En poder del enemigo

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En el castillo, Naraku brindaba junto con Hakudoshi, Byakuya y Renkotsu por haber capturado al espadachín enmascarado, y sus próximos planes será avanzar hacia la ciudad, del cual iban a llamar refuerzos para arrasar con ella:

-Ya que tengo a ese enmascarado en mi poder, nada me detendrá para seguir avanzando contra los holandeses-Dijo Naraku.

-Cuando les ataquemos, les demostraremos el poderío del imperio español-Dijo el sargento.

-Claro que sí, pero antes visitaré al prisionero.

En la sala de torturas, el joven de cabello negro largo era sometido a duros azotes que lo propinaba el verdugo con el látigo, dejándole la espalda con marcas. Al ingresar a la habitación, Naraku ordeno al verdugo que cese con los azotes para decirle lo siguiente al prisionero:

-Ahora que te atrapé, no iras a ningún lado....Inuyasha.

-Maldito seas-Le respondió.

-Me acuerdo bien de ti.

-¿Con que te sigues acordando, no? Yo tenía una vida amorosa normal con Kikyo, hasta que quisiste raptarla por obsesión tuya, y en el sitio de Breda quisiste raptarla pero yo quise impedirlo, y cuando tú quisiste matarme de un disparo ella me protegió.

-Como me acuerdo de ese día, estaba bajo el mando del capitán Ambrosio de Espínola y.......tú me hiciste matarla.

-Claro, pero mientras agonizaba la besé y le di cristiana sepultura en secreto, como lloré cuando me despedí de ella.

-Después te capturé y te entregué a la Inquisición porque te acusé de hereje, pero veo que no funciono para nada.

-Claro que no, logre escapar, esos clérigos asesinos no pudieron acabar conmigo, la esperanza de vengar a Kikyo me mantuvo vivo, por eso me puse el antifaz para enfrentar a tus esbirros.

-Con que esas tenemos, pues ahora no te escaparas ya que acabaré contigo de una vez por todas. Si te hubiera matado antes, Kikyo estaría a mi lado.

-¡Idiota! Ella me amaba a mí, yo era la persona más importante en su vida, y tu obsesión por ella la llevo a la muerte, ella no iba a estar con una persona malvada como tú.

-Igual, mañana ordenaré tu ejecución y cuando mueras estaré tranquilo y nada me detendrá-Y se retiró riendo.

Mientras tanto, el y Hakudoshi quedaron a solas, y sonriendo de forma malvado le dijo:

-Sería un placer verte sufrir.

-¿Cómo Naraku tuvo un hijo, si él no era casado?

-Mi madre era una de las prostitutas, pero hubiese preferido que Kikyo sea una buena madre para mí.

-Maldito mocoso, te haré pagar por lo que dijiste.

De vuelta a casa, Kagome estaba en brazos de su madre, y en compañía de Souta y del abuelo por lo ocurrido con Inuyasha, y andaba pensando cómo salvarlo de las garras de Naraku, pero solo lo haría con ayuda de Miroku, Sango y Shippo, ya que por lo ocurrido, la milicia no los ayudaría.

En ese momento, apareció Rin con Ayame, y después de saludar a la familia de Kagome, la novia de Sesshomaru les dijo:

-Ahora sabemos dónde está el campamento de los españoles.

-¿Cómo lo saben?-Pregunto Kagome.

-Fue así: un campesino entregó a un soldado español a las autoridades, y Sesshomaru ordenó que lo interrogaran, y después de hacerlo, les dijo dónde estaba Naraku-Dijo Ayame.

-Se los agradeceré de por vida-Respondió Kagome sonriendo.

-Comprendo que lo que pasó con Inuyasha, Sesshomaru no los iba a ayudar-Le dijo Rin.

-Sí, y sabes Ayame, esa pelea que tuvo Inu con Koga fue por mí, ahora sé que es celoso y se enoja-Le dijo dirigiéndose a Ayame.

-Así que fue eso-Respondió.

Y antes de despedirse, Kagome le dijo algo a Rin en el oído de un plan, que después de aceptar, ella se retiró con Ayame:

-Llamaré a mis amigos, Inuyasha me necesita-Dijo fortalecida.

-Cuídate hija-Le dijo Naomi.  

Aquel mosqueteroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora