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Camila era mi vida. Lo era todo. Hasta que una tormenta a mi vida llegó.

Todo empezó en un 3 de marzo, era su cumpleaños. Yo llegaría tarde por unos trabajos en la escuela, pero sin duda llegaría.
Ella estaba feliz de verme, después de todo habían pasado meses después de nuestra última velada, meses desde nuestro último beso y meses en que mis ganas de verle tenían que ser frustrados dentro de mí porque no podía hacer nada.
Cuando llegué a su casa, me bajé de un auto que se miraba demasiado brillante a la vista de las personas; miré al frente y allí estaba ella con un vestido ajustado de verano con flores sonriéndome. Mi mundo se acababa de caer después de ver aquella figura que mis ojos hasta hoy no podían creer que era mía.
-LOREEEEEENNN!!- me gritó y apenas pude reaccionar a eso, ya que se abalanzó sobre mí dándome un fuerte abrazo.
-Hola Camz. ¿Me extrañaste?- le dije mientras la alejaba un poco para besarle sus hermosos labios pintados con un famoso e intenso color rojo.
-Sí, no sabes cuánto..
Me invitó a pasar y cuando entré; limpié mis zapatos y pude darme cuenta de que todo estaba diferente. Los muebles; por allí cerca de la muralla, los sillones; ahora blancos, los colores del suelo; cafés como la madera.
Pero a pesar de todo, Camila era muy buena arreglando la casa asi que no me importó, todo era estupendo.
"Se supone" que en la noche íbamos a tener una pequeña fiesta con sus amigos, asi que regresando al momento en que me cambié, decidí no ponerme algo tan elegante.. sólo me vestí casual con una chaqueta de cuero negra, unos jeans grises, una polera también negra corta, y mis zapatillas favoritas de marca.
Terminó siendo una gran fiesta.
Había llegado bastante gente, y entre ellas estaba mi amiga Dinah.
Dinah era muy sociable, más alta que yo.. espontánea, única. Era una de las mejores amigas que teníamos con Camz en común.
-¡Amigasss! He llegado yo. La diva la potra, su ama.- Bromeó Dinah.
-Se supone tienes que callarte y disfrutar de la fiesta.
Camila sólo me miraba y yo sentía que podía leer su mente, ella estaba como si se estuviera apunto de reír. Yo solté una pequeña risa y me alejé de allí hacia un asiento de por ahí cerca.

Veía como todos bailaban y se divertían, eran aproximadamente las 12 am y ya había perdido a Camila de vista.
Yo estaba cansada, demasiado para ser verdad. Por lo que, como lo haría cualquier antisocial: Me acerqué a un asiento de por ahí cerca de la comida y comí y comí hasta explotar y luego caer en depresión por no poder hacer mucho.
Todavía no llegaba al punto de la depresión cuando me llegó un mensaje de WhatsApp. Solté el bocadillo y saqué mi teléfono del bolsillo.

Lauren, sé que no me conoces. Y no me importa realmente pero.. has visto a Camila? Se perdió, soy Ally. Estamos preocupados por aquí.

Mi corazón al ver ese mensaje; se detuvo. ¿Dónde se encontraba mi chica? La había visto hacía apenas unos minutos y de pronto ya no estaba más.
Decidí levantarme de allí y empezar a buscarla.
Busqué y busqué 2 horas enteras hasta que me rendí y me senté en el piso del baño a llorar de la frustración.

"No encuentro a Camila, no la encuentro... qué puedo hacer? Le habrá pasado algo? No. Espera, ha sido mi culpa. Si yo no me hubiera alejado.. Dios, es su cumpleaños. ¿PORQ-..

Mi pensamiento se detuvo derrepente por un sonido de una voz.. no, eso era un gemido. Ese sonido era particular, era conocido para mí..
Aquel sonido venía desde el baño del lado.. abrí la puerta y sorpresa: era ella.

-C-Camila? Qué haces ahí.... con ella?- Dije aguantando las lágrimas desde el fondo de mí. Se veía que estaba borracha, pero no podía dejar las cosas así, necesitaba una explicación aunque sea una breve.
Ella sólo me vió y me echó de allí, se había encerrado otra vez con esa mujer.
¿Qué podía hacer? A lo mejor ella ya no me amaba. A lo mejor, yo era insuficiente y no le daba lo que en verdad quería, a lo mejor yo no significaba nada para ella.
Gracias a todo eso, me volví insegura, callada, sensible, desconfiada, yo ya no quería ver más a Camila.. así que salí de su casa y tomando un taxi rápido me fui a casa.

Cuando llegué a mi casa, muchas preguntas empezaron a rondar en mi cabeza otra vez como: "¿Alguna vez signifique algo para alguien?" "Soy horrible,sí." "Mierda, tengo una espinilla. Nunca la vi? Seguro por eso ya no me ama." "Estoy gorda."

Sí, ya no me afectaba tan solo el hecho de que me haya engañado estando borracha, si no que ese fue el inicio para el fin de mi inseguridad.

Me enfermé.
Muy feo.
No quería comer.
No quería hablar.
Me cortaba.
Sí, mi corazón estaba en pedazos.
Me sentía vacía.
No me expresaba.
Dejé la escuela.
Dejé a mis amigos.
Dejé mi vida.
Y lo peor,
ella actuaba feliz.
Y creo que,
siempre fue consciente de que,
me había lastimado.

Prohibido [CAMREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora