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Ver llegar a ChanYeol acompañado a la casa de BaekHyun no era algo que se viera todo los días, pero el era Do KyungSoo y lo único que hizo fue ignorar a la pareja que no dejaba de manosearse, saludar a ChanYeol y hacerse a un lado para dejar que pasaran, cerrando la puerta una vez que todos entraron.

BaekHyun recibió a ChanYeol con un beso y un abrazo, algo normal entre ellos. Saludo a la pareja, parecía conocerlos ya que hablaban con naturalidad, KyungSoo camino hacia la sala, se dejó caer sobre el enorme sofá y siguió viendo la película de Harry Potter.

A él le importaba poco quienes fueran aquellos chicos, hoy no tenía muchas ganas de socializar y se encontraba más interesado en su trabajo de Química que en cualquier otra cosa, por lo que no prestó atención a cuando todo el mundo se fueron a las habitaciones y ni siquiera noto cuando comenzaron a escucharse los gemidos.

Debía aceptar que sí se sentía algo extraño escuchar gemidos que no sean los de BaekHyun o los de ChanYeol, pero tampoco era la primera vez que lo hacía y como todo, trato de ignorarlo y centrarse en su trabajo.

-Hola-saludo una voz desconocida, llamando la atención de KyungSoo.

-¿Y tú eres?-dijo en respuesta, examinando de pies a cabeza al chico que se encontraba ante él.

-JongIn-consto en un tono de voz se algo bajo. KyungSoo asintió y volvió su mirada a su libreta, tomando su bolígrafo para volver a lo que hacía antes, su trabajo de Química.

El silencio se instaló entre ellos rápidamente, el de piel pálida ignoro por completo la presencia del otro, mientras que el chico llamado JongIn no se movía de su lugar y sus ojos eran incapaces de dejar el pequeño cuerpo ante él.

-¿Cuántos años tienes?-preguntó el chico de piel morena, sentándose al lado de KyungSoo.

El de piel pálida hizo una ligera mueca de asco, el chico a su lado olía a sexo.

-Catorce-contesto sin dedicarle la más mínima mirada a su acompañante.

-Venga, ¿Cuántos años tienes?-el chico rió a carcajadas, el contrario no podía tener catorce años, mucho menos ser mayor que él, se había como un niño de unos nueve o diez años como máximo.

-Catorce-repitió, posando sus grandes ojos sobre el rostro del sorprendido moreno.

-¿Hablas en serio?-siguio insistiendo, incapaz de creerle.

-¿Tengo cara de estar bromeando?-arqueo una ceja, cruzándose de brazos, algo confundido al notar el sonrojo del moreno.

-No pareces-comentó-eres muy pequeño.

-Lo sé.

La mirada de JongIn examino a KyungSoo de pues a cabeza, ahora, cuando podía tomarse la molestia de mirarlo detalladamente, podía confirmar un pensamiento que había tenido en el momento en que llego a casa de BaekHyun y la puerta fue abierta por un niño de baja estatura, cabello desordenado y con corte de hongo, piel extremadamente blanca y lindos labios en forma de corazón.

«Es lindo»

Pensó.

«Perfecto»

Sé convenció a si mismo ahora que lo tenía a su lado.

-Eres mayor que yo-volvió a hablar, rompiendo una vez mas con el silencio.

-¿Te lo pregunté?

-No, pero quería decirte.

Escuchar la pequeña risita que soltó el chico a su lado, le saco una sonrisa. Se sentía cómodo a pesar de que acababa de conocerlo, de que no supiera su nombre y sobre todo, que se cuestionara sobre que hacía él ahí.

Sabia que algunos estudiantes iban a casa de BaekHyun para tener relaciones, es por esa misma razón que esa misma tarde había ido con TaeMin, su mejor amigo. Una de las cosas que había pensado al ver a KyungSoo había sido que él también estaba ahí para tener sexo con alguien, pero no tuvo tiempo de fijarse en ciertos detalles que dejaban en evidencia la realidad de KyungSoo. Estaba muy ocupado con TaeMin como para prestar atención en otras cosas.

-¿Qué haces aquí?-preguntó finalmente, llamando una vez más la atención del pequeño.

-Cuidar de BaekHyun-contestó de inmediato, ganándose una mirada de confusión de parte del más alto.-Aveces es muy descuidado, así que lo ayudo a limpiar y organizar el desastre que personas como tú y el propio BaekHyun hacen.

-¿Personas cómo yo?-preguntó.

-Que vienen solo para tener relaciones sexuales-contesto como si fuera lo más obvio, y lo era.

El silencio se instaló nuevamente entre ellos. KyungSoo volvió a sus deberes y JongIn se quedó en silencio observándolo, pensando.

Entonces recordó que a pesar de que el chico estuviera hablando con él desde hace un buen rato, todavía no le había dicho su nombre. Así que reunió el valor suficiente para volver a hablar con la única intención de saber su nombre.

-JongIn, ya podemos irnos-dijo de repente una voz desconocida para KyungSoo, pero totalmente familiar para JongIn.

Justo cuando iba a preguntarle al chico su nombre, TaeMin había hecho acto de presencia, interrumpiendo en la sala.

-Rapido, debemos ir por MinHo-dijo mientras caminaba en dirección a la puerta.

El moreno se levantó de su asiento, logrando que KyungSoo pusiera sus ojos sobre él nuevamente.

-Debo irme-le dijo, con una pequeña sonrisa en su rostro.

-Vete-lo alentó a irse, para no hacer esperar al otro chico.

-Adiós-y sin más, salió corriendo hacia la puerta principal, donde TaeMin lo estaba esperando.

Ojos que NO ven. Oídos que NO escuchan. Boca que NO habla | KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora