Pesar del alma, remordimiento que amarga

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"La calma se hace fría
del cosmos absoluto
y en el viñedo oscuro
se frena el devenir.

Entre la noche brillan
estrellas parpadeantes
y la luna danzante
va plateando la vida."

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Carlos Jojo.

La luna iluminaba con su brillo todo aquello que podía, las estrellas centella van en armonía y los animales nocturnos acompañaban con sus sonidos a aquel bello escenario.

Sus rayos de luz llegaron a una mansión. Era grande y majestuosa, pero por dentro residía una atmósfera lúgubre y casi como muerta. Subiendo las escaleras al segundo piso, ese ambiente se veía interrumpido por ligeros suspiros y gemidos, que se intensificaban a medida que se avanzaba por el oscuro pasillo. Y tras una puerta de entre muchas, dichos sonidos se hacían más fuertes.

"No eran dos cuerpos,
eran sueños,
era amor,
eran solo almas."

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Autor anónimo.

Entre las blancas sábanas, revueltas y arrugadas, dos cuerpos se movían acompasados. Repartían caricias por donde podían, sus cuerpos se encontraban perlados por el sudor, más eso no era impedimento para procesar la pasión desmedida que desprendían por cada poro de su piel.

—Aah aniki. —gimió al recibir un lánguido chupetón a lo largo de su blanquecino cuello, ahora marcado por pequeños chupones rojos.

Apretó las sábanas entre sus manos, producto de las fuertes sensaciones que le hacía sentir las sutiles caricias del hombre sobre ella, con el cual compartía su sangre. Sus labios se unieron en un beso francés al mismo tiempo que la mano del mayor se deslizaba hacia los muslos de la menor, acariciando la zona interna de estos.

"Sentir,
sentir que tu mano es mi caricia,
sentir que tu sueño es mi deseo,
sentir que tu mirada es mi descanso,
sentir que tu nombre es mi canción,
sentir que tu boca es mi refugio,
sentir que tu alma es mi regalo.
Sentir que existes...
sentir que vivo para amarte."

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Carlos Jojo.

Siguiendo el beso, Suki deslizó una de sus manos al cabello largo de Itachi, enredando sus dedos en esa suave manta de cabello negro, mientras que su otra mano permanecía en su ancha espalda, clavando sus uñas en esta. Separándose del beso, Itachi sonrió de forma sutil, bajando a su pecho y chupando uno de los pechos medios de su hermanita, haciéndola gemir su nombre.

Rosas de sangre (Itasasu) (Sasuke Fem) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora