No tengo fuerzas, no puedo ahuyentarlos.
Espere hasta la noche, espere a que se fueran. Dejaron el cuerpo de mi hermanito y desaparecieron en la noche.
Con mis últimas fuerzas me acerque; pedazos de su cara faltaban, su tronco estaba abierto y se habían comido la mayoría de su cuerpo.
No contuve mis ganas de vomitar, no pude. No tengo fuerzas para nada, ni siquiera pudo llorar.
Me senté junto a mi hermanito, su dolor se acabó, el mío comienza, no podía pensar con claridad, no tenía fuerza, no podía mantener los ojos abiertos, así que me deje llevar.
Llore por dentro la muerte de mi hermano. Desde el fondo de mi ser me arrepiento por haber abandonado esa casa, talvez esto no hubiera pasado, quizá él podría estar vivo si no hubiéramos huido.
Pero pensar en los ¨hubiera¨ es inútil, no existen y no lo traerán devuelta.
Cerré los ojos, espere lo peor. Sabía que esta era la única forma en la que podía reunirme con mi hermanito.
Cerré los ojos, fallecí y... desperté.
Desperté, llorando. Estoy en el sofá de mi casa, mi familia me ve con asombro ya que estoy llorando. No sé por qué o por quien lloro. Sigo en mi casa, sigue lloviendo, las gotas de lluvia sigue haciendo su carrera.
-Hija, ¿Qué tienes? Alístate, pronto saldremos para ir a visitar a tus abuelos.
Hay algo extraño, recuerdo que soñé con alguien, alguien a quien no debería olvidar, alguien a quien no quiero olvidar. Sigo llorando porque no recuerdo su nombre. Mi familia me ve preocupada y mi madre me hace una pregunta.
-Hija, ¿Quién es Noah?
Quiero recordar, necesito recordar, pero... es en vano. Con decepción, digo lo único que logro vine a mi mente antes de romper en llanto.
-No lo sé...
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Noah y yo.
Short StoryKara es una chica que a temprana edad tendrá que sufrir las desgracias de una ciudad empobrecida por la guerra, al lado que tendrá que sobrevivir y cuidar a un chico que ella proclamo como su hermano.