personas que realizaran esas prácticas: la inquisición. Esta institución utilizaba instrumentos de tortura grotescos, insensibles, y para el caso de castigo a la brujería se utilizó la hoguera. La iglesia se limpiaba las manos, sí, creían que era necesaria la exterminación de estas mujeres, pero convenció a la población de acusar a cualquier persona de la que ellos sospecharan, cualquiera, y no era necesario un proceso en el que se demostraran pruebas sólidas de la culpabilidad de las mujeres, eso no existía, no importaba si la acusación la había hecho un niño, las quemaban, si la acusación la hizo alguien que quería deshacerse de otra persona, las quemaban, las quemaban, cualquier pretexto era bien recibido. El clero temía de estas grandes mentes, que las disfrazó de lo más lejano a Dios, de lo que más tenía miedo la gente y así poder justificar su asesinato.
