Discuciones que enamoran (Hyunin)

Capítulo tres

—Amor~ dile a tu amigo que deje de molestarme. Anda amenazándome de decirles a todos que nos vio besándonos— hizo un puchero mientras abrazaba al menor por la cintura pegándolo a su cuerpo. Seungmin sonrió y puso su dedo índice en la nariz de Hyunjin.

— ¿Qué tiene de malo que todos sepan que conquiste al chico más deseado de todo el instituto? Me vendría bien, a ver si así dejan de acosarte— respondió Seungmin en respuesta. Hyunjin recostó su cabeza en el hombro del más bajo cerrando los ojos.

Le gustaba aprovechar esos pequeños momentos que tenia a solas con su lindo novio. Claro que estaban en la habitación suya, ni loco estaría abrazándolo de esa manera frente a todos. Le dio un pequeño escalofrío de solo imaginarlo. Seungmin soltó una pequeña risa al sentir el leve temblor en el cuerpo del otro.

— ¿Tan malo es que todos sepan que eres mío?

—Dame tiempo, sabes que no es tan fácil para mí. Además trato de recompensarte cuando estamos solos—Seungmin se alejó lo suficiente para ver la cara deprimida del mayor y el puchero que aún conservaba en sus labios—. ¿Sabes que te quiero mucho? —susurró.

Seungmin lo siguió observando fijamente si poder creer que tenía al chico más hermoso de todos. Físicamente era un ángel y emocionalmente un bebé. Él era el único que conocía, realmente, la faceta de Hwang Hyunjin; el chico que demostraba ser callado y misterioso pero que en realidad era hablador y todo un empalagoso.

Lo quería, sí. Definitivamente lo hacía.

—Hablaré con Jeonginnie hoy mismo y le diré que ya deje de molestarte. ¿Bien?

— ¿Y me contarás un secreto suyo?— Preguntó Hyunjin ilusionado con la idea de humillar al menor de todos o, por lo menos, con que Jeongin le suplicará que no dijera nada le satisfacía bastante. 《 ¿Crees que con esa carita linda vas a hacerme cambiar de opinión? 》decía mentalmente imaginando a Jeongin de rodillas mientras le suplicaba al borde de las lágrimas. Comenzó a reír mientras se frotaba las manos con rapidez y ponía cara de malvado. Seungmin volvió a sonreír y le dio un pequeño besos en los labios negando.

—No, dejaremos las cosas así— Hyunjin lo miró mal cruzándose de brazos y dejándose caer en la cama—. Ni él te molestará ni tú a él. ¿Bien?

Asintió bufando de mala gana. De momento la puerta de la habitación fue abierta sorprendiéndolos a ambos. Entraron dos chicos riendo; ambos de cabellera castaño claro; casi rubio y de altura similar.

— ¿Hwang Hyunjin? — El mencionado se levantó rápidamente e hizo una pequeña reverencia que fue correspondida por los otros dos —. ¿Qué hace el chico más rico y sensual, después de Hannie, en nuestra habitación?

—Después de Honnie— corrigió el otro mirando melosamente a su compañero. Hyunjin se dio mentalmente una cachetada, se le había olvidado que vivían en el instituto y las habitaciones eran compartidas.

Qué idiota...

— ¿Honnie? —preguntó el que había comenzado a hablar al principio devolviéndole la mirada melosa. Hyunjin se pasó la lengua por los labios algo incómodo.

—Honnie de Minho —explicó acercándose al rostro de otro.

—Hannie

—Honnie

— Hannie— Seungmin y Hyunjin se observaron sin saber cómo romper esa atmósfera repentina, entonces Hyunjin decidió carraspear, al ver que los otros dos siguieron observándose fijamente carraspeó más fuerte.

— ¡Hyunjin está aquí porque le pedí la tarea de hoy para matemáticas!— habló muy fuerte Seungmin, casi gritando pero los otros dos seguían sin escuchar. Observaron incrédulos como el tal Hannie acarició el rostro del otro sin quitar la sonrisa de sus labios—. Lamento el comportamiento raro de mis dos compañeros. Por cierto se llamaban Minho y Jisung, nada de Hannie o Honnie— soltó una pequeña sonría que a Hyunjin le pareció hermosa, pero ni soñando se comportaría como aquellos dos que aun seguían observándose; casi a punto de besarse pero sin llegar hacerlo.

—Descuida, te veo luego— les hecho una rápida mirada aquellos dos viendo si los observaban, cuando se dio cuenta que no le dio un rápido y corto beso en la mejilla y se alejó sonriendo—. Adiós... —susurró, rempujó de mala gana a Jisung que le impedía le salida y salió. 《Eso sí que fue raro》pensó.

Caminó pensando en que pronto se acercaba navidad y quería pasarlo dentro del instituto con su novio, además de qué debía comprarle un regalo. ¡Debía ser el mejor de todos! Que Seungmin no tuviera tiempo ni de comparar con sus parejas anteriores. Podría ser un enorme peluche y una pulsera de pareja aunque es más que obvio que él diría que es de mejores amigos.

No...

Seguro eso ya lo han hecho los otros, pensó con amargura. Quizás una carta que expresará todo su amor y una noche llena de pasión. ¡Es más; todo eso junto! ¡Y de paso le haría un baile erótico!

Observó la puerta de su dormitorio, de tanto pensar había llegado demasiado rápido. Abrió sin poder creer lo que había dentro. Soltó un pequeño grito señalando su escritorio.

— ¡Un bicho raro! — Su compañero; Changbin para ser más específicos, de cuarto salió de baño corriendo con una toalla enrollada en sus caderas.

— ¡¿Dónde?!

— ¡Ahí! —volvió a señalar su escritorio. El más bajo rodó los ojos y volvió a entrar al baño, Hyunjin lo siguió sacándole la lengua de mala gana a Jeongin que estaba sentado en su escritorio—. ¿Se puede saber que hace él ahí?

Changbin se encogió de hombros dejando caer la toalla para meterse a la ducha, Hyunjin giró la cabeza 《asco, 》pensó tratando de borrar esa imagen de su mente.

—Felix me mandó a traerlo a la habitación, dijo que si no lo hacía dejaría de pasarse conmigo— asomó la cabeza fuera de la ducha mientras que la cortina cubría su cuerpo entero— y sabes que me gusta.

—Al menos podía hacerte de rogar un poquito —gruñó volviendo al escritorio, volvió a señalar al menor que leía algo en una libreta azul—. ¿Qué haces y qué quieres en mi habitación?

—No sabía que te gustaba ver películas de romances y triste, seguro eres un llorón— mencionó el pequeño con burla, Hyunjin lo observó tratando de adivinar de donde rayos sacó esa información y entonces sus ojos se centraron en su diario azul, ese que Jeongin tenía en manos.

Observó al menor con horror, si eso se llevaba a saber los demás se burlarían y no puede dejar que eso pase. Tragó saliva nervioso con lo que diría a continuación;

—Haré lo que tú quieras pero, por favor, no digas nada.

Jeongin levantó ambas cejas sorprendido, no se esperaba eso y claro que lo usaría; tremenda oportunidad no se daba todos los días, ¿ah?

— ¿Lo que yo quiera? —Hyunjin asintió despacio, Jeongin sonrió maliciosamente y Hyunjin volvió a tragar saliva—. Entonces...

Ambos se sonrojaron desviando la mirada.

— ¡Bueno ya! Acabemos con esto de una vez por todas pero que Seungmin no se enteré— fue el turno de Jeongin para asentir despacio sin atrever a mirarlo fijamente. Hyunjin cerró con fuerza los ojos y sacó los labios en forma de pico acercándose lentamente al rostro del menor. Estaba nervioso y sentía su rostro arder, nunca pensó que estaría a punto de darle un beso a un chico menor que él, pero ya ve uno como las circunstancias le juegan a favor.

Y no es que él quisiera besar esos lindos labios de bebé, ni mucho menos que Jeongin le pareciera tan tierno como su novio. No, solo quería acabar con todo eso y que ese escuincle no dijera nada a nadie.

Sí...

¿Era por eso, verdad?