01: Aquí, una vez más.

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Estaba frustrado, terriblemente frustrado

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Estaba frustrado, terriblemente frustrado. Momentos como aquel le resultaba casi imposible no huir de ahí hasta que la desilusión hacía sí mismo se marchara, y eso estaba más que claro mientras recibía regaño tras regaño del elegante sujeto frente a él.
    Estaba completamente seguro de que si volvía a arruinar otra importante toma lo despedirían, y seguro está vez ya no les importaría que la sangre de la familia Smith corriera por sus venas. ¡Pero venga! ¿Cómo podrían esperar que un joven inexperto de veinte años lograse imitar los excelentes trabajos fotográficos a los cuales estaban tan acostumbrados esa estúpida cadena de revistas?

A lo lejos, Joy lo observaba con lástima, sabía de sobra que el chico se esforzaba, sin embargo, a pesar de todo eso, nada parecía convencer a su jefe. Cuando el sujeto dio por terminada la —nuevamente— fracasada cesión, no demoró en acercarse a él y dedicarle una pequeña sonrisa de apoyo, la cuál fue correspondía apenas, con melancolía y ojos cansados. Se llevó las manos al rostro, y con la mayor amabilidad que su estado de ánimo podía generar, le pidió disculpas, a la vez que le hacía entender que necesitaba respirar un poco de aire fresco. Con dudas, la mujer terminó por acceder, observado con pesadumbre la encorvada figura de su mejor amigo salir del lugar.

La vida siempre tendrá maneras poco amables de colocarte en el lugar que reserva especialmente para ti. Serán muchas las veces en las que, para llegar a él, primero debas afrontar pérdidas, hacer sacrificios, o perder el sentido del diario vivir. Pues, al final, siempre te recompensará con nuevos motivos y anhelos; así funciona este mundo. O, por lo menos, es así en teoría.
    Porque, en contraparte del joven de cabello turquesa que solo busca la aprobación de los demás, lo tenemos a él: un peli-mora que, sentado en aquella banca del parque, se dedica a divagar. Hace tanto desde que se olvidó del propósito de su vida, ¿Cual era el sentido de seguir abriendo los ojos día con día y comenzar de nuevo? Ha olvidado aquella pasión a su trabajo, la dicha que le producía y lo feliz que era. ¿Qué fue lo que cambió? Se pregunta mientras observaciones la hoja vacía que posa sobre sus piernas. En ella deberían reinar partituras, pero simplemente es incapaz de crear música, sus dedos parecen yacer sin vida mientras sujetan, de forma débil, el lápiz.
     Cierra sus párpados, frustrado. Y, en sincronía, se oye el inconfundible sonido de una cámara en acción.

Y, para cuando decide prestar atención y abrir los ojos, se encuentra con él: un completo desconocido delante suyo, sujetando una cámara fotográfica entre sus morenas manos luego de haberle tomado una foto sin ninguna clase de autorización o siquiera discreción.
     El cual, apenas consiguió visualizar la expresión confundida dueña de su rostro, apartó el aparato del suyo y, con una sonrisa ejemplar, se animó a comentar de forma extrovertida:

—Eres muy lindo, pero no estoy seguro de que mi cámara lograra captarlo tan bien como mis ojos.

Él extraño pareció fijar su atención al objeto que sostenía. Dejando de lado la perplejidad que se hacía notar tras el ceño fruncido del mayor en edad. Quien no lograba asimilar el hecho de que aquel peli turquesa tuviese tanta confianza en el trato. ¿Quien se creía que era? Abrió la boca dispuesto a reclamar, sin embargo todo indicaba que, por más que lo intentaba, no conseguía formular palabra alguna.

—Realmente es una pena que parezcas tener un mal día—continuó con ímpetu—. Porque estoy realmente seguro de que tus rasgos destacarían con aún más belleza si los acompañara una sonrisa.

Bonnie comenzaba a impacientarse, alzó la barbilla en un gesto desafiante y, estando por ponerse de pie, por primera vez ambos completos desconocidos cruzaron miradas. En escasos instantes, una ola de emociones pareció arrestarlos; sus defensas bajaron, dejándoles vulnerables y, de cierta y extraña forma, reconfortados. Como si al fin encontraran algo que buscaron toda su vida, aun sin saberlo. Por un segundo todo desapareció y algo dentro de él se conectó con la presencia ajena, se trataba de algo que estaba más allá de ellos mismos.
     Quizá si no hubiesen visto esos ojos —si magenta y esmeralda no hubiesen logrado tal conexión tan asombrosa e inexplicable—, tal vez aquel encuentro tan solo sería uno más de todos aquellos que nos proporciona la vida y en cuestión de horas se olvidarían el uno del otro. Pero no fue así, pues se encontraron a sí mismos en los orbes ajenos, paralizados. Era como un momento en el cual el espacio y el tiempo no existían y la realidad se perdía, pues bastaba con observarse mutuamente, sintiéndose complementados.

Atrapados en una burbuja en la que solo ellos existían, sin lograr reaccionar. En segundos que sabían a todo una vida todo su ser pareció reconocerse.Recuerdos lejanos parecían volver a ellos; podían distinguir luces, puntos brillantes, objetos afiliados y... una trágica sensación de ahogo. Casi podían sentir un olor a muerte.
     Los recuerdos se acercaban, se acercaban a pasos agigantados, sintiéndose cada vez más físicos y reales. Sin embargo, del mismo modo se marcharon cuando una voz se encargó de irrumpir el reencuentro entre ambos y algo desconocido, pero, al mismo tiempo, tan familiar.

—¡Bon!—exclamó una voz femenina que corría hacia ellos aparentemente alterada. El aludido tuvo que parpadear un par de veces antes de que su cuerpo y mente parecieran volver a la realidad y enfocarse, desorientado y aturdido, en la joven rubia que se colocó a su costado mencionando cosas que ninguno logró comprender, antes de llevarse arrastrando a su amigo. Ambos desaparecieron en la lejanía ante la mirada del peli-mora sentado en la banca.

—Bon... —se oyó repetir de forma inconsciente, mientras su ojos dejaban caer lágrimas sin motivo aparente.

No. Aquello no se trataba de amor a primera vista. Simple y sencillamente porque algo como eso no existía. El amor es un sentimiento que solo nace con el tiempo. No puedes enamorarte de algo que no conoces.
     Lo suyo no era eso, porque, para empezar, no era la primera vez que se veían, pero a la vez sí.

Más tarde ese día, se pondrían a pensar en el como una persona extraña causó tanta conmoción en ellos. Aunque claro, en ese momento no tenían ni idea de que su encuentro, su historia juntos, iba más allá de esa fecha.

Inclusive de esa vida.

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N/A:
¡Hey, hola! Soy Liz, y dejenme darles la bienvenida a mi nuevo proyecto que, he de admitir, no es de mis mejores trabajos.

Sufrí a mares en la creación y recreación de esta parte, y a pesar de ello el resultado no fue tan favorable.
    Verán, como traté de plasmar, esta no es la clásica historia en la que los protagonistas se aman desde el primer encuentro. Y, mi principal problema, es que, escribiese lo que escribiese, ¡Eso era lo que parecía!

Como seguramente ya se dieron cuenta, la trama principal de esta historia es el tema de la reencarnación, por ello la reacción que Bon y Bonnie tuvieron el uno con el otro.
    Espero puedan acompañarlos en su desarrollo, que prometo justificará muchas cosas que redacté en esta primera parte.

Ha decir verdad, estoy muy ansiosa con este proyecto, así que les agradezco el que tomaran algo de su tiempo para leer. (Esta vez no los inundaré con drama, lo juro, creo...).

Gracias.

-Liz.

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⏰ Última actualización: Apr 19, 2019 ⏰

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Estrellas Fugaces [Fanfic Bon x Bonnie] FNAFHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora