Episodio 11

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Un confundido Jeon Jungkook se debatía entre reír o llorar. Estaba conociendo facetas de Jimin que jamás pensó que poseía. ¿Y lo peor? Todas le gustaban.

Cuando abrió la puerta del armario de escobas, un figura de cabellos rubios prácticamente saltó sobre él, haciendo que ambos cayeran al suelo. Jungkook cayó de espaldas, sorprendido por el inesperado ataque pero afortunadamente ninguno de los dos resultó realmente herido.
En realidad, a Jungkook, todo el asunto con Jimin ebrio, le causaba mucha gracia y debido a esto último, se iba a reír, cuando sintió que el mayor estaba temblando bastante y se aferraba a su cuerpo con mucha fuerza.

—¿Park?— intentó levantarle el rostro para mirarlo a los ojos, pero Jimin se negaba. Lo escuchó sollozar así que instintivamente comenzó a palmear su espalda—Y-ya, ya pasó.

—No te burles...— le pegó un suave golpecito con su puño mientras sorbía su nariz.

—No lo hago.

—Pero quieres, admitelo.

—Ya no.

—Crees que soy patético, ¿no es así?

—Creo que eres... extraño. En especial cuando bebes.

Jimin rió. Jungkook quiso apartarlo para que ambos se pusieran de pie, pero Jimin se rehusaba. El pelinegro suspiró y con dificultad se puso de pie cargando con Jimin.

Por la forma como Jimin se aferraba a él, Jungkook pensó en el tierno Koala que se sube al grueso árbol y se agarra fuertemente.

La cabeza de Jimin reposaba en el hombro izquierdo de Jungkook, su rostro escondido en el cuello del menor, de forma tal que este sentía un cosquilleo peligroso cada vez que el rubio exhalaba; sus brazos blancos y sutilmente marcados se agarraban de sus costados, y sus piernas de ensueño rodeaban con fuerza la cintura del pelinegro, como si tuviera miedo de que lo dejara caer. O simplemente como si quisiera sentirlo muy cerca.

Jungkook lo sostenía rodeándolo con sus fuertes y trabajados brazos, en su espalda, y caminaba con algo de dificultad porque varias veces, Jimin se removía y para no dejarlo caer, Jungkook tuvo el impulso de agarrarlo por las nalgas, pero se contuvo... por enésima vez.

—Jungkook...—susurró Jimin en su cuello y este se erizó al sentir su aliento caliente.

—¿Qué sucede?

—Me gustas...

Se detuvo.

—Lo sé...

Crack.

Continuó. Ya iba por la mitad de las escaleras.

—Jungkook...

—¿Qué pasa?

—Te quiero...

Se detuvo de nuevo, esta vez pasando saliva con dificultad.

—Lo sé...

Crack. Crack.

Jungkook...

—¿Q-qué?

Te amo.

Pensó decir, pero no lo hizo. Esa frase, era tan mágica, que  merecía ser contestada con otra frase igual de mágica, porque si no, se perdería el encanto.

Yo también te amo.

Esa era la otra frase mágica, pero sabía que no la recibiría como respuesta, así que se limitó a decir:

PLAN JK X JMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora