Prólogo.

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Solo podía sentir los brazos del mayor alrededor suyo, al final el también lo dejaba atrás. Igual que su padre y Gideon, Morgan se iba de su vida. Dejando atrás el corazón roto del genio.

No es que lo sorprendiera, sabía que este día llegaría tarde o temprano. Pero nunca pensó que sería así, con la imagen del hijo de Derek Morgan entre sus manos y un abrazo de despedida. No significa que hubiera una despedida que doliera menos, pero entre todos los escenarios que su mente imagino esta no estaba entre sus opciones. Una parte de él creyó que Morgan haría como Hotch, tomar a su hijo como motivación para quedarse, no una razón para irse.

Spencer Reid solo podía llorar, fingir estar feliz por su amigo y sonreír. Apoyarlo en su decisión y esperar volver a verlo algún día. Recogería los pedazos de su corazón y aceptaría lo que Morgan había escogido. Porque eso es todo lo que puede hacer. Porque eso es lo que siempre hizo.

Morgan soltó al más joven aún con lágrimas intentando salir. Es injusto dejar a su pretty boy solo, pero es lo mejor para su hijo. Sabía que aún más injusto es ni siquiera decirle que recuerda esa noche. Pero no puedo, no puede decirle que recuerda a la perfección la suave piel del genio, su voz al soltar gemidos ahogados por una almohada, su cabello despeinado. No debe mencionarlo, fue un error. El mejor error de su vida. 

Ama al genio de muchas maneras, y cada una de ellas hace que esta despedida sea mas dificil. Cada una de esas formas de amor lo hacen querer quedarse, poder tener cierto control sobre la seguridad de Reid. Pero no puede hacerlo. No debe quedarse. Ambos lo saben. Quedarse es poner en riesgo a su hijo, tanto emocional como fisicamente. 

Ambos se separan con tanto que decirse, pero ninguno dice algo.

Cuando Morgan sale por la puerta solo ve a Reid limpiar sus lágrimas antes de que alguien más entre a la sala de conferencias.

Una parte del corazón de Reid se va con Morgan y parte del corazón de Morgan se queda con Reid. Tantas palabras que nunca se dijeron murieron en forma de lágrimas.

¿Demasiado tarde?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora