7

613 55 22
                                    

Durante el transcurso de la noche seguimos hablando sobre trivialidades. Algunas con más importancia que otras.
Parece que las emociones ajenas son un entretenimiento para nuestro profesor, pues no ha disimulado o siquiera intentado disimular su interés hacia esos temas y qué creo yo sobre ello.

Una vez terminada la cena, volvió a ofrecer sus servicios de chófer y me escoltó hasta la entrada de mi casa.

—Bueno, hasta aquí llego.
–comentó él con gesto tranquilo–

—Lo invitaría a pasar, pero como verá, nada allí es tranquilo y ordenado como lo es usted.

—¿Entonces cree que soy tranquilo y ordenado?
–su rostro cambio a uno curioso–

—Casi como el de un niño.

—¿Perdón?
–pregunta con confusión–

—Cuando la curiosidad invade su sistema, su rostro lo delata pues se ilumina con plena atención, como un niño lo haría.

—Bueno, quizás me fue curioso pues no considero que las palabras ordenado y tranquilo vengan de la mano conmigo. Solo eso.

—Bueno, no conozco mucho de su persona. Así que eso es lo que veo, de momento, en usted.

—Habra tiempo para conocernos mutuamente.

Dió media vuelta dispuesto a irse. Quizás simplemente no esté acostumbrado a despedirse, o yo soy la que no está acostumbrada a que no lo hagan. De igual forma, antes que pudiera decir algo lo veo subir a su coche, al mismo tiempo que la luz de la entrada ilumina el mismo, dándome a entender que mi tío está esperando a que ingrese.

—Mantengo la calma, hablo con tranquilidad de MIS emociones sin minimizar la de ÉL. Ambos estamos heridos por la misma perdida, a quien le duele más no importa, solo nos duele.

Suspiro después de repetirme aquello varias veces. Tengo que comenzar a seguir con mi vida y permitir a los demás también hacerlo.

—Estuve preocupado.

Es lo primero que escucho al entrar. Él se encuentra parado frente a mi, quizás a dos escasos metros de distancia.

—Ya estoy aquí.
—suspiro y vuelvo a intentarlo– Estoy bien.

—Eso puedo ver, físicamente lo estás, pero me preocupan las heridas que puedas tener en tu interior y de las cuales no quieres hablar.

—Estoy completamente bien, tanto en mi interior como en el exterior.

—No lo creo ¿Has visto a Milk? Me ha llamado Krilin preocupado por tí, se le podía escuchar llorar incluso cuando él se alejó del lugar para hablar.

—No, no la he visto desde hoy en la tarde.
—me limito a decir eso pues es la verdad, no volví a pensar en ella después de irme del parque–

—¿Que has hecho?

—¿No te lo han dicho?
–él niega con la cabeza y espera atento mi respuesta–
La he empujando, no estoy segura que quería decirme y pues simplemente me he alterado.

—Y lo dices así de tranquila.

—Ya te he dicho que no miento, no sé hacerlo.
Eso es lo que ha pasado y no hay otra forma para decirtelo.

—¿Acaso no es tu amiga? ¿No son ellos tus amigos?

—No quiero que lo sigan siendo precisamente para evitar estos encuentros.
Si de verdad te importo, no sigas metiendote en mi vida ni mucho menos en mi círculo social. Hablaré con ellos y les diré con sinceridad que no me interesan en lo más mínimo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 21, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora