SUS PERSONALIDADES

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—Iremos de apoco, dado que no queremos presionarte tanto. — le dice Haruya y él ya se siente lo suficientemente presionado, es peor dado que aun permanecían con aquella mascarilla y bebían sin problemas del contenido de botellas de alcohol como si de agua se tratase.

Meto reaparece, cargando un gran tazón de fresas y masticando una de paso.

Koichi entonces apaga lo que restaba de cigarro en el cenicero, y toma uno de los pequeños vasos que contenía vodka y lo bebe antes de abrir la boca. Le quema la garganta y hace una mueca ante eso y le fastidia que Meto se ría de él.

—Cállate, no ando de buenas. — dice, su voz al hablar sonó estrangulada y rasposa.

—cilliti ni indi di binis, madura. — le reprende su anterior compañero de banda, entonces le tiende el tazón que rechaza con un movimiento de cabeza y sabe que le molesto dada su expresión pero no le dice nada. — Bien, comencemos con la reunión de músicos solos pero...

Koichi no puede evitar contradecirle. —No estoy solo, yo tengo a Tsuzuku. —aclara sin poder siquiera elevar la mirada para ver como estos reaccionaron ante lo dicho. Siente como le clavan sus orbes sin piedad y por mas que le reprochen que está mal morder sus labios, lo hace y eleva la vista.

No se equivoca y los tipos delante de él se observan, entendiéndose mutuamente con solo una mirada. Se sintió ignorante de repente por eso, nunca pensó que Meto se relacionará fuera de Mejibray incluso más que el.

—Bien, nosotros solos y tú con Tsuzuku.—se corrige el batero, sonriendo un poco.—¿Qué exactamente, sucede entre tú y él? Dios, desde que nos distanciamos estas prácticamente actuando igual que él.

Lo sabe, pero le cuesta admitirse aquello. Era un peso constante en su pecho, lo tiraba hacia abajo y le dificultaba absolutamente todo, era caminar a ciegas esperando que la mano del vocalista tomará la suya y guiará el paso.

—Yo...No sé.—No sabe en qué momento se ve siendo abrazado por el único rubio allí, Haruya lo envuelve entre sus brazos como si de una madre se tratase y lo agradece, ni siquiera sabe en qué momento había comenzado a llorar.

—Realmente no queremos que te sientas presionado, solo esperamos que te desahogués con nosotros.— asiente, una vez libre limpia el resto de lágrimas en sus mejillas y vuelve a reprocharse su debilidad.

—Bien, entonces ¿Por dónde quieres comenzar?

—¿Por donde?—no entiende a que se refiere en realidad y su cara debe de expresarlo ya que Meto le sonríe una vez más antes de empezar a explicar lo que sea que fuera su idea.

—¿Conoces el juego de los diez por qué?—niega, aceptando un nuevo trago de vodka y beberlo. Hace una nueva mueca pero ya no le arde demasiado como el primero.—Tienes que admitir diez y solo diez cosas que te gustan de alguien a quién quieres  mucho y en este caso es Tsuzuku.

Piensa que es una broma por lo que ríe dejando el pequeño vaso sobre la mesa ratona, Haruya elevan sus cejas y Meto si tuviera, lo imita.

Oh joder, no era ninguna broma.

Se dice, poniéndose recto de repente y negando varias veces.—¡Ni loco!

—¿Y como piensas aclarar lo que sientes genio? Dime una mejor idea y la seguimos.—se enfada el baterista,  abrazando a Ruana que ni sabe en qué momento llegó a sus brazos.

Boquea como pez fuera del agua, puesto que tenían razón y aunque se negará como el terco que era los chicos allí escasos de altura lo harían hablar a golpes si era necesario.

—Bingo, ¿aceptas?—dice Haruya, cruzándose de brazos. Él no le queda otra que aceptarlo ¿Qué importaba ya?

—Sí, ¿Qué debo decir?— pregunta ya que no conocía el juego, ni se le hacia una idea más que huir lo antes posible al refugio que se convirtió su departamento.

El Porqué Koichi ama a GenkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora