III

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Él estaba allí, pero notaste que se encontraba más brillante, más radiante. Simplemente muchísimo más hermoso. Algo había cambiado en él pero no le tomaste importancia porque lo único que deseabas era tenerle entre tus brazos.

Avanzaste hacia la personificación de Muerte pero detuviste tus pasos al ver la frialdad en esa mirada borgoña.

No te me acerques –pronunció y sucesivamente desapareció.

La Vida y la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora