Week of Love. | Bakugou Katsuki x Kirishima Eijiro. #BNHAWeek2018

Día O5: "Intentando una cita al cine"

Bakugou y Kirishima tenían un problema.

O, mejor dicho, dos problemas principales y otros muchos que se sumaban a la causa.

Aunque para Kirishima no eran verdaderos problemas, pero de una u otra forma, siempre acababa encontrándoselos en el momento menos indicado, así que entendía que a su novio eso no le pareciera nada agradable; Bakugou era demasiado transparente en ese sentido, tanto que, cuando algo le molestaba, no le importaba perseguirlo con todas las ganas de explotarle el rostro, sin preocuparse por si todos tenían un quirk tan resistente como el del pelirrojo, él sólo anhelaba explotarles algo para que aprendan la lección.

Y sus problemas, también conocidos como Kaminari y Sero, no entendían las indirectas, no importaba cuantas explosiones recibieran o lo mucho que el rubio les exigiera que se murieran pronto. Aunque, sinceramente, Kirishima los entendía, Bakugou solía querer matarlos por muchísimas cosas, así que sus amigos no serían capaces de captar algo hasta que se lo dijeran directamente.

Él quería, en serio. El problema era que no sabía si Bakugou estaría de acuerdo con contarle a los demás que ellos habían empezado a salir hace un par de semanas. El rubio se encontraba demasiado centrado en su meta de convertirse en el mejor de los héroes, y claro, él no pensaba interponerse en su camino, sino apoyarlo y ayudarlo, como un buen amigo y compañero, pero tener a sus demás compañeros encima, haciéndoles toda clase de preguntas que seguro fastidiarían a Bakugou, no ayudaría mucho a que el chico pudiera centrarse como quería.

A Kirishima seguro le encantaría pasar horas y horas hablando de cuándo notó sus sentimientos, de lo mucho que le gustaba Bakugou, de las virtudes de este o del momento en que ambos se confesaron mutuamente, pero se trataba del bienestar emocional del rubio, así que no se consideraba capaz de imponer su necesidad de presumir su relación, aunque ganas no le faltaban.

—Esos malditos hijos de puta —suspiró, observando a su novio lanzarse a la cama y suspirar pesadamente —. Por fin íbamos a salir a ver esa película y tenían que sumarse a último segundo.

—Pero... ¿salir con más personas no es divertido? —Kirishima intentó calmar las aguas a su manera.

—Cierra la boca, Kirishima —gruñó el otro.

Obedeciendo, consciente de que no quería presionar más a su pareja, el pelirrojo se acostó al lado de Bakugou y permitió que sus manos se busquen mutuamente. En silencio, ambos chicos soltaron suspiros enamorados en el momento en que sus dedos se entrelazaron y Kirishima sólo sonrió ligeramente, agradeciendo que, aunque fueran pocos minutos antes de que el metabolismo de Bakugou lo mandara a dormir, ambos pudieran compartir un momento juntos.

—Es la cuarta maldita vez que nos interrumpen... En la semana.

—Está bien, vamos —el pulgar del pelirrojo acariciaba dulcemente la mano ajena, tratando de mimarlo con disimulo, mientras giraba su cabeza y se encontraba con la mirada carmesí de su novio, observándolo directamente—. Ahora nada ni nadie va a interrumpirnos, Bakugou.

—¿Por cuántos jodidos minutos será eso? Ya casi son las ocho y tengo sueño, idiota.

—Lo sé... —usando su mano libre, Kirishima guio sus dedos a los párpados pesados de su pareja, sonriendo con ternura al observar el obvio cansancio reflejado en ellos—. ¿Y si duermes aquí hoy?

—¿Hah?

—Ya lo hemos hecho otras veces, te prometo que no te babearé esta vez.

—Como si pudieras controlar tus malditos fluidos.

—Puedo intentarlo —se quejó el pelirrojo, dibujando un pequeño mohín en sus labios.

Sus miradas se mantuvieron completamente conectadas por varios segundos, hasta que un bostezo le ganó al rubio y acabó rindiéndose después de haberlo soltado. Sonriendo, Kirishima disfrutó de su victoria mientras se acomodaban para dormir y él se apresuraba a levantarse para apagar la luz.