Carta 4

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—¡Mauller Darwin Frederick Goldstein! —podría jurar que el grito se escuchó más allá de su oficina cuando lo vio irse.

¿Qué estaba haciendo? Bien.

Estaba persiguiendo al kneazle por todo el departamento de aurores.

Definitivamente había sido una mala idea llevarlo al trabajo. Aunque en su defensa, podría decir que no se había dado cuenta.Él la había seguido.

Dejó de buscar excusas por un momento y se dedicó únicamente a buscarlo, al mismo tiempo de que trataba de que nadie se diera cuenta de que estaba ahí.

Maldita sea Mauller, donde hagas del baño aquí...

No quiso ni pensar en las consecuencias que eso traería.Por una parte, agradeció el hecho de que estuviera en el departamento de aurores, ya que ahí comúnmente había bastantes personas corriendo de un lado para el otro, aún cuando todo estaba tranquilo con respecto a los casos.Se refregó las manos en su pantalón, no se había dado cuenta de que sus manos habían empezado a sudar.Estaba rezando internamente para que el kneazle no se metiera a la oficina de alguien. Nada podía salir peor, más de lo que ya.

Error.

Chocó con alguien, o más bien, ambos caminaban al mismo tiempo por el mismo lugar.Ya era de por si una costumbre chocar con las personas.

—Rayos. Ya es la tercera vez en este día—escuchó que la persona con la que tropezó se quejó.

Al menos no soy la única torpe aquí.

—Lo lamento—se levantó y le tendió la mano al chico para que se levantará.

Tina lo observó un poco mejor. El se veía un poco más joven, y no era conocido para ella.Lo primero que notó fue que el tenía pecas, igual que Newt. Sus ojos eran verdes con un tono azulado.Le pareció sorprendente el parecido que tenía con el magizoologo.

En serio, Tina ¿algún día vas a dejar de pensar en el?  Se dijo a sí misma.

—Eh... ¿Hola? —el chico se rascó la nuca mientras la veía—No te preocupes. También es mi culpa,creo que no soy el único que lleva prisa.

—Ajá...—murmuró de forma distraída,ya que solamente estaba viendo al chico sin ponerle mucha atención a lo que decía.

—¿Tengo algo en la cara aparte de tu mirada? —alzó una ceja. Para nada parecía grosero, al contrario, parecía estar algo intimidado por la chica.

—Eh.. No... No... Soy Tina Goldstein. Un gusto.

—Thoren, Thoren Miller. Y el gusto es mío Señorita Goldstein.

Mauller, Mauller, Tina. No es momento para conocer gente.

La auror miró repetidas veces por encima del hombro del chico por si conseguía visualizar a una bola de pelos corriendo por los pasillos.Él pareció notarlo e inmediatamente volteó su cabeza para saber lo que estaba observando, alzando una ceja.

—¿Estás buscando algo? ¿Quieres ayuda? ¿Está todo bien?

—Por donde empezar... —lo jaló de la manga de su camisa y lo arrastró, literalmente, a un lugar más apartado donde nadie pudiera escucharlos—Un kneazle, bueno, mi kneazle se me escapó de mi oficina. Y habrá problemas si no lo encuentro.

—¿Qué dejaste qué? —gritó,haciendo que ella le pusiera la mano y le tapara la boca.

—¿Quieres callarte? ¿Acaso quieres que todos lo sepan?

—Lo lamento. ¿Entonces, quieres ayuda?

—No me molestaría en absoluto una mano.

—¡Genial! Estaba aburrido—el aplaudió como niño pequeño.

Cartas a través de la distancia ~Newtina~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora