Capítulo 1: "Bienvenido a París"

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El avión en el que vengo está por aterrizar, el piloto nos a pedido mantenernos en nuestros lugares y que tuviéramos los cinturones de seguridad puestos en todo momento.
Pasado unos minutos el avión logra aterrizar en el aeropuerto con toda normalidad. Una vez que bajo del avión, tomo mi equipaje y realizo toda la documentación necesaria me dirijo hacia la salida del aeropuerto y me encuentro con un conocido.

?: ¡Hola, Lud!

Ludwig: ¡Hola, Bryan! Cuanto tiempo sin vernos.

Bryan es mi mejor amigo desde la infancia solíamos divertirnos mucho e íbamos juntos a la escuela, el es un conejo común y fue adoptado por una familia de osos pardos cuando el era recién nacido, no se sabe nada acerca de sus padres biológicos, pero a el no preocupa mucho ya que siempre vive feliz con su actual familia.

Después de charlar un poco salimos del aeropuerto y el hermano de Bryan, Theodor, nos estaba esperando en el auto en el estacionamiento.

Theodor: (desde el auto) Podrían apurarse, pronto será hora punta y no quiero estar en medio de transito.

Ante eso nos apuramos, al llegar al auto pusimos mis maletas en el portaequipajes, subimos y partimos.

*En el auto*
Bryan: Y, ¿qué cuentas de México?

Ludwig: Pues, que te digo, estuve en muchos lugares, en la selva, en los matorrales, en lagos, montañas, en algunas ciudades y muchas comunidades rurales.

Bryan: ¿Y no extrañaste regresar a Francia?

Ludwig: Te mentiría si dijera que no. Aquí fue donde nací, así que ni se me hizo extraño el deseo de regresar.

Bryan: Es bueno saberlo.

Luego de poco más de un cuarto de hora llegamos a la casa que nos rentaban, de los tres yo soy el último en llegar, así que supongo que me podría tocar la habitación más pequeña. Pero al parecer no, Bryan eligió la más pequeña púes no traía consigo muchas cosas y tampoco quería que su habitación se mirara vacía. Mientras que Theodor eligió la más grande para poder tener más privacidad y no tener que ser molestado por un ruido tal fácilmente. Así que mi habitación no debería afectarme respecto a su tamaño.

Theodor: Bien, esta es tu habitación. -me da las llaves- Puedes empezar a desempacar el equipaje si quieres. Pronto estará listo el almuerzo.

Ludwig: ¡Muy bien!, de acuerdo.

Al parecer Bryan había dejado en la estufa una olla de comida para que cuando llegáramos estuviera lista o cerca de estarlo.

Mientras esperaba a que la comida esté lista comencé a desempacar y a guardar mis ropa en el ropero que estaba en la habitación y colocar en un lugar adecuado otras cosas que traía conmigo. Al terminar puedo notar que la habitación se ve algo vacía, pero no me afecta pues siempre he estado acostumbrado a que mi habitación se vea sencilla y humilde.

Bryan: ¡Chicos, la comida ya está lista!

Ludwig: Vaya eso fue rápido -pensé.

Bajé al comedor y pude ver que Bryan había servido la comida.

Ludwig: ¡Que bien huele!, esto es... ¿pozole?

Bryan: Si, supuse que adaptarte a comer lo típico de una comida francesa te sería difícil ya que la comida mexicana y la francesa son muy diferentes.

Bryan fue muy considerado y su intención fue muy buena, aunque en realidad he comido tanto comida mexicana como francesa, entre otros toda mi vida, así que no será difícil comer en Francia. Pero me alegra saber que se preocuparon por mí.

Theodor bajaría más al rato, así que Bryan y yo nos sentamos a comer y empezamos sin él. Y al dar el primer bocado pude sentir el agradable sabor de la comida, pero también pude notar algo extraño, ¡Claro! Bryan no come carne así que el pozole le falta la carne de res y tampoco usó maíz nixtamalizado, en su lugar usó maíz enlatado. Creo que a Bryan le falta aprender un poco más acerca de la gastronomía, la comida no sabe igual cuando cambias los ingredientes.

Aún así le tomo poca importancia ya que es la primera vez que como otra vez en Francia, continúo comiendo y platico un poco con Bryan y al rato llegó Theodor a comer. Theodor tiene la costumbre de comer cualquier cosa comestible independientemente de lo que sea, si se puede comer para el está bien.

Al cabo de unos minutos terminamos de comer, yo recogí los platos y lavé todos los trastes. Bryan me ayudó un poco, se ve que el siempre ayuda a los demás en cualquier cosa que la requiera y esté dispuesto a colaborar.

Pasó el día rápido y pronto anocheció, había olvidado que aquí el día era más corto. Llegó la hora de cenar y comimos algo sencillo, un plato de avena, y poco después de terminar de cenar y lavar los platos llegó la hora de dormir.

Theodor: ¡Buenas noches! Ya me voy a dormir.

Bryan/Ludwig: ¡Que descanses!

Después Bryan se fue a dormir y finalmente yo, acomode las sabanas para poder acostarme y cubrirme bien, para luego cerrar los ojos y poder dormir tranquilamente.

Amor prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora