El nuevo plan de Naraku

134 12 0
                                    

El campamento de los españoles era nada más que un viejo castillo medieval abandonado, con piqueros y cañones en las precarias murallas, además de una gran sala de piedra desnuda adornada de estandartes, en la torre de homenaje.

En la gran mesa de la gran sala, aquel capitán de los tercios estaba comiendo su almuerzo en compañía de su hijo bastado Hakudoshi, quienes eran atendidos por el paje Kohaku; quien en realidad era el hermano menor de Sango, pero él ya lo había olvidado.

Mientras comían andaban pensando cómo acabar con el enmascarado, además de atacar la ciudad más cercana y de preparar el movimiento de las tropas.

Rebanándose la cabeza con sus pensamientos y mirando un retrato femenino colgado en la pared, decía:

-Es muy poderoso para que mis hombres lo enfrenten.

-Lo sé, llegan a morir si intentan vencerlo-Dijo aquel chico de cabello rosado.

-Debería haber una forma de derrotarle, aunque sea para capturarle, así disfruto encargándome del resto.

-Creo que Byakuya tendrá un plan-Dijo Hakudoshi quien miraba una puerta.

-Eso veremos, tal vez la alquimia me ayude-Le respondió.

Después de terminar su comida, se fueron hacia la puerta que daba acceso a un laboratorio de alquimia, donde Byakuya trabajaba para el capitán de los tercios ideando pócimas para sus enemigos. En ese momento, Byakuya le mostró a su jefe lo que preparó: un líquido capaz de dormir de forma profunda a cualquiera, y al explicárselo, Naraku sonrió y le dijo:

-¡Excelente! Aunque no sé cómo lo utilizaremos.

Y en ese momento, Hakudoshi se acordó de lo que pasaba en el Nuevo Mundo, del cual se le ocurrió que fuera disparado por una cerbatana, tal como lo hacen los indígenas en América.

Al escucharlo, Naraku dijo:

-¡Eureka! Si llego a atraparlo, mi pesadilla acabará.

-Claro, que le advierto que ese enmascarado es peligroso-Le dijo el alquimista.

-Padre, dejadme a mí que yo me encargue de esto, os prometo que no te defraudareis-Dijo Hakudoshi.

-Más te vale, si llegas a fallar no tendré piedad de ti al torturarte-Le dijo Naraku.

-No me da miedo ser torturado-Le respondió sin perder la sonrisa.

En una de las habitaciones, Kohaku pensaba de como era su pasado, ya que no lo recordaba bien, pero sobre todo, quería saberlo; aunque en todo este tiempo, Hakudoshi le había dicho que Naraku lo había rescatado de un incendio y que lo estuvo educando como paje, del cual no tuvo otra que resignarse ya que sus recuerdos eran muy escasos y borrosos. 

Aquel mosqueteroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora