Ella soñaba con encajar, con pertenecer. Ella no quería ser diferente, ella no quería parecer extraña.
Pasó muchos años así: intentando encajar, intentando a agradarle a personas que no valían la pena. Dejó de hacer las cosas que le gustaban, dejó de decir lo que pensaba por miedo, por el miedo tonto de no encajar.
Hoy en día, años después, entendió por fin que ser diferente te hace auténtico, ser diferente te hace ser quien eres y eso es genial.
Empezó a actuar como quería, a vestir lo que le gustaba, a decir lo que pensaba, dejó de tenerle miedo al no encajar porque entendió que si alguien quiere su amistad será porque le gusta su personalidad, así toda loca como es.
Claro que aún tiene sus inseguridades, pero está intentando trabajar en ellas, está luchando por aceptarse tal cual es. Y eso está bien. Está bien.
Ella todavía no se quiere, todavía su autoestima es mala, pero ella sabe que el primer paso es notarlo y después comenzar a mejorarlo.
Muchas personas la han hecho sentirse menos, ella todavía tiene que cicatrizar sus heridas.
Es difícil, ella lo sabe, pero luchará para cumplir sus objetivos, intentará, intentará, hasta lograrlo. Porque si ella pudo soportar todos esos años con ese sentimiento podrá con esto; ella lo sabe.
-StrangeGirl
