Estoy orgullosa de tí, te has convertido en todo un hombre.

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Los siguientes tres meses la abuela le enseñó a Seni a usar magia, aunque tristemente resultó que el talento que tenía él era apenas la media tirando a mediocre sin embargo fue suficiente para aprobar el examen de ingreso a una academia recién fundada. El plan trazado era que Seni se infiltraría en el Walpurgisnacht iniciando desde abajo subiendo de rango poco a poco hasta lograr una posición estratégica, la lógica que usó fue que el Walpurgisnacht nunca esperaría que el último hombre que era libre de usar magia estuviera enfrente de ellos, "Ocultar un árbol en el bosque" esa frase parecía explicar la situación, la abuela al inicio se negó pero Seni logró convencerla. Mientras él se encontraba en la boca del lobo su abuela juró que se encargaría de reunir los remanentes de Utopía y volverla más fuerte que nunca.

Hoy era el primer día de clase, ellos se encontraban frente al camino que daba a la entrada del colegio, esta sería la última que se verían por mucho tiempo, Su abuela le abrazó y le dio sus buenos deseos.

-Seni, estoy orgullosa de ti, te has convertido en todo un hombre-.

-¿Te estás burlando de mí, verdad?-.

Seni Sor, o mejor dicho Inés Ros, estaba vestido con el uniforme femenino de su nuevo colegio, conformado por una camisa blanca, una falda larga y chaleco largo, así como un moño de color negro. Usando una poción su cabello corto ahora se había vuelto largo, y después de un poco de maquillaje el hombre que era desapareció sin dejar rastro. Esto fue algo que era inevitable, las escuelas de magia eran solo para mujeres, si él fuera abiertamente a ir a estudiar como un hombre el Walpurgishnacht lo mataría, no quedaba más que hacerse pasar por mujer, ser descubierto era igual a la muerte. A pesar de saberlo Seni quería llorar, incluso tuvo que depilarse hasta quedar lampiño todo para verse lo más femenino posible eso sin tomar en cuenta el curso que le dio su abuela sobre las mujeres. Un anillo mágico que volvía su voz aguda también ayudaba.

-Buena broma de doble sentido ¿No crees?-.

-Me duele pero tengo que admitirlo, fue buena-.

-Seni cuídate, si tienes un problema ya sabes cómo contactarte conmigo. Tú eres nuestra esperanza-.

-No moriré, no tengo derecho a hacerlo. No te preocupes actuaré los más afeminado posible para poder demostrar mi valor como hombre-.

-Ese juego de palabras también estuvo bien, heredaste algo de mí después de todo, dejémoslo en empate-.

Con risas los dos terminaron su despedida, Inés atravesó el umbral de su nuevo colegio y hogar, caminando por la calle principal a cada lado de la cual había arboles altos y opresivos y en la base de ellos había calabazas gigantes, detrás de las cuales de cuando en cuando se asomaban extrañas criaturas, tras avanzar unos metros vio en la rama de un árbol un hermoso gato con el pelaje negro como la misma noche, su belleza le hechizó y sin querer se le escaparon unas cuantas palabras que cambiarían su destino.

-...Qué precioso gatito...-

El gato negro que estaba durmiendo en una rama abrió los ojos, se estiró y bajó del árbol. Con pequeños pasos se acercó a Inés.

-¿Dijiste que yo soy un gatito precioso?-.

Inés se quedó sin palabras, el gato había hablado.

"¡El gato habló! ¡El gato habló! ¡¿Qué rayos hago?! ¡Espera un momento Seni, este gato debe ser una criatura mágica! ¡Eso es! ¡Estoy en un colegio de magia! ¡Esto es normal!"

-Te pregunté si dijiste que soy un gatito precioso-.

-Si eso dije, se me salió sin pensarlo, tú pelaje es hermoso y es por eso que...-

Walpurgisnacht ¿Por qué  se travistió para entrar a un colegio de magia?Where stories live. Discover now