Siete veces te narraré [Boku No Hero Academia Week].

Parte tres: Protección de amor.

Pareja: Shoto  Tenya.

El guerrero es quien debe proteger al príncipe aún sí su propia vida está en peligro.

Con aquellas palabras había crecido el joven Iida, siempre repitiéndoselas hasta la hora de dormir, jurando por su valor de hombre dar la vida eterna a la familia Todoroki.

Entonces, ¿por qué había aparecido aquel sofocante calor en su pecho cuando vio al menor de los príncipes mientras hacía su recorrido a caballo por los alrededores del reino?

¿Por qué su pulso se aceleraba siempre que el joven de cabello bicolor sonreía?

¿Por qué deseaba tanto aquello que sólo debía proteger?

Esas y miles de preguntas pasaban por la cabeza del joven Tenya, quién sin querer comenzó a albergar un sentimiento cada vez más fuerte, más candente y más sofocante.

[ * ]

Esa precisa noche el rey había anunciado que se haría un baile para que sus hijos varones conocieran a las mujeres del reino vecino y pudieran desposarse con ellas. Los chicos se enojaron sobre manera con su padre, pues sabían que sólo buscaría aumentar sus fuerzas militares y su estatus político.

El primero en abandonar la mesa fue el joven Shoto, dando una palmada en su lugar, y salir prácticamente corriendo del comedor.

—Joven Todoroki —le siguió el chico de lentes de cerca, hablándole casi a gritos— debe regresar con su padre, es demasiado tarde para que ande vagando, aún así sea dentro del castillo.

—Entonces sígueme, así estaré seguro ¿no? —fue lo único que pudo obtener de aquella temblorosa boca.

[ * ]

Permanecieron por un largo rato en silencio, sólo escuchando el chocar del viento contra las hojas de los árboles junto a la corriente del cristalino río cerca del castillo. Todoroki tenía sus cejas fruncidas y su boca era sólo una línea.

Iida estaba por preguntar lo que había ocurrido, cuando escuchó un pesado suspiro de su único acompañante.

—Ese viejo de mierda sólo pensando en su beneficio —replicó para acto seguido alzar la vista y ver hacía el oscuro firmamento— extraño mucho a mamá, Iida.

—La perdida de la señora Rei fue muy fuerte para usted ¿no? —preguntó el peliazul observando las estrellas brillar con intensidad— pero no debería estar triste —bajo su vista y la colocó en los ojos expectantes que ahora lo veían sorprendido— dónde quiera que esté su madre, lo está observando y cuidando. Así que no esté triste, por favor.

—¿Por qué siempre eres así, Iida? —Inquirió el chico.

—¿Así? ¿Así cómo? —Cuestionó moviendo sus lentes.

—Siempre tienes una palabra de apoyo para lo que sea que me pase —articuló volviendo a ver el cielo— incluso ahora. Haz decidido seguirme y decirme todo esto en vez de forzarme y llevarme de nuevo al comedor con mi padre.

—Es que su cara se veía tan abatida que creí que esto era lo mejor.

—Y lo fue.

Después de aquellas palabras se quedaron en silencio por un rato, sólo contemplando la naturaleza a la luz de la luna, sintiéndose realmente aliviados, como si un peso se les hubiera ido de encima.

—Realmente me gustas, Tenya —espetó el chico de ojos heterocromáticos con su habitual cara neutra, haciendo sonrojar al más alto.

—¿Qué disparates dice, joven? —Cuestionó Iida moviendo exageradamente su mano de arriba abajo.

—Qué me gustas y que te gusto ¿no? —dijo al momento que se acercaba con una pequeña sonrisa de lado— Izuku me lo dijo —comenzó a contarle— que cuando una persona se preocupa hasta el punto de hacer locuras como esta, es que le gusta tanto que la quiere proteger —se detuvo a escasos centímetros de él— yo sé que me gustas y con esto confirme que te gusto —acercó su boca, dándole un casto y ansioso roce con su boca.

—Pero su padre —defendió el chico.

—Mi viejo puede irse al reino de los Bakugo, sí no le parece —respondió inmediatamente para darle finalmente un beso que el de anteojos terminó por corresponderle con demasiado cariño.

[ * ]

Aquello que amas es lo que debes proteger aún sin renunciar a tu propia vida, si no que debes asegurarte de vivir siempre junto aquello que quieres proteger.