Gaia: Neogenesis

Capítulo 5: lazos

Al terminar el evento, los 10 fueron convocados por el presidente del mundo, pocos eran los privilegiados al estar en la torre principal. El presidente les dijo que ahora, ellos estaban encargados de proteger al planeta, y que serían dotados de un enorme laboratorio en donde no tendrán restricciones de ningún tipo, y así les dió acceso al laboratorio Gaiacorp, y les dió la bienvenida como nuevos guardianes del planeta.

Les explicó que la primera línea de defensa ante delitos menores era la policía, quienes arrestaban a los ladrones, asaltantes, etc. La segunda línea de defensa eran grandes instituciones de detectives, quienes investigaban casos de homicidios, atentados, secuestros, y hasta tráfico ilegal de distintas mercancías. La tercer línea de defensa era de apoyo, ellos le ayudaban a los detectives y a la última linea de defensa, que se trata de ellos, los guardianes de Gaia, quienes se encargaban de neutralizar amenazas que comprometieran a la humanidad entera y ahora, ellos tienen el privilegio de ser los nuevos guardianes del mundo.

Una de las condiciones para ser guardián del planeta, era que todos se fueran a vivir en el laboratorio Gaiacorp, allí se encontraban 10 habitaciones con todas las comodidades que se les podía brindar, allí tenían que vivir hasta los siguientes juegos gamma, para cederle el lugar de guardianes a otros nuevos 10 guerreros. Arcange y Damián se despidieron de Marian por medio de una llamada holográfica, que era la manera de comunicarse más común de ese tiempo, de parte de los tres se notaba la nostalgia, pues ellos la consideraban como la madre que siempre quisieron tener. A la llamada también se unieron Doremi y Dennis.

Al terminar la llamada, brotaron lágrimas de los ojos de su tutora, estaba orgullosa de ver cómo habían crecido sus alumnos, aún que había un sentimiento más sincero detrás de su llanto, pero a la vez... Era un sentimiento que debía ocultar, aún que no por mucho.

Llegaron a Gaiacorp, y allí se encontraban ya todos adentro, parecía ser que eran los únicos que faltaban por instalarse. Todos se adentraron a ver qué habitación elegirían.

En cada una de las habitaciones había una pequeña pantalla en donde había unas cuantas reglas que debían seguir mientras vivieran allí, eran las siguientes:

1.- las luces de la casa donde viviran, se prenderan a las 8:00am y se apagaran a las 10:00pm.

2.- solo se servirá una vez cada alimento  del día en las siguientes horas:
Desayuno: 8:30am
Comida: 4:00pm
Cena: 8:00pm.

3.- las luces del laboratorio Gaiacorp serán prendidas y apagadas a la hora que los guardianes lo deseen.

4.- fuera de eso, serán libres de hacer lo que deseen dentro de su nuevo hogar e instalaciones del laboratorio.

Dicha lista se reproducía constantemente.

Todos salieron de sus habitaciones una vez que se instalaron, pues al parecer, a todos les interesaba conocer las instalaciones del laboratorio. Todos bajaron por las escaleras, y cuando se dieron cuenta, todos se encontraban allí.

Arcange siempre ha sido muy curioso, prefería prestarle importancia a cosas que al parecer no le era muy relevante a las personas de su edad, pero a él si, por ello mismo, Marian siempre le decía que tenía personalidad de científico, y para el, eso era algo bastante bueno. Por eso mismo, el joven híbrido, se dispuso a observar a sus nuevos compañeros de hogar y trabajo.

Buru, un joven de estatura un tanto más elevada que el promedio, aproximadamente de 1.75m su rostro serio, ojos rasgados, tez blanca que podia ser descrita como pálida, su mirada parecía fría. Pese a ello, no parecía ser mala persona. Delgado y con una postura correcta, no parecía ser tan fuerte como lo demostró en el Coliseum.

Por su parte, Andy tenía una mirada indiferente y más fría que la de Buru, al ver sus ojos, Arcange sintió melancolía, un sentimiento que él no creía que la joven quisiera denotar. De estatura promedio, 1.60m aproximadamente, compartía rasgos similares a los de Buru, pues provenían del mismo continente.