Parte seis: Retratos de familia.

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Pareja: Izuku  Ochako / Eijiro  KatsukiFem

—Ochako... ¿puedes venir? Por favor —escuchó la chica castaña desde el otro lado de la habitación, en donde su ahora esposo estaba cuidando a su pequeña niña.

—¿Qué pasa, Deku-kun? —preguntó aguantándose las ganas de reír.

Delante de ella, estaba el chico que era el héroe número uno y el símbolo de la paz siendo derrotado por una niña de tres años. Una pequeña castaña con ojos verdes y unas pecas en sus mejillas —iguales a las de su padre—.

La cría tenía apresado a su padre con sus manos en su espalda haciéndole una clase de llave, jugando a los héroes y villanos. La táctica la había aprendido de su madre hace unos días y no dudo un instante en probarla en Izuku nada más tuviera un día libre.

—¡Ochako! —suplicó como última alternativa al sentir como sus brazos comenzaban a entumecerse, a lo que la castaña sólo se limitó a reír fuertemente y salir de la habitación, dejando al pobre chico sufrir a manos de su pequeña cría—... ¡Uraraka Ochako-san!

[ * ]

—¡Es la tercera que te lo digo, la bebé no puedo odiar a Midoriya de esa manera! —Dijo el chico pelirrojo con sus manos en forma de jarro— además, ¿me puedes explicar que haces?

La chica rubia tenía a su bebé recién nacida con el chupete en su boca mientras le susurraba una extraña canción de cuna, en dónde una parte del coro decía que debía odiar al imbécil de Deku y no admirarlo.

—¡La canto una maldita canción de cuna! ¿No me pediste que durmiera a la cría? ¡Pues eso hago! —contestó bastante alterado mientras seguía meciendo a la pequeña pelinegra en sus brazos.

—Katsuki... Midoriya es nuestro amigo y colega, deberías dejar de molestarlo aún cuando no está presente... —musito— además, Yamato, se lleva muy bien con Hikari...

El chico dejo de hablar cuando su esposa comenzó a tararear esa estúpida canción y lo ignoró olímpicamente. Suspiró hondo y talló el puente de su nariz. No importaba si tenían dieciséis o veinticinco años, Katsuki se comportaría infantil cuando se trataba de Midoriya —quién todos sabían que era su mejor amigo—. La observó con su pequeña bebé y con su hijo al lado de la niña, suspiró de nuevo y colocó una sonrisa. ¡Era tan feliz con su familia!

Decidido se sentó al lado de la chica rubia y tomó la bebé en sus brazos, comenzando a mecerla para no despertarla, Katsuki por su lado tomó al pequeño y lo acomodo en sus piernas mientras repasaba su cabello castaño.

—Gracias Katsuki —susurro el chico para robarle un beso en su frente.

—¡Te odio! —contestó sonrojada la chica volteando hacía un lado— te odio más de lo que odiamos a Deku en esta familia.

—Nadie odia a Midoriya... ni siquiera tú, Bakugo-san —dijo para reír y descansar su cabeza en el delicado hombro de su esposa.

[ * ]

—¡Ah, no! Nos largamos Eijiro —espetó la chica mirando fijamente a su pareja.

—Midoriya, Uraraka, ¿cómo están? —saludo a la pareja que estaban en la parte contraria del campo deportivo en donde estaban ellos.

—¡Te odio, Kirishima! —murmuró bajito conduciendo la carriola hacía donde estaba su mirado.

—¡Ah, Kirishima-kun, Kacchan! ¡Ha pasado un tiempo! ¿Cómo están? —preguntó el peliverde.

—¡No me dirijas la palabra Deku de mierda!

—Katsuki no digas groserías delante de los niños, por favor —pidió el pelirrojo.

—Tú, cállate. Te odio Kirishima —espetó.

—¡Oh! Deku-kun, mira. Su bebé ha nacido —miró fijamente a la rubia esperando que la dejará cargarla, a lo que chasqueando le acerco la bebé a la castaña.

—¿Puedo... —comenzó a preguntar Izuku temiendo lo más lógico posible teniendo en cuenta que la madre de la recién nacida era Katsuki Bakugo.

—¡No puedes, Deku imbécil! —Miró a Kirishima— y no cambiaré mi vocabulario, Kirishima —dijo reafirmando el apellido del muchacho.

—Veo que Yamato y Hikari se llevan muy bien —articuló el pelirrojo resignándose al comportamiento de su amada esposa.

—¡Lo sé! Espero que se lleven bien y que sean unos buenos amigos de la infancia —comentó Uraraka.

—¡No pasará! —Replicó la rubia.

—Vamos Kacchan, nosotros éramos bastante unidos de pequeños. De hecho Yamato y Hikari me recuerda cuando la tía Mitsuki y mi madre se visitaban y nosotros jugábamos a los héroes y villanos —comenzó a relatar— ¿lo recuerdas?

—¡Que fastidioso! Sí, lo recuerdo, Deku imbécil —contestó— también espero que los niños se lleven bien pero mis hijos siempre serán mejores que el tuyo.

—¡Claro que no, Kacchan! Mi pequeña será la mejor de todos, igual que yo.

—¿Tú, el mejor? Obviamente la mejor heroína soy yo.

—Yo soy el héroe número uno y símbolo de la paz.

—¿Y? Aún así yo soy la mejor.

—Claro que no, lo soy yo.

—¿Cómo acabamos casados con ellos? —preguntó Ochako mientras se sentaba junto a Kirishima en una banca cerca a donde jugaban sus niños y observaban a sus respectivas parejas pelear como unos niños.

—¿El encanto de las estrellas gemelas de la clase A? —Cuestionó irónicamente el chico.

—Te odio, Eijiro —gritó Katsuki cuando escuchó el apodo que los dio a ambos.

—Al menos volvió a llamarme por mi nombre —le dijo a la castaña para regresar su vista y ver a su esposa furiosa— también te amo, Katsuki.

[ * ]

—Ni porque están casados y tienen hijos de ser unos críos. Ni Midoriya ni Bakugo dejaran de comportarse infantilmente —comentó Aizawa al chico de cabellos morados que iba a su lado— compadezco un poco a Uraraka y Kirishima.

Siete veces te narraré [Boku No Hero Academia Week].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora