Día 2: First time / Primera vez

2.3K 204 104
                                    


Hey! Hey! Hey! Girls! >w< No se imaginan cuántos kilómetros recorrí para tener internet y poder darles este nuevo drabble <3 <3 <3 Espero lo disfruten~


Sucedió un día común de un soleado domingo. Había muchos niños jugando en el parque, entre ellos Mirio y Tamaki. Apenas habían pasado unos dos meses desde que el azabache se había integrado a la clase y a su nuevo lugar de residencia, sin embargo, seguía manteniendo una buena distancia con los demás niños, a quienes todavía llamaba por su apellido. La situación para él era la misma, puesto que los otros también sólo se dirigían a él como "Amajiki". Esto le hacía sentirse un tanto fuera de lugar, como si no pudiese integrarse completamente al grupo aún. Todos se llamaban por sus nombres de pila. Era como si una línea invisible le pusiera límite al pequeño en comparación a los demás.

- ¡Chicos! – El rubio llamó la atención de todos con su potente voz. - ¡Juguemos a los héroes!

Los niños no tardan en rodear a Mirio para empezar a escoger los roles: Mirio y un niño pelirrojo serían el dúo heroico, dos muchachos de cabello castaño serían los civiles en peligro y Tamaki, bueno, al pobrecito le tocó ser el villano.

Al principio se vio que quería negarse a la idea de interpretar el papel del malo, puesto que ni si quiera va con él, pero tuvo que ceder ante ello, él fue quien perdió en el "Piedra, papel o tijeras".

- ¡Comencemos!

Tamaki comenzó el juego intentando hacer una risa malvada poco efectiva, los dos supuestos civiles intentaron aguantar las carcajadas al escuchar esa mala actuación, pero se quedaron en sus papeles, mostrándose como si el temor del villano fuese real. Pidieron auxilio llamando a los héroes de turno, quienes se subieron al juego de las barras de mono para verse más imponentes ante su aparición.

Ambos saltaron desde lo alto, quizás no de tan alto, para así no herirse mientras juegan. El tema es que cayeron con todo el estilo posible que sus infantiles cuerpos podían otorgarles, de esta forma, hablaron al unísono demostrando valentía.

Nuestro supuesto villano se vio abrumado ante lo genial que se veían aquellos dos como héroes, casi no logra responder ante la declaración de guerra que los pequeños héroes le hacían, sin embargo, para no decepcionar a sus amigos, consiguió de alguna forma seguir el juego.

- N-No dejaré que rescaten a estos chicos. ¡Vo-Voy a...! Eh... - Se le complica pensar en buenas frases o conceptos para verse como un buen némesis.

- ¡Oh no! ¡El villano quiere lastimarnos para robarnos el dinero que ganamos con tanto esfuerzo! – Uno de los niños que fungía de civil salvó el momento para que el juego no se quedase estancado.

- E-Eso mi-mismo. ¡Ro... Robaré el dinero de estas personas y lo malgastaré en...! – Otra vez quedó en blanco.

- ¡Lo malgastará en armamento para causarle daño a la ciudad! – Dijo el niño restante.

Tamaki se siente mal al no poder continuar el juego de una manera fluida, pero esto no parece importarles a los demás, muy por el contrario, los deja jugar más con sus personajes, aunque en este momento se encuentren opacando totalmente a quien se supone es el malo. Supuestamente, él junto a los héroes deberían ser los que más resalten en el juego, pero parece que los débiles ciudadanos están haciendo todo el trabajo.

- ¡Villano! ¡No te dejaremos hacer tus fechorías! – Mirio es el primero en alzarse como el gran héroe.

- ¡Te derrotaremos y salvaremos a aquellos que tienes como prisioneros! – El otro muchacho tampoco se queda atrás y dice sus líneas.

En un intento de batalla, Tamaki toma una rama que vio por ahí, la cual comenzó a batir de un lado a otro sin ninguna buena razón aparente, pensando de manera errónea que así alejaría a los héroes.

El chico pelirrojo miró un segundo los vagos esfuerzos del azabache en ser un buen villano, olvidando por completo que podía usar su quirk para jugar, por ello, sin previo aviso activó su poder; el cual consiste en que si hace ruido con sus manos es capaz de generar ondas de sonido expansivas. Hizo un chasquido leve para que los otros dos no se vieran tan afectados.

La onda expansiva logró hacer que Tamaki soltara la rama y retrocediera unos pasos.

- ¡Ahora, Mirio!

- ¡Sí!

Mirio corrió en dirección a Tamaki con la idea de atraparlo y esposarlo con una cuerda, sin embargo, el plan falló al ver que el azabache comenzó a huir. Definitivamente el papel del malo no le iba, pero esto no detuvo al rubio para empezar a perseguirlo, creyendo ingenuamente que quizás el villano tenía un plan de contingencia para contrarrestar los ataques de los héroes.

- ¡Oigan, no se alejen mucho!

Los demás se dieron cuenta que al correr sin rumbo, los chicos terminaron saliendo de los límites del parque, en dirección a la calle.

El sonido de una bocina se hace presente, alertando a todos. Tamaki está justo en medio de la calle a punto de ser atropellado por un auto, sin embargo, antes del impacto, Mirio le empuja fuera del radio de peligro.

No se escucha el estruendo de un golpe, aunque sí el chirrido de los frenos al ser presionados con fuerza mientras el auto derrapa por el cemento.

Todos se quedan en silencio, nadie puede divisar al rubio.

- ¿Togata? – El azabache queda tirado a un lado de la calle, busca con la mirada por todos a su compañero, pero todo lo que ve son las negras rayas que dejaron las llantas en el pavimento. – Ah... - Su corazón comienza a latir nervioso, el rubio no hace acto de presencia por ninguna parte. - ¡¡MIRIO!! – Ya al borde las lágrimas y apretando con fuerza su remera, el pequeño sólo es capaz de gritar el nombre de aquel que le salvó la vida.

Como si haber dicho su nombre fuese un hechizo, Mirio salió desde debajo de la acera, justo frente al chico que acababa de llamarle. Se cubrió con ambas manos su entrepierna, puesto que se encontraba desnudo. Usó su quirk de manera casi involuntaria para evitar ser atropellado.

- ¿Acabas de llamarme por mi primer nombre? – Mirio no pudo evitar contener su felicidad, incluso estando en esa situación. - ¡Me llamaste por mi nombre de pila! ¡Tamaki! – El chico mostró una enorme sonrisa al azabache, quien parecía confundido por el asunto. – Desde hace tiempo quería llamarte por tu nombre. Me gusta mucho tu nombre, Tamaki.

- ¿Eh? – Las mejillas de Tamaki se pusieron coloradas, probablemente se avergonzó por escuchar esas palabras o, también podría ser porque Mirio está desnudo frente a él como si nada.

- ¡Ah! ¡Mi ropa, mi ropa!

El adulto que venía dentro del auto se bajó y miró el parachoques, viendo que colgando de él había una camisa, un short y unos calzones, los cuales les devolvió inmediatamente a Mirio; al verlo desnudo, supo inmediatamente quién era el dueño de esas prendas.

Inesperadamente ese día, fue la primera vez que Mirio y Tamaki acortaron distancia. Fue la primera vez en que ambos se llamaban por sus nombres. 


Si no ponía a Mirio desnudo, no me iba a sentir satisfecha :v Sorry, gente, pero cuando se trata de shotitas, necesito hacerlo a mí manera x'D Espero les haya gustado. ¡Mañana es mi día fav! ¡Hice un bonito one-shot corto que seguro les encantará! >w<


MiriTama Week 2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora